El
activista Nasser Zefzafi, la cabeza más visible de las protestas del Rif,
en Marruecos, ha sido condenado por un tribunal marroquí a 20 años de prisión
acusado de “complot con el objetivo de atentar contra la seguridad del Estado”.
Otros tres líderes del movimiento Hirak: Nabil Ahmjiq, Ouassim Boustati y Samir
Ighid, han sido condenados a las mismas penas en una durísima sentencia que
condena a todas y cada una de las 53 personas juzgadas en el proceso.
Las penas han sido de un año de prisión y 450 euros de multa para dos acusados, de dos años para 19 acusados, otras ocho personas han sido condenadas a tres años, diez a cinco años, siete a diez años y tres a quince años, además de los cuatro considerados líderes de la revuelta, condenados a 20 años. Con esta sentencia, “el Estado ha fracasado en el test del respeto de los derechos humanos y las libertades esenciales, así como en independencia de la justicia”, ha declarado uno de los abogados de la defensa.
Las penas han sido de un año de prisión y 450 euros de multa para dos acusados, de dos años para 19 acusados, otras ocho personas han sido condenadas a tres años, diez a cinco años, siete a diez años y tres a quince años, además de los cuatro considerados líderes de la revuelta, condenados a 20 años. Con esta sentencia, “el Estado ha fracasado en el test del respeto de los derechos humanos y las libertades esenciales, así como en independencia de la justicia”, ha declarado uno de los abogados de la defensa.
Las
movilizaciones en el Rif se iniciaron en octubre de 2016 después de que un
vendedor ambulante de pescado, Mohssine Fikri, muriera aplastado por un camión
de la basura cuando se introdujo para rescatar el pescado que la Policía había
confiscado y arrojado. La indignación se apoderó de una población harta de las
humillaciones y la represión del Estado, y que reclamaba desarrollo económico,
autonomía para la región, derechos, libertades y el fin de la corrupción.
Durante las movilizaciones, al menos 450
personas han sido detenidas, y varios cientos han resultado heridas en las
movilizaciones. La respuesta del Estado marroquí a las peticiones de la
población ha sido, una vez más, la represión. Tomado de El Salto