TOMADO DE
PÚBLICO
Tras haber subido de un 10% al 18,5% en los sondeos, la dinámica del líder
izquierdista preocupa a los sectores conservadores a apenas una semana de la
primera vuelta de las presidenciales.
ENRIC BONET
@EnricQuart
“Hoy hablan de
los tipos de interés, mañana dirán que llueven ranas, después será el invierno
nuclear, luego la llegada de los tanques del ejército soviético y, entre estos
dos, dirán que los venezolanos nos han invadido”. El izquierdista Jean-Luc Mélenchon (republicano y ecologista)
respondió con humor a las críticas feroces de la derecha y la extrema derecha
francesas del último mitin en Lille.
Maximilien
(Robespierre), Ilitch (Lenin), Hugo Chávez, Fidel Castro… Los conservadores
franceses han rescatado a todos sus fantasmas de la historia para atacar al
candidato de la "Francia Insumisa". Tras haber experimentado
una espectacular remontada en los sondeos, Mélenchon se ha
erigido en el centro de las críticas de sus principales rivales en la cursa al
Elíseo: Marine Le Pen(ultranacionalista), Emmanuel Macron (centrista y business friendly) y François Fillon (derecha
republicana).
Según los
últimos estudios de opinión, Mélenchon obtendría un 18,5% de los votos (hace
menos de un mes se situaba en torno al 10%). De esta forma, estaría casi empatado con Fillon (20%) y cerca de alcanzar a Le Pen (22,5%) y Macron (23,5%).
Un tercio del electorado
asegura no saber a quién votará. Ante este escenario tan incierto, la dinámica
creciente de Mélenchon inquieta. “Mélenchon: el delirante proyecto del
Chávez francés”. “Mélenchon, el nuevo riesgo francés”.
Así titularon este miércoles el diario conservador Le Figaro y el rotativo económico Les Echos respectivamente. Después de haber
elogiado su talento como orador y su coherencia ideológica, la prensa francesa
ha cambiado el tono ante su incipiente remontada.
“A Mélenchon no
le falta labia ni talento, pero es penoso ver como un
hombre con un programa tan demagógico puede despertar tanta simpatía”,
aseguró Le Figaro en un editorial completamente
caricatural.
Los otros
candidatos también critican ahora a Mélenchon, después de haberlo ignorado
durante buena parte de la campaña. La ultranacionalista Le Pen le acusa de ser un “inmigracionista
absoluto”, por haber defendido una acogida digna de los refugiados.
El derechista
Fillon dedicó una parte de su discurso en Marsella en atacar “el programa
comunista” del candidato de la "Francia Insumisa". El miedo a la izquierda parece ser el último recurso que le queda
al candidato de la derecha republicana para movilizar a un
electorado consternado por el Penelope Gate, el escándalo de los supuestos empleos ficticios como
asistentes parlamentarios de la mujer y los hijos de Fillon.
El último
candidato en incorporarse a la campaña del miedo en contra de Mélenchon ha
sido Macron. “El revolucionario comunista era senador
socialista cuando yo aún estaba en el instituto”, le ha reprochado, criticando
así la larga trayectoria política de Mélenchon, que fue elegido senador en
1986. El líder de En Marche! (¡En Marcha!) ve cómo el republicano le
disputa el voto de los tradicionales votantes del Partido Socialista, decepcionados
por el quinquenio de François Hollande y la decadente trayectoria del candidato de su formación
Benoît Hamon (9%).
Hollande rompe su silencio ante la
“moda Mélenchon”
Hollande
rompió, de hecho, esta semana su silencio sobre la campaña para expresar su
inquietud sobre la “moda Mélenchon”, que puede dar lugar a una
segunda vuelta entre Mélenchon y Le Pen. “Hay un gran peligro
ante las simplificaciones, las falsificaciones, que hacen que miremos más el
espectáculo de un tribuno que el contenido de su texto”, declaró.
¿Qué efectos tendrá la campaña del miedo en contra de
Mélenchon? Difícil saberlo, pero no resultaría sorprendente si esta sirve para
favorecer las perspectivas electorales del líder de la izquierda radical.
Tras las
decepcionantes presidencias de Sarkozy y Hollande y diez años de letargia
económica e incremento de la precariedad, reina en Francia un malestar
evidente respecto a sus élites políticas y mediáticas. Seis de cada
diez franceses desconfían de los medios escritos y televisivos. Hollande,
Sarkozy, Juppé, Valls… Todos ellos han sido enviados a la papelera de la
historia durante esta campaña presidencial en la que nada sucede como se
preveía.
Con los gritos
de “dégagez, dégagez (echadlos, echadlos)”, los
simpatizantes de Mélenchon ovacionaron la respuesta que este dio a las críticas
de sus rivales. “Si elegís a estos tres (Macron, Fillon o Le Pen), terminaréis
escupiendo sangre”, proclamó el candidato de la "Francia Insumisa"
ante las 12.000 personas que llenaron el Gran Palacio (varios centenares se
quedaron fuera del pabellón) en Lille, el norte de Francia, una de las regiones
más deprimidas económicamente del país.
Mélenchon
consagró buena parte de su discurso a defender el
restablecimiento del orden social republicano ante las políticas de austeridad
neoliberalesreivindicadas por Fillon y Macron. Una muestra más de su
estrategia populista de izquierdas que parece estar calando en la sociedad
francesa.
El político preferido de los
franceses
Mélenchon no se presenta como el candidato de ninguna
fuerza política tradicional, sino del movimiento de la "Francia
Insumisa", creado a principios del año pasado.
Inspirado por la
experiencia de Podemos y Bernie Sanders, este impulsa su candidatura a través de un uso virtuoso de las redes
sociales. El canal de Youtube de Mélenchon cuenta con más de 280.000 abonados. Este gran seguimiento en las
redes se ve reflejado con el apoyo masivo en los mítines,
por ejemplo, las 120.000 personas que reunió (según los organizadores) en la
marcha por la Sexta República del 18 de marzo en París, o las 70.000 que
asistieron a su mitin del domingo pasado en Marsella.
No
obstante, el inicio de la remontada de Mélenchon empezó
con el primer debate televisivo del 20 de marzo, cuando numerosos
analistas calificaron su intervención como la más brillante.
“No estaba interesada por las presidenciales, pero
tuve una revelación cuando lo vi durante el primer debate televisivo” reconoce
Virginie V., de 28 años. Esta antigua votante socialista o de los verdes
franceses asistió al mitin de Lille para hacerse una mejor idea de su candidato
predilecto. “Quizás sus ideas se encuentran más a la izquierda que las mías,
pero el personaje me inspira confianza”, afirma esta monitora en talleres de
educación popular.
Según un
reciente sondeo de Ifop, el 68% de los franceses tienen una opinión positiva de Mélenchon.
Tras una subida de 22 puntos en este índice durante el último mes, el candidato
de la "Francia Insumisa" se ha convertido en el político preferido de los franceses.
El 29% de los
ciudadanos entre 18 y 24 años afirman querer votar por el líder de la izquierda
radical, lo que le convierte en el candidato preferido de los
jóvenes por delante de Macron y Le Pen.
El carisma, la coherencia ideológica y el estilo
pedagógico de Mélenchon parecen estar convenciendo a la desencantada sociedad
francesa. Y esto inquieta a los sectores más conservadores.