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21 septiembre, 2015

Principios Básicos de Economía



Juan Eliécer Ramírez
elieceramirez@gmail.com
Con la mejor intensión de conducirnos en estas circunstancias de crisis económica, deseo compartir algunos principios básicos que pueden ayudarnos a evitar el flagelo de las deudas innecesarias. La mayoría de los que tienen esas dificultades, las tienen porque no han establecido un orden de prioridad en sus responsabilidades económicas.

Para la mayoría de nosotros existen dos tipos de deuda: la deuda común y la deuda por inversiones o negocios. La deuda común es la que se contrae al comprar a crédito cosas de uso o consumo diario, como por ejemplo, ropa, artículos para el hogar, muebles, etc. Este tipo de deuda está respaldado por nuestras entradas futuras, y puede ser muy peligroso; si perdemos el trabajo o quedamos inhabilitados para hacerlo, o nos encontramos en una situación de emergencia cualquiera, podemos tener serias dificultades para cumplir con nuestras obligaciones económicas. Cuando pagamos en cuotas, estamos utilizando la forma más cara de compra, pues al precio de los artículos debemos agregar el alto interés que nos cobran.
Comprendo que en una situación de estanflación (hiperinflación con falta de producción), por la que coyunturalmente atravesamos, donde nuestros ingresos quedan pulverizados, a veces, esta es la única forma en que un matrimonio o familia joven puede satisfacer sus necesidades; pero quiero advertirles, desde mi propia experiencia, que no compren más de lo estrictamente necesario, a que paguen las deudas por este concepto, a la brevedad posible. Cuando el dinero es escaso, como ahora, hay que tratar de evitar la carga excesiva de los intereses.
En cuanto a contraer deudas por inversiones o negocios, éstas deben tener un respaldo tal que no pongan en peligro la seguridad económica de la familia. No inviertan en aventuras  de especulación. Esta forma de inversión puede convertirse en un vicio. Muchas son las fortunas que han desaparecido por causa del apetito incontrolable de acumular cada vez más riquezas. Podemos aprender de los errores del pasado y evitar esclavizarnos con nuestro tiempo, energías y salud a un apetito voraz por adquirir bienes materiales.
Compartiré con mis apreciados lectores cinco principios para librarse de las deudas. Saldar las deudas y mantenerse libre de otras nuevas requiere la aplicación de ciertos principios básicos que debemos seguir, tanto individualmente como en la vida familiar. Por ejemplo: 1.- Debemos vivir dentro de nuestros ingresos. Aunque coyunturalmente ahora es casi imposible, esa circunstancia debemos entre todos hacerla cambiar muy pronto. 2.- Preparar y usar un presupuesto de gastos, tanto de corto como de largo plazo. Esto pareciera risible en las circunstancias actuales donde el dinero escasea, pero le puede entrenar para cuando la economía del país y la suya mejoren. 3.- Ahorrar regularmente parte de lo que gana. Tal vez esto le parezca un chiste en estos momentos en que la más alta inflación del mundo se devora nuestros ingresos, pero si practica ahora que el dinero es escaso, nunca entrará en recesión económica si se mantiene cumpliendo con este principio. 4.- Si es indispensable usar el crédito, hacerlo con prudencia. Se justifica contraer una deuda si se trata de comprar una casa, costear una carrera o hacer una inversión segura de riesgos. 5.- Conservar y utilizar los bienes, por medio de una adecuada planificación y mantenimiento preventivo.
Siguiendo estos sencillos principios es posible mantenerse libre de deudas. Si hay algo que puede brindar paz y satisfacción al corazón humano y a la familia, es vivir dentro de nuestros ingresos, y si hay algo destructivo y desalentador es el tener deudas y obligaciones que no se pueden saldar.