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12 octubre, 2015

Condenado en Irán el periodista de ‘The Washington Post’, Jason Rezaian


El País
La angustia del periodista estadounidense Jason Rezaian, detenido en Irán y acusado de espionaje, se alargó aún más tras conocerse que ha sido condenado. Tras más de 14 retenido en una de las prisiones del país, un portavoz de la justicia iraní aseguró que la corte había alcanzado un veredicto, aunque no reveló cuál. La familia del corresponsal de The Washington Post en Teherán tuvo que esperar varias horas más hasta saber que el juez le había declarado culpable.
La noticia llegó semanas después de que se cerrase el juicio y a través de la televisión estatal iraní, donde lo anunció el portavoz del tribunal, Gholam Hossein Mohseni-Ejei. El portavoz no reveló la condena ni los cargos exactos por los que Rezaian deberá seguir en prisión. Irán ha indicado en varias ocasiones que el periodista podría quedar en libertad en un intercambio de presos si Washington también libera a varios ciudadanos iraníes condenados por violar las sanciones económicas al país.
El director ejecutivo del Post, Martin Baron, calificó la sentencia como “una injusticia escandalosa”. Baron acusó a Irán de comportarse “inconscientemente” durante todo el caso. “Aunque nunca tanto como con esta decisión de una Corte Revolucionaria que ha condenado a un periodista inocente después de un proceso llevado en secreto y sin pruebas de delito alguno”.
Rezaian, ciudadano con doble nacionalidad estadounidense e iraní, ocupaba el cargo de corresponsal jefe en Teherán para el Post desde 2012. El periodista, que había residido en Irán en varias ocasiones desde nueve años antes, fue detenido junto a su mujer, la reportera iraní Yeganeh Salehi y otros dos fotógrafos el 22 de julio de 2014. Fueacusado por las autoridades iraníes de espiar el programa nuclear del país y de recabar información sobre empresas e individuos que violaban las sanciones.
Los cargos tienen entre 10 y 20 años de condena a prisión, aunque se desconoce si han formado parte del proceso judicial en el que ha sido condenado. Ni la familia ni el diario saben si Rezaian ha sido informado del veredicto.
Según la televisión estatal iraní, Rezaian cooperaba con EE UU proporcionando esos datos a las autoridades, que a su vez imponían nuevas sanciones sobre compañías específicas. Tanto la familia del periodista como el periódico para el que trabajaba disputan estas acusaciones. Según ha informado Baron, la familia apelará la condena “inmediatamente” y su abogada, Leila Ahsan, pedirá su libertad bajo fianza hasta la resolución del caso.
Peticiones de ayuda
El Departamento de Estado norteamericano renovó este lunes su petición para la puesta en libertad de Rezaian a través de su portavoz, John Kirby. “Desafortunadamente, [la condena] no es sorprendente dado que este proceso ha sido opaco e incomprensible desde el primer día”, dijo Kirby. La familia de Rezaian, los directivos del Post y las autoridades de EE UU han apelado a Naciones Unidas para que ayude a liberar al corresponsal, que ya lleva retenido más tiempo que ningún otro occidental en Irán. Este fin de semana superó los 444 días que fueron retenidos los funcionarios de la embajada estadounidense en Teherán durante la crisis de los rehenes de 1979.
La familia del periodista ha revelado que durante estos últimos 14 meses ha sido retenido en régimen de aislamiento, sin acceso a un abogado, sin atención médica que necesitaba y que sufrió “métodos de interrogatorio agresivos”. Su mujer, liberada a los pocos meses de ser detenida, ha podido visitarle en la cárcel de Evin en una ocasión.Ni ella ni la madre de Rezaian pudieron acceder a ninguna de las cuatro vistas del juicio contra él, celebrado a puerta cerrada y en secreto.

El hermano del periodista ha calificado la condena de “otro triste episodio” en un proceso marcado por el secretismo. “Sigue un patrón de las autoridades iraníes de silencio, confusión, retrasos y falta total de adhesión al derecho internacional, así como a la legislación iraní”, aseguró Ali Rezaian en un comunicado. La familia alega que el Gobierno iraní nunca ha proporcionado ninguna prueba del supuesto espionaje que habría cometido el periodista. “La vaga sentencia en este supuesto veredicto, a pesar de que es realmente decepcionante para nuestra familia, no es sorprendente”.