El reciente desbloqueo de la base aérea siria de Kuveyris, en el sur de la provincia de Alepo, ha sido considerado como la mayor victoria del Ejército sirio en lo que va de guerra civil. No solo se trata de una victoria militar, sino de una importante victoria moral de aquellos que siguen siendo fieles al juramento de su bandera.
Tres años de bloqueo e incesantes ataques de los terroristas contra esta
base siria han terminado con la alegre reunión de los asediados con sus
compañeros de armas.
Desde mayo de 2012 soldados sirios encabezados por el general Munzer Zammam
han resistido 400 ataques, según un reportaje de la agencia rusa RIA Novosti .
Cómo resistieron esperando ayuda
La base aérea de Kuveyris no es solo un aeródromo militar con sus hangares,
radares y pistas de aterrizaje, ya que esta localidad también alberga una
escuela militar aérea.
El primer intento por controlar estas instalaciones, en la primavera de
2012, corrió a cargo del 'moderado' Ejército Libre Sirio. A esta tentativa le
siguieron la de otras agrupaciones rebeldes, hasta la llegada de la agrupación
terrorista más grande de la región, el Estado Islámico.
"Kuveyris es nuestra casa y cada soldado y oficial estaba dispuesto a
morir por ella. Sabíamos que nuestra derrota o victoria jugarán un papel
importante y no teníamos derecho a fallarle a nuestro país y a nuestro
ejército", explicó el general Munzer Zammam.
La vida durante el asedio no fue nada fácil. La guarnición pudo salvarse
gracias a que contaba con sus propias reservas de harina y productos enlatados.
Los soldados sirios se alimentaban de pan de horno hecho con sus propias manos,
mientras que las verduras y frutas las cultivaban en la misma zona que
defendían. Las municiones les llegaban por aire.
"Los peores meses fueron los seis últimos. A veces el Estado Islámico
atacaba la base durante cuatro días consecutivos […]. Desde el comienzo del
asedio se registró un mínimo de 400 intentos de asalto. Ellos usaban equipo
pesado, tanques y artillería. Los grupos asaltantes estaban formados por entre
600 y 1.000 milicianos, pero se ha derramado ya bastante sangre de nuestros
amigos y hermanos, y no podíamos permitir que fuera en vano", indicó el
comandante.
La operación de rescate
La heroica guarnición fue rescatada por la división Tigre de la Guardia
Nacional al mando del coronel Suheil Al Hassan- militar, que se ganó durante la
guerra reputación de infalible, no fallando ni una sola de las operaciones que
dirigió.
El ataque final de tropas gubernamentales se produjo la noche del 10 de
noviembre, con fuerte apoyo de sistemas de lanzamisiles múltiples Grad de
producción soviética.
Las fortificaciones de búnkeres de terroristas fueron destruidas por bombarderos rusos y sirios. La infantería siria atacó al amanecer.
"El enemigo no tuvo
ninguna oportunidad", dijo el teniente Ali de la división Tigres, que
valoró el papel decisivo de los aviones rusos. "En coordinación con
nuestra aviación y artillería nos facilitaron mucho el cumplimiento de la
tarea. Juntos hemos logrado esta victoria tan esperada, pero todavía queda
mucho trabajo por hacer...", dijo.
Las fortificaciones de búnkeres de terroristas fueron destruidas por bombarderos rusos y sirios. La infantería siria atacó al amanecer.