Micro
Análisis / Jesús Seguías*
1.
Debemos aprender de María Corina. Ella ya lo comprendió. Está dispuesta a
negociar hasta con los diablos. Ahora los trata con respeto, y también está
decidida a hacer concesiones. De no ser así ¿qué sentido tendría entonces la
carta que acaba de dirigir a Putin y Xi Jinpin?
2. La
carta es una brillante pieza de pragmatismo político. Ella decidió enfocarse en
lo que hay que hacer para obtener el objetivo. Ella pasó por alto todo el
armamento que aportaron China y Rusia para reprimir sangrientamente las
manifestaciones populares en Venezuela. Ella ignoró toda la ayuda económica y
diplomática dada por ambos presidentes (ilegítimos, por cierto) para sostener
al gobierno de Maduro y prolongar la agonía de los venezolanos. Ella
llamó “Su Excelencia” a esos dos dictadores.
3. Pero eso
no significa que ella ignore esas duras realidades, o que haya renunciado a sus
principios políticos. No. Para nada. Es honesta. Hizo lo correcto.
4. Ella ya
sabe que es absurdo darle connotaciones moralistas a un paso estratégico tan
importante en la lucha por el poder. Ella está enfocada en el objetivo, y sabe
que la crisis venezolana se resolverá en una mesa de negociaciones. Ya no hay
espacio para salidas militares internacionales. Nunca es tarde cuando la dicha
es buena, decía mi abuelo. Eso es un inmenso avance.
5. Esa carta
ya representa un gran reconocimiento a los adversarios, lo cual es el Principio
Uno de todo proceso de negociación. Algunos dirigentes de oposición han sido
acusados de “colaboracionistas” por reconocer la existencia de un adversario
que conserva un poder de coacción infinitamente superior al de la oposición en
territorio venezolano, y que no puede ser ignorado por nadie. Dios quiera
que no hagan lo mismo con María Corina y la llamen “colaboracionista”.
6. Estoy
seguro que ahora ella va a escribir una segunda carta, con el mismo espíritu
conciliador y respetuoso con que se dirigió a los dictadores Putín y
Jinpin.
7. Comenzará
esta otra carta con un encabezado que dirá: “Excelentísimos venezolanos
Henry Ramos Allup, Julio Borges, Henri Falcón, Manuel Rosales, Henrique
Capriles, Leopoldo López, Luis Florido, Andrés Velásquez (y un largo etcétera),
quiero manifestarles mi disposición a sinergizar para ponerle punto final a la
crisis que conmueve a la nación...”
8. “Si ya
hice lo mismo con dos actores (Putin y Jinpin) que han sido soporte fundamental
para el gobierno de Nicolás Maduro, con más razón debo hacerlo con ustedes,
pues tengo la convicción que todos somos necesarios. Nadie podrá por sí solo
con este reto descomunal...”.
9. “Así que
volvamos a entendernos, pues esa será una señal poderosa ante la comunidad
internacional que nos está exigiendo coherencia, pero más aún ante los
venezolanos que pasan por sufrimientos desgarradores...”
10.
“Finalmente, en aras de lograr un acuerdo serio y duradero, renuncio a toda
aspiración presidencial para el gobierno de transición, como ya lo he dicho
públicamente, y retomaré esas aspiraciones cuando se convoquen a elecciones
libres y democráticas en Venezuela. Espero de ustedes la misma capacidad de
renuncia en aras de parar el sufrimiento de la nación”. Fin de la carta.
11. Esta
segunda carta es el preámbulo de una tercera carta que estará firmada por todos
los dirigentes de la oposición venezolana, animada con el mismo espíritu de
tolerancia que precedió a la victoria parlamentaria de 2015.
12. Esta
tercera carta irá dirigida a los mismos destinatarios de la primera carta, pero
también a Trump, Duque, Bolsonaro, todo el Grupo de Lima y la Comunidad
Europea. Allí dirán escuetamente: “Toda la oposición venezolana está unida y
preparada para negociar una transición pacífica y democrática en Venezuela,
teniendo como garantes a las grandes potencias para que nadie se burle de
nadie”. Eso es lo único que quiere escuchar la comunidad internacional, y
todos, absolutamente todos los venezolanos (chavistas incluidos). Será la mayor
demostración de madurez política.
13. Como
ciudadano venezolano espero con ansiedad ver publicada esas cartas lo más
pronto posible. Ya no debe ser nada difícil para María Corina dar este próximo
paso, pues más difícil debió ser para ella dirigirse (con el mayor respeto y su
disposición al diálogo-negociación), a dictadores “colaboracionistas” convictos
y confesos del gobierno que ha destruido al país.
14. Las
segunda carta derribará todas las especulaciones que se han tejido en torno a
María Corina, y demostrará que sus diferencias con los demás opositores no son
por simples ambiciones personales de poder, y que lo que en apariencia era la
principal razón de los desencuentros (el diálogo-negociación) ya no
existe.
15. Ahora
todos los dirigentes relevantes de la oposición -incluida Maria Corina Machado-
comprenden que la solución a la crisis venezolana pasa por negociar con el
chavismo, con Rusia y con China. Ya no hay excusas para no ponerse de acuerdo.
30 millones de venezolanos quedan atentos de lo que hagan sus líderes en las
próximas horas, porque hora en Venezuela representa un siglo.
*@jesusseguias