En 2009, enfrentamos electoralmente la polarización entre el Gobierno y la MUD, mediante una alianza cuyo eje fue el partido Patria Para Todos, en el cual uno de sus dirigentes era Henri Falcón, actual candidato presidencial de una alianza de partidos y movimientos, que decidió no atender los llamados suicidas de la abstención. Para 2015, cuando eran más claras las contradicciones y desgajamientos en los polos gobernantes, luego de un arduo trabajo de 5 años de construcción de alianzas, efectuamos un nuevo intento electoral contra estas mismas fuerzas polarizadoras, cuyos intereses son claramente contrarios a los de la nación venezolana.
A pesar de la descomposición evidente de ambos polos, mucho mayor a la de 5 años atrás, los resultados electorales fueron muy polarizados, no permitiendo que se expresaran fuerzas alternas, como sí había ocurrido en 2010.
Los casi dos años y medio transcurridos, desde la victoria de la MUD en las elecciones legislativas, nos han llevado a un escenario mucho más complejo y difícil de analizar, pues a pesar de las divisiones existentes al interior del gobierno y de la oposición tradicional, más que evidentes, los sectores más radicales opositores, junto a grupos extranjeros muy injerencistas, han logrado construir una matriz de opinión favorable a la abstención electoral en las presidenciales de mayo. La prensa ha contribuido enormemente en la construcción de esta matriz, que se basa en cuestiones tan absurdas como la existencia de dictaduras legítimas e ilegítimas, y en la ilusión de una intervención extranjera de EEUU o de sus mercenarios colombianos. María Corina Machado y Ledezma son quienes lo han expresado con mayor claridad.
Llama la atención que entre las víctimas de esta conjura abstencionista se encuentran personas que fueron cercana al gobierno de Chávez, algunos incluso con cierto grado de intolerancia; históricamente alejados de la oposición tradicional y participantes de las políticas anti polarizadoras señaladas al comienzo. Sin lugar a dudas, la ineficaz, negligente, cínica, arbitraria y corrupta acción gubernamental ha rendido sus frutos en estos casos, unidas a la desesperación que produce el gran empobrecimiento de las condiciones de vida y la disgregación geográfica de los grupos familiares. El gobierno, consciente de la ventaja que le significa la abstención electoral de quienes se le oponen, la impulsa y refuerza, además de profundizar la convicción de que es imposible derrotarlo, todo ello en medio de un discurso que llama a la participación del pueblo en los comicios presidenciales.
Se da entonces la curiosa situación de que si bien la MUD está prácticamente desecha, sin liderazgo nacional, sin mayor respaldo de la gente, con serios enfrentamientos internos y sin políticas claras más allá de la abstención, y el Gobierno se encuentre también dividido y con un apoyo reducido a su mínima expresión y soportado sólo en acciones clientelares y demagógicas, puedan ser capaces, en su enfrentamiento polarizado, de terminar de hundir al país en el fango de su desaparición. La polarización agonizante, como el canto del cisne, rinde su último fruto antes de morir.