Nada fácil ha
sido para Michelle Bachelet el caso venezolano. Atacada con
dureza por los sectores que polarizan en el país. Por una parte, chavistas
gubernamentales la señalaron de mentir en el informe; por
otra, opositores la culparon de blandengue y comunista. Pero la Alta
Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos no se
ha dejado arrastrar por las críticas e instaló una comisión de dos técnicos
para que continúen el trabajo de su oficina. Así lo reseña infobae.com
“Me iré de
Caracas esta noche, pero se quedará una presencia de mi oficina en el país
por primera vez“, anunció la noche del viernes 21 de junio antes de abordar
el avión, luego de tres días de estar en Venezuela.
Así se
quedaron en el país los oficiales Carlos de la Torre y Sara
Nuero Escobar, que trabajarían principalmente en la sede del Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en Caracas.
Precavida,
Bachelet dijo que el Gobierno de Maduro aceptó que su equipo ingrese
y tenga “acceso pleno a los centros de detención para poder
monitorear las condiciones de detención y hablar confidencialmente con los
privados de libertad”.
Michelle
Bachelet fue recibida por Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores (EFE)
Pero aún la
Alta Comisionada no se había subido al avión cuando funcionarios de la
Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) estaban
deteniendo y torturando a un grupo de militares, entre quienes se
encontraba el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, quien
días después fue llevado al Tribunal Militar, fuertemente golpeado,
suplicando auxilio y muriendo pocas horas después.
No sólo es
que no hubo una explicación seria por parte del Gobierno ni una investigación
con la que el Ministerio Público realmente buscara hacer justicia, sino
que en la Dgcim se burlaron de los funcionarios que dejó Bachelet
y jamás les permitieron acceso a los tenebrosos sótanos.
Fueron varias
las peticiones que hizo la Comisión para que el Gobierno cumpliera la
promesa que Nicolás Maduro le hiciera a Bachelet del “acceso pleno
a los centros de detención” y reiteraron varias veces el interés
que tenían en entrevistarse con militares como el capitán de Navío Luis
Humberto De La Sotta Quiroga y el comandante del Ejército Igbert
Marín Chaparro. Una y otra vez, la respuesta fue la misma: “Estamos
esperando autorización”.
Esos dos
oficiales están en la lista de varios militares y civiles a quienes no les
han permitido ver a sus familiares. En el caso
de Marín Chaparro no se sabe nada desde hace tres meses y una semana. No
hay respuesta alguna aún cuando su esposa, hijos, padres y abogados han
pedido fe de vida.
En el caso de
los oficiales De La Sotta y Ruperto Molina, así como del civil
Carlos Marrón, tampoco les permiten visitas desde hace más de un mes. Pero
hay otros que permanecen en los sótanos incomunicados desde hace más de un
año.
Dónde están
Los dos
funcionarios Carlos de la Torre y Sara Nuero Escobar, que dejó
Bachelet en el país, empezaron a recibir muchas presiones porque
familiares de los detenidos les exigían respuesta y actuación.
La muerte
atroz del capitán de corbeta Acosta Arévalo se convertía en la prueba más
fehaciente de que se tortura en Venezuela. Se sabía que eso sucedía, lo
habían dicho muchas víctimas, otras nunca podrán decirlo y algunos
sencillamente se fueron del país, pero esta vez no hubo cómo
ocultarlo, no podía usarse la excusa del suicidio como con Fernando
Albán, El Aviador o el sargento segundo Luis Armando Monsalve Estaba, o
por enfermedad o causas naturales.
Desde todos
los rincones del país y el mundo se oyeron gritos de indignación.
El temor se apoderó de muchos familiares de los detenidos en Dgcim y
Sebin, quienes acudían ante los funcionarios de Bachelet en busca de
respuestas, que no tenían más que la promesa del Gobierno.
Juan Guaidó
se reunió con Michelle Bachelet el viernes 21 de junio en Caracas
Cuando se
hizo público el lapidario Informe de la Alta Comisionada, la situación de la
comisión pasó a ser de ignorada a señalada. Ya era vox populi que
sobre De La Torre y Nuero Escobar corrían la amenaza de ser expulsados del
país.
No ha
explicado Michelle Bachelet que pasó con su comisión en Venezuela, por qué
ya no están en el país con la excusa absurda de que uno salió de
vacaciones y otro por asuntos personales, cómo es lo que han
manifestado a quienes han insistido en pedirles acciones ante la violación
de los derechos humanos en los centros de torturas.
Si tenían
vacaciones programadas, ¿cómo es que Bachelet deja a dos
funcionarios que se irían a las semanas?
Se desconoce
si hay alguna estrategia por parte de la Alta Comisionada
que pase por no reconocer la inútil tarea de la comisión que dejó en el
país, no por falta de trabajo y talento de los dos técnicos, sino por la
presión y los obstáculos por parte del Gobierno y especialmente de los
cuerpos de seguridad.
En la oficina
de Bachelet en Venezuela ya no están los que representan a la
Alta Comisionada.
*Tomado de
CCN