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08 febrero, 2016

LA ISABELICA EN UNA CAMIONETICA


Opinión
¡AMORES QUE MATAN…!

Por Jesús Francisco Gómez



Cuando la camionetica de pasajeros pasó por debajo del arco de Bárbula, me sentí rejuvenecido al ingresar a territorio del Campus Universitario de mi querida Alma Mater, la Universidad de Carabobo; donde pasé, entre sobresaltos buenos y malos, felices años de mi juventud estudiando en la Facultad de Ciencias de la Educación, para labrar mi futuro y recibirme de Licenciado. Pues Bien, regresaba, nuevamente, a la Universidad como aspirante estudiantil y me dirigía a la Facultad de Derecho para averiguar la posibilidad de estudiar abogacía a mis años “sexigenario”.
Seguía la buseta su ruta adentrándose al Campus por la avenida interna, vigilada de lado y lado, por altos, frondosos y verdes árboles, a la par que mis pensamientos retrocedían al pasado estudiantil vividos en estos muros de la Carabobo. _Estoy seguro, que a casi todos nos ha pasado, graduados o no, que en aquellos tiempos juveniles de estudiante universitario, entre bochinches, lecturas y amoríos, teníamos sueños por querer arreglar el mundo_.
Pertenecía, en aquellos tiempos, a un exclusivo grupo de lectura y estudios Marxista donde soñábamos enamoradamente por una “Sociedad Socialista”, nuestra Utopía.  Desde estos lares universitarios y a lo lejos, a través de los libros revolucionarios que hablaban de México, Cuba, Rusia y trabajos como el Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels, El Capital de Marx, entre otros muy buenos textos, admirábamos, a la Revolución Mexicana de Zapata y Pancho Villa; la Revolución Rusa de Trótski y Lenin; la Revolución Cubana de Fidel y el Ché. Todo era un idilio fantasioso, deseando tener nuestra propia Revolución aquí, mientras éramos protestatarios contra el Rector de la Universidad o el Presidente de la República de aquel entonces. No fuimos unos “Tirapiedras Cualquiera”; no señor, convivíamos como rebeldes contra el Sistema, como Socialistas dentro de la Comunidad Universitaria, respetado y todo... Pero, para luego pisar tierra, hablo por unos cuantos como yo, cuando dejamos la Universidad y salimos con el Título bajo el brazo en busca del difícil “primer empleo”, al encuentro de oportunidades ante la realidad que se nos presentaba, casado y sin trabajo. El mundo de ensueños ideológicos y amoríos había quedado en las aulas de clase, pero con el ideal socialista, nuestra imaginación revolucionaria, en algún lugar del cerebro.
Con el bullir del motor de la camioneta y el hervor de mis pensamientos, el rabioso monólogo interno de mis recuerdos no paraba. _Seguía recordando aquel momento en que ¡De pronto llegó Chávez! No podíamos creer que aquella “Utopía Universitaria” de nuestra anhelada “Sociedad Socialista” se materializara en un hombre que pensaba, hablaba, y actuaba como nosotros: “Chávez”.…“Chávez era yo, y yo era Chávez”, así gritábamos a los cuatro vientos. Él se había convertido, con su verbo lleno de “realidades del padecer nuestro de cada día”, en un Sentimiento Nacional. Llegó al Poder con el apoyo de Estudiantes, Profesionales y mucho Pueblo Llano de adecos y copeyanos.  Y con ello, creímos que venía a gobernar para cambiar, el “Sistema Imperante”, hacia el bien común de la “Sociedad Socialista”, nuestra Utopía. ¡Demasiado bueno para ser verdad! ¡Qué chasco nos llevamos con ese farsante y oportunista ladrón de Hugo Rafael!...
… ¡De pronto se fue Chávez! Se fue Chávez, dejándonos la Soberanía y la Libertad bajo la tutoría  de los Castros; nos vendió como borregos al Régimen Cubano. Se fue Chávez, dejándonos caos, miseria y muerte al arruinar la economía del País; enriqueciendo, con el Tesoro Nacional, a su familia, entorno ministerial y a chuleadores gobernantes de países dentro y fuera del hemisferio americano, que en su momento le apoyaron en sus tropelías y fechorías contra nuestros connacionales… Se fue Chávez, dejándonos a nosotros, los “Tirapiedras Universitarios”, con un sabor amargo a traición por sentirnos utilizado y despreciado por él, como condones, para sus ansias de Poder Hegemónico y cuyo propósito fue destruir a nuestra sociedad, a nuestra Venezuela que nunca jamás fue suya… Se fue Chávez, un resentido social, dejándonos a los sátrapas y maleantes de Maduro_Diosdado _esbirros_, un dueto de perseguidores, carceleros, y criminales genocidas. Ellos, verdugos de estudiantes y líderes políticos; Ellos, azotadores de la población con su ejército paramilitar de delincuentes comandado por la Prán Mayor, Iris Varela y su difunto amante, el Prán de Margarita, “El Conejo”, que con un odio visceral resguardan al Régimen y continúan con el terrorismo sangriento para someter y atemorizar a los ciudadanos de bien, legado del difunto, hoy enterrado en Cuba…
¡Caraaajo! Ofuscado en mi torbellino de ideas, la camionetica se pasó del buscado destino. ¡Caramba, chico! Hay que echarle bolas pá tras, aunque no estudie abogacía, y rectificar el camino para rehacer al Nuevo Edificio de la Casa de las Leyes, la Asamblea Nacional que ganamos en buena lid, la cual cambiará nuestras vidas, ahora con FÉ en el futuro. Sólo hay que dar el primer paso de “Cambio” y cuidar de no equivocarse nuevamente, para no seguir ideologías trasnochadas ni líderes mesiánicos.
Por ello, como aquellos amores que matan y por muchos detalles más, como todo aquel “picao de culebra, que cuando ve bejuco, se asusta”; así  de mosca estoy en las reuniones de mi Alternativa1, cuando comienzo a ver de reojo y con desconfianza al que me toca, con hedor a chavismo, el tema de una nueva “Sociedad Socialista”. No vaya a ser que en el horizonte aparezca un Chávez gatopardeano y vuelva a lanzar a la letrina aquellos sueños de joven universitario, que alguna vez tuve. Con una sola vez de engaños y estafa política…, basta para no saber más de “Socialismo del Siglo XXI”. Estoy muy viejo para la gracia. Eso lo dejo para las tertulias de políticos idiotizados, acompañados de un güisquisito; pues, los comunistas y socialistas, como yo, hemos demostrado a nivel parroquial y mundial que no servimos para gobernar ni administrar. Todo lo que tocamos lo volvemos miseria y hambre. Es una cruda realidad y a las pruebas me remito: La antigua URSS, Europa Oriental, Cuba, Corea del Norte y pare usted de contar aquellos países, como Venezuela, que estamos probando a juro de la fatal medicina Comunista: Nuestra población y recursos han sido destruidos.
¡A caminar con pasos firmes y seguros que ya se vislumbra una luz en el túnel del totalitarismo, puesto que ya ganamos la Asamblea Nacional con 112 Diputados que nos representan.., y no desmayaremos hasta salir de esta obscuridad sacando al sátrapa de Miraflores en este año 2016!