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10 octubre, 2016

Tres millones de niños menores de cinco años, mujeres embarazadas y lactantes sufren desnutrición aguda en Yemen

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No sabemos el nombre del niño. Podría llamarse Aylan o también Omran. Pero nadie ha pronunciado su nombre. Sólo sabemos, por su aspecto, que debe tener mucha hambre. En la descripción enviada por la agencia Reuters junto a la foto de Abduljabbar Zeyad sólo reza: "Un niño malnutrido yace en la cama del hospital de la ciudad de Hodeida, puerto del Mar Rojo, en Yemen". Le vemos hecho un amasijo de piel y huesos, con el cabello decolorado por la falta de alimento. En otra foto, aparece junto a su madre, también en los huesos.

El rostro de este pequeño es idéntico al de otros tres millones de niños menores de cinco años, mujeres embarazadas y lactantes que necesitan ayuda urgente porque sufren malnutrición aguda en el país árabe. Según la ONU y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), a causa de la contienda, 19 de las 22 provincias del país están acosadas por la inseguridad alimentaria y más de la mitad de la población civil no tiene prácticamente qué echarse a la boca.
Una mujer, junto a su hijo malnutrido en el hospital de Hodeida. ABDULJABBAR ZEYAD /REUTERS
Los técnicos del PMA prevén que la situación empeore si el conflicto continúa. Y esta guerra no tiene visos de detenerse, tras el reciente fracaso de las negociaciones de paz auspiciadas por Naciones Unidas. Desde que la llamada coalición árabe, liderada por Arabia Saudí, intervino en el conflicto en Yemen en marzo de 2015 han muerto más de 10.000 personas, según cifras de Naciones Unidas.
La crisis humanitaria en Yemen es de una magnitud desproporcionada. "Es una de las peores crisis del mundo y sigue empeorando. El país y sus habitantes han pagado un precio muy alto por el conflicto; la exacerbada expansión de la vulnerabilidad y la destrucción virtual de los mecanismos de supervivencia de los hogares. Como resultado, la inseguridad alimentaria es inaceptablemente alta", ha explicado Jamie McGoldrick, coordinador humanitario de la ONU para Yemen.
Este país ya era el Estado más pobre del mundo árabe antes de la guerra. Hoy, la situación es desesperada. Al menos siete millones de personas -un cuarto de la población yemení- viven en lo que las agencias humanitarias internacionales califican "por debajo de los niveles de emergencia de inseguridad alimentaria", en la fase cuatro de cinco niveles de una escala. Otros siete millones, están en la fase tres. Lugares como Hodeida (donde se encuentra el niño de la imagen) -que antes de la guerra era la cuarta ciudad del país, con una población de 400.000 habitantes- los niveles de desnutrición superan el 21%.
Literalmente, no hay alimentos en Yemen porque el conflicto impide que se importen normalmente los productos de primera necesidad, en un país que depende al 90% de los alimentos traídos del exterior. A eso hay que añadir el alza de precios de la comida y la escasez de combustible para cocinarlos. La pesca tradicional también se ha visto recortada en un 75% en el caso de puertos de mar de las provincias de Taiz y Hodeida.
Sin apenas fondos para poder ofrecer asistencia, agencias como el PMA reclaman financiación para asistir a millones de civiles en Yemen. Mientras, niños sin nombre se mueren de hambre en este conflicto casi olvidado.