Fuente: EIC Poemario por un Sahara Libre
El marroquí Mohamed Chaib vuelve a la arena política ahora a
nivel nacional de la mano del PSOE. La renuncia de la ahora ministra Meritxel
Batet a su escaño mete a Mohamed Chaib, político “topo” del Majzén marroquí, en
el Congreso de Diputados español. Tras años “en la sombra”, la llegada a la
presidencia del gobierno español del PSOE de Pedro Sánchez vuelve a situar a
Mohamed Chaib en primera fila, dando el salto a la política nacional desde su
escaño en el Congreso de los Diputados.
Repasemos la historia de este controvertido “político” que
los socialistas se empeñan en aupar a las más altas cimas de la política
española.
Nacido en Tánger (Marruecos) en 1962, Mohamed Chaib fue la
gran apuesta de Pasqual Maragall para atraerse el voto de los inmigrantes en Cataluña.
En 1994 fundó la Asociación Sociocultural Ibn Batuta, que presidió hasta 2003.
Fue miembro del Foro para la Integración de los Inmigrantes, de ámbito estatal,
y también ha formado parte del Consejo Asesor de Inmigración de la Generalitat
de Cataluña. Es afiliado al PSC-PSOE desde 1995, uniéndose a la corriente
Ciutadans pel Canvi de Maragall. Fue elegido diputado en el Parlamento de
Cataluña en las elecciones de 2003 y 2006, donde formó parte de las comisiones
de justicia, derecho y seguridad ciudadana, por una parte, y de bienestar e
inmigración. Un ejemplo de su enraizamiento en la sociedad catalana es su
colaboración en la prensa escrita de manera periódica, sobre todo en el diario
La Vanguardia.
Su ascenso al Parlamento catalán con el PSC no estuvo exento
de polémica. En 2003 varias entidades marroquíes asentadas en Barcelona
criticaron duramente su designación por el PSC porque decían que “no les
representaba”. Le acusaban de “incapacidad para satisfacer las reivindicaciones
de los musulmanes catalanes”, y le reprochaban “su ostentosa cercanía al
régimen de Rabat”, y que siguiera cumpliendo la ceremonia del besamanos al rey
Mohamed VI cuando viajaba a Marruecos, preguntándose a quién había jurado
fidelidad el diputado Chaib, si a Cataluña y a España o a Marruecos.
Su doble misión pasa por su pertenencia, mientras era
diputado en el Parlamento Catalán, a “la dirección del Consejo de la Comunidad
Marroquí en el Extranjero”, presidido entonces por Driss el Yazami, nombrado en
2007 por el rey Mohamed VI con categoría de ministro. Esto demuestra que la
estrategia de penetración de Marruecos en el Estado español pasa por las manos
de Mohamed Chaib, que sigue jugando un papel clave.
El catedrático Carlos Ruiz Miguel se preguntaba por la “doble
nacionalidad” de Mohamed Chaib en una carta al director en el diario El País en
diciembre de 2009. Recordaba que para pertenecer al “Consejo de la Comunidad
Marroquí en el Extranjero” había que ser marroquí, teniendo en cuenta que para
obtener la nacionalidad española hay que “renunciar a la anterior
nacionalidad”.
En marzo de 2005, un año después de los atentados de Atocha,
el periódico EL MUNDO publicaba un artículo del conocido periodista marroquí
Alí Lmrabet titulado “Un ejército de soplones” en el que hablaba sobre los
corresponsables en España de la agencia de prensa marroquí MAP. En el artículo
también hacía referencia a cierto diputado regional. “Modestos trabajadores
inmigrantes, responsables asociativos y hasta un diputado regional componen un
ejército de informadores que transmite todo tipo de información sobre sus
compatriotas”.
Mohamed Chaib ha mantenido además numerosas polémicas y
enfrentamientos con el colectivo saharaui y el movimiento de solidaridad en
España.
En enero de 2009 el escándalo salpicó la participación de su
asociación IBN Batuta en la SMAP-EXPO, que contaba con el patrocinio de la
Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. En esta feria se pretendía abrir
canales de negocio turísticos e inmobiliarios en diferentes zonas de Marruecos
y “en provincias saharianas”, es decir, en los territorios ocupados del Sahara
Occidental, como denunciaba Leonardo Urrutia Segura en una carta al director de
ABC.
El por entonces diputado catalán mantuvo una agria
conversación por escrito con miembros del movimiento asociativo prosaharaui en
Cataluña. Parte de la correspondencia fue difundida por este colectivo que le
acusó de amenazas veladas de enfrentarles con la inmigración marroquí en
Cataluña. Sois unos pesados, no perdáis el tiempo conmigo porque sólo
conseguiréis darme más protagonismo (…) 51 entidades de la Federación de
Marroquíes quieren un enfrentamiento directo con vosotros. De momento les digo
que no merece la pena porque no sois nadie en Cataluña, sería daros un
protagonismo que no tenéis. (…) a vosotros os interesa mantenerlos en esta
situación [a los saharauis] porque vivís de esto, con esta chulería se
dirigía todo un parlamentario regional a ciudadanos de su comunidad autónoma.
Durante la huelga de hambre de la activista y ex presa
política saharaui Aminetu Haidar en diciembre de 2009, el entonces diputado del
Parlamento Catalán, Chaib, la acusó de practicar “chantaje emocional” a España
y a Marruecos. La esquizofrenia del diputado Chaib con su nacionalidad marroquí
llegó al punto de posicionarse claramente en contra de la enorme campaña de
solidaridad que se generó alrededor de la Premio Robert Kennedy Aminetu Haidar:
“Han hablado mal de Marruecos, del Gobierno y del rey. ¿Qué debemos hacer?
¿Quedarnos callados?”, palabras del diputado Chaib que recogió El Periódico de
Cataluña en diciembre de 2009.
Mohamed Chaib ha cargado en numerosas ocasiones contra el
Frente Polisario, legítimo representante del pueblo saharaui, al que acusa de
someter al “terror” a la población saharaui en los campamentos, asumiendo el
discurso del Majzén marroquí que califica a los refugiados saharauis de
“secuestrados en Tinduf”, como recogía la oficina de la MAP en España en
noviembre de 2010.
También se ha mostrado a favor del plan marroquí de autonomía
para el Sahara y en contra de las resoluciones de la ONU que prevén el
referéndum para el fin de la ocupación del territorio. “La independencia no
será posible”, ha llegado a declarar Mohamed Chaib en los medios españoles.
En estos años fuera del Parlamento Catalán se ha dedicado a
su fundación Ibn Battuta, “niña mimada” de los poderes públicos catalanes y sus
subvenciones. El pasado año 2017, tras el terrible atentado terrorista en las
Ramblas de Barcelona, el escándalo volvió a salpicarle, cuando la comunidad
marroquí en Barcelona se rebeló contra el protagonismo de su fundación y acusó
a Mohamed Chaib, como presidente de la asociación, de “manipular la
manifestación de la comunidad musulmana”.
Tener en el Congreso de Diputados español a un personaje de
estas características no puede sino suscitar interrogantes y desconfianza en la
ciudadanía española sobre cuál es su verdadera misión en la política catalana y
española.