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26 diciembre, 2016

Así era Santa Claus antes de 'fichar' por Coca-Cola: ni rojo, ni gordo





No viajaba en trineo y tampoco partía de Laponia: lo hacía desde España. Así ha evolucionado Papá Noel a lo largo de los años
La imagen actual que tenemos de Papá Noel es la de un anciano bonachón, con una gran barriga, barba blanca, traje rojo y que viaja en trineo regalando presentes a los niños de todo el mundo. Pero la Historia sitúa la imagen de Santa Claus lejos de este estereotipo; ni tan gordo, ni tan de rojo. A continuación, os presentamos al verdadero Papá Noel, con toda su evolución.

Un obispo generoso

De Nicolás de Bari, un obispo del Siglo IV nacido en Patara -actualmente territorio turco-, nace la historia de Santa Claus. Aunque en su imagen sí que tiene algún matiz rojo, no es el color que destaca. De hecho, en muchas representaciones se le viste de verde. Es delgado y porta estrellas y cruces en su vestimenta, elementos que el Santa Claus actual no tiene.
A él se atribuye un milagro que le dio la fama y con el que comenzó la historia de Santa Claus. Según cuentan los historiadores, un padre arruinado se vio obligado a prostituir a sus tres hijas. Nicolás de Bari deslizó unas monedas a través de la chimenea de la casa familiar para paliar su situación de pobreza y que las niñas dejasen de vender su cuerpo. Las monedas cayeron dentro de las medias de lana que las tres hermanas habían colgado para secar en la chimenea. De esa anécdota surgió la idea de que este legendario personaje se deslizara por la chimenea y dejara sus regalos en los calcetines colgados.

Regalos desde España

Sinterklaas. Con este nombre se conoce en Países Bajos a la Fiesta de San Nicolás, en honor a San Nicolás de Bari. Se celebra los días 5 y 6 -la víspera y el día del santo- y es una tradición que se remonta al año 343 según la cual, igual que Santa Claus, San Nicolás reparte regalos a los niños.
Va vestido de blanco y rojo aunque es una imagen más religiosa, ya que la figura es propiamente el santo y, en lugar del típico gorro con una borla blanca, porta una mitra. La figura del trineo y los ciervos se ve sustituida aquí por un caballo. De hecho, llega a las casas de los niños desde España, no desde Laponia, acompañado de sus ayudantes, los Pedritos, y de su caballo Ameriego.

El primer Santa Claus: un duende enano y delgado

Cuando hacia 1624 inmigrantes holandeses fundaron Nueva Ámsterdam -actualmente Nueva York- también importaron sus costumbres, entre ellas la Fiesta de San Nicolás.
En 1809, Washington Irving escribió Historia de Nueva York, una sátira en la que deformó el nombre neerlandés Sinterklaas en la simplificada pronunciación angloparlante Santa Claus, como actualmente lo conocemos.
Distinta es la representación que dos décadas más tarde, en 1823, el poeta Clement Clarke Moore hizo del Santa Claus de Irving. En este caso, definía al personaje navideño como un duende enano y delgado. Como ahora, el duende regalaba juguetes a los niños la víspera de Navidad y conducía un trineo tirado por renos. En este texto, por cierto, hace su primera aparición el entrañable Rudolph.

El segundo Santa: verde, con lunares negros

Con el libro infantil The Life and Adventures of Santa Claus de L. Frank Baum se consagra la figura de Papá Noel como un anciano que reparte regalos en Navidad, con su frondosa barba blanca y su gran barriga, aunque ilustrado con una vestimenta verde con un borde blanco con puntos negros. Esta imagen data del año 1902.

El 'fichaje' de Coca-Cola

En 1931, Coca-Cola encargó a Haddon Sundblom rediseñar a Santa Claus con los colores de la compañía. Y, según cuenta la leyenda, así se ha quedado. De color rojo y completamente pagano, muy alejado del color verde y las cruces que le caracterizaron antaño. El poder de una multinacional que cambio el símbolo de la Navidad para miles de niños en todo el mundo.