Son
las 9 de la mañana de este caluroso miércoles 29 de agosto y la mayoría de las
tiendas del mercado municipal de San Martín, ubicado en el oeste de Caracas,
permanecen cerradas.
Una señora con su hija en brazos recorre los desolados y
oscuros pasillos del establecimiento, tratando de completar la compra del día.
-“¿Tiene harina de trigo?”, pregunta la dama de cabello largo
y canoso.
-“¡Nada de eso! Tú sabes que todo lo que tiene precio regulado desaparece de inmediato”, le responden desde un pequeño almacén.
-“¡Nada de eso! Tú sabes que todo lo que tiene precio regulado desaparece de inmediato”, le responden desde un pequeño almacén.
Una pareja atiende el local. “Estábamos de vacaciones y no
tenemos mucho que ofrecer, pero abrimos porque tenemos miedo”, confiesan. “Si
no venimos, de repente llega la policía, rompe los candados y nos obliga a
vender a la fuerza. Los funcionarios siempre hacen lo que les da la gana”,
advierten los esposos con una mezcla de temor e indignación.
El régimen chavista ha emprendido –otra vez- una cacería
contra los comerciantes y gerentes de supermercados, en el marco del nuevo plan
económico lanzado el lunes 20 de agosto por el presidente Nicolás Maduro. En apenas
72 horas, medios locales reseñaron que al menos 200 personas fueron detenidas
en las inspecciones ejecutadas por funcionarios para combatir la “especulación”
y el “acaparamiento” de los productos básicos.
¿Su "delito"? ¿Ser hombre de trabajo, prestar
servicios, generar empleos? ¿Es eso pecado en el país donde el gobierno reparte
dinero inorgánico con el Carnet de la Miseria? Gobierno apresa como delincuente
al Gerente del mercado Plan Suarez, El Cafetal. ¡Comunismo!
Aunque la propaganda oficial afirma que el gobierno aplica un
programa de “recuperación económica, crecimiento y prosperidad”, los expertos
denuncian que Maduro está tratando de apagar un incendio con gasolina. El
paquete de medidas incluye quitarle 5 ceros al bolívar, la devaluación de 95%
de la moneda local ante el dólar, el incremento del IVA hasta 16% y un aumento
del salario mínimo de 3.000%, que ha puesto a temblar a todos en un país ya
martirizado por la hiperinflación y la escasez de alimentos y medicinas.
El “paquetazo” chavista ha cumplido los peores augurios.
Paralizó la actividad comercial, vació los anaqueles y subió unos precios que
ahora el gobierno intenta bajar a la fuerza. Policías, militares y fuerzas
paramilitares afines a la revolución toman los supermercados y abastos,
organizan ventas “controladas” y sacan esposados a los gerentes y administradores
que acusan de impulsar una supuesta “guerra económica” para desestabilizar al
régimen.
“Los funcionarios son agresivos, te humillan y eso da mucha
impotencia”, expresa otro comerciante del mercado de San Martín. “Aquí la
mayoría de los dueños de los locales son personas mayores que ahora padecen de
hipertensión y algunos hasta han sufrido accidentes cerebrovasculares (ACV)
porque estamos sometidos a mucha presión”, admite este hombre de 46 años.
El vendedor cuenta que “cuando me llega harina precocida de
maíz –utilizada para preparar las típicas arepas- no puedo ni dormir, porque
empeoran las fiscalizaciones y debo colaborar con los Clap (comités locales de
abastecimiento y producción)”, programa oficial que reparte bolsas de comida
subsidiada a la población.
Luces, cámara…
Es lo que tiene la revolución. Una labor absolutamente
rutinaria y corriente, se ha convertido en un oficio de alto riesgo. “Nunca
pensamos que podíamos llegar a estos niveles de despotismo. Sales de tu casa a
la oficina y no sabes si después podrás volver con tu familia”, expone el
gerente de una cadena de supermercados con 15 años de experiencia en este
negocio.
Junto con líderes de partidos, diputados y dirigentes
sociales contrarios al gobierno, la ONG Foro Penal Venezolano ha registrado en
su lista de presos políticos a dueños y responsables de supermercados y
farmacias. Los defensores de Derechos Humanos sostienen que el chavismo los
detiene para evadir su culpa en la peor crisis que ha afligido a Venezuela y
sustentar el discurso oficial que habla de una “guerra económica” perpetrada
por el “imperialismo” y la “oligarquía”.
El gerente recuerda que en una oportunidad les visitó un
supervisor “muy poderoso, que públicamente había sido respaldado por Maduro”, y
que los saludó diciendo: “tú eres un ladrón, que escondes los productos y sube
los precios”. A pesar de las descalificaciones, la fiscalización culminó en
paz, los papeles estaban en regla y el agresivo funcionario dio media vuelta
para marcharse. Sin embargo, allí ocurrió lo inesperado.
Fuente: La Patilla