¿Viajar de Londres a la ciudad de Nueva York en coche?
Esto podría ser posible si el director de RussianRailways, Vladimir Yakunin, se sale con la suya.
Su proyecto se llama Cinturón Trans-euro-asiático.
Si llega a construirse, será la ruta por carretera más larga del
planeta (casi 21.000 km.), y conectará Londres con Nueva York en coche.
El proyecto contempla la construcción de
una gran carretera junto al existente ferrocarril Transiberiano, al
igual que una nueva red de trenes y tuberías de petróleo y gas.
Una enorme carretera transiberiana que
uniría la frontera este de su país con el estado de Alaska en Estados
Unidos; ésta atravesaría una estrecha sección del mar de Bering que
separa a Asia y a América del Norte.(...)
No es la primera vez que se plantea un
proyecto semejante. El principal obstáculo a superar es el Estrecho de
Bering. Un brazo de mar de 82 kilómetros de anchura que separa el
extremo más oriental de Siberia con la punta de Alaska. Sus aguas tienen
una profundidad de entre 30 y 50 metros, y en su centro hay dos
pequeñas islas, las Diómedes, separadas entre sí solo 3,7 kilómetros.
Habría que atravesar el estrecho de
Bering mediante alguna combinación de puentes, túneles o ferrys que
lleven los vehículos de un lado a otro. Lamentablemente, el proyecto aún
no ha detallado este punto, lo que ya da una idea de que los plazos
para su construcción no son precisamente cercanos.
La madre de todas las carreteras
Si el Cinturón Trans-euro-asiáctico se
llegara a completar, sería la madre de todos los viajes por carretera.
Asumiendo que fuéramos a hacer el trayecto Londres – Nueva York, primero
habría que cruzar el Canal de La Mancha para llegar al viejo
continente, y atravesar Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Polonia y
Bielorrusia hasta llegar a la frontera rusa.
Llegados a Rusia, nos quedan por delante
casi 10.000 kilómetros que recorren el país de oeste a este. Decíamos
arriba que cruzar el estrecho de Bering era un problema, pero no lo es
menos construir una autopista decente que atraviese Rusia. Los caminos
actuales en Siberia no son precisamente como para recorrerlos en un
utilitario. Muchas rutas como la de Kolyma son simples caminos de tierra
que sufren de inundaciones y por las que solo los recios camiones rusos
se atreven a pasar.
Desarrollar la región
Semejante infraestructura supondría un
increíble impulso económico para Siberia y ayudaría a crear nuevas
empresas y hasta nuevos asentamientos en el recorrido de esa
mega-autopista. Una vez llegados a la ciudad más oriental de Siberia,
sólo habría que cruzar el puente (o lo que quiera que Yakunin tiene en
la cabeza) para llegar hasta Nome, y de ahí a Fairbanks y a la frontera
canadiense para seguir camino hasta Nueva York.
Esta parte del recorrido tampoco tiene
unas carreteras magníficas. Habría que hacer muchas mejoras para
conectar Nome con las ciudades más grandes de Alaska. Eso por no
mencionar que prácticamente todo el recorrido debe ser a prueba de nieve
y hielo la mayor parte del año.
El proyecto, en definitiva, no es
pequeño precisamente, ni ha sido el primero. Hemos perdido la cuenta ya
de la cantidad de túneles, puentes y otras ideas más peregrinas que han
tratado de conectar Rusia y Alaska a través de Bering.
¿Quién va a pagar por esto?
Yakunin ha sido descrito como un amigo
cercano del presidente ruso Vladimir Putin. Algunas fuentes han
especulado que él podría ser el sucesor de Putin como presidente. El
proyecto TERP supuestamente tendría un costo de “billones de dólares”.
Sin embargo, los considerables retornos
económicos compensarían en gran medida el alto desembolso de efectivo.
Este es otro aspecto del que no se mencionan detalles en el informe.
Yakunin presentó el proyecto ante la Academia de Ciencias Rusas
el 25 marzo de este año (2015) y, desde entonces, no parece que haya
ganado mucha tracción. Para hacerlo realidad, Rusia tendrá que buscar la
cooperación de otros países, entre ellos Estados Unidos.