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21 febrero, 2016

Murió a los 89 años Harper Lee, autora del clásico "Matar a un Ruiseñor"



Reuters

Harper Lee, la autora de uno de los clásicos más emblemáticos de la literatura moderna estadounidense, "Matar a un Ruiseñor", murió el 19 de febrero, a los 89 años.

La escritora esperó 55 años para publicar en 2015 su segundo libro con los mismos personajes dos décadas después y un punto de vista diferente respecto al de su primera novela, que abordaba la perspectiva de un niña sobre el bien y el mal.

Mary Jackson, funcionaria de la ciudad natal de Lee, Monroeville, en el estado de Alabama, dijo vía telefónica que la escritora había muerto. Una mujer que respondió en la oficina de la abogada de la autora Tonja Carter leyó un comunicado en nombre de la familia que decía que Lee "murió temprano esta mañana mientras dormía. Su fallecimiento fue inesperado".

Por décadas se pensó que la autora nunca publicaría más relatos después de "Matar a un Ruiseñor", de 1960 y ganador de un premio Pulitzer, pero la aparición de "Ve y pon un Centinela" en julio del 2015 fue un evento literario sorpresivo, que además conmocionó a los seguidores de la primera novela.

En el primer libro, Atticus Finch era el adorado padre de la joven protagonista y narradora Scout, y un abogado que noblemente pero sin éxito defendió a un hombre negro acusado injustamente de violar a una mujer blanca. Pero en el segundo, ambientado en la década de 1950, un Atticus con 20 años más muestra opiniones racistas que desilusionan a su hija ya adulta.

Lee escribió "Ve y pon un Centinela" antes que "Matar a un Ruiseñor", pero a sugerencia de su editor lo dejó de lado para contar la historia del racismo en el sur de Estados Unidos en la década de 1930 desde el punto de vista de una niña.

Tras sufrir un accidente cardiovascular en el 2007, Lee vivió sus últimos años en un hogar de ancianos. Su abogada dijo el año pasado que descubrió el manuscrito en el 2014 al hacerse cargo de los temas legales de la escritora.

Lee también tuvo un papel clave en la investigación para otra gran novela estadounidense, escrita por Truman Capote, su amigo de la infancia. En 1959, la autora acompañó a Capote a Holcombe, Kansas, para trabajar en "A Sangre Fría", el escalofriante relato documental del asesinato de una familia local.