Exteriores del campo Delta de Guantánamo donde están presos los sospechosos del 11-S.
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Reuters / Bob Strong
En agosto del 2013, el equipo de abogados de uno
de los cinco acusados de participar en los atentados del 11 de
septiembre de 2001 en EE.UU. ayudó a su defendido a transmitir un
mensaje a sus familiares en Yemen sin el conocimiento de la
administración de la prisión militar de Guantánamo (Cuba), lo que ha
estancado el proceso judicial contra los presuntos terroristas.
Ramzi bin
al Shibh pidió a sus abogados enviar un mensaje a su familia. Los
letrados accedieron a la petición y encargaron la tarea al traductor,
quien realizó una llamada a Yemen desde un teléfono de Guantánamo y
mantuvo una conversación de cinco minutos con el hermano de Bin al
Shibh, informa Reuters.(...)Cuando en abril del 2014 los funcionarios estadounidenses se enteraron de la llamada, se inició una verdadera caza de brujas contra los abogados con el pretexto de haber violado los protocolos de seguridad de la prisión y por temor a que el recluso hubiera transmitido un mensaje codificado para operativos de Al Qaeda en la nación árabe.
A los reclusos de Guantánamo se les permite comunicarse con sus familiares a través de cartas, llamadas telefónicas y videoconferencias supervisadas por oficiales militares. Pero el incidente con la llamada telefónica solo ha complicado aún más la ya difícil situación judicial en la que se encuentran los procesados en las cortes militares que llevan el caso.
Sin embargo, aseguran los abogados de Bin al Shibh que este en su mensaje solo incitó a su hermano para que aliente a su hijo a "estudiar mucho en la escuela". Esta versión también ha sido corroborada por funcionarios gubernamentales, quienes indicaron que la conversación parece haber sido inofensiva, pero que se ha hecho "mucho ruido para sacar pocas nueces".