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10 septiembre, 2015

El "mismak" el cepillo dental natural

Juan José Aguilar

Hay árboles de manzanas, limones, ciruelas, nueces… pero, ¿te imaginas un árbol que dé cepillos dentales? Pues existe y se llama Arak (Salvadora pérsica).
Por supuesto, los cepillos no son exactamente como los que compramos en el supermercado o la farmacia, pero tienen más o menos las mismas partes y cumplen la misma función. A estos cepillos se les llama “miswak” y son las ramas de dicho árbol.


Miswak, el cepillo natural. Foto: Thinkstock

El “miswak” es un pequeño palito color canela del grosor de un dedo y el largo de una mano. Para utilizarlo, se remoja uno de sus extremos para ablandarla, se retira de 1 a 2 centímetros de la corteza ablandada y se mastica esa punta hasta deshilachar las fibras, el resultado: un rudimentario pero efectivísimo cepillo dental.
Pero el apodo de “el árbol cepillo dental” no es solo por eso. Los “miswak” tienen naturalmente de 8 a 22 partes por millón de flúor y, por su contenido de antisépticos, previene la aparición de caries e infecciones en la mucosa bucal y encías. Además tiene ácido tánico (un astringente natural), aceites asenciales aromáticos (que incrementan la salivación y mejoran la digestión), trimetil-amina, vitamina C, sales minerales, saponinas que disuelven la suciedad, y flavonoides que tienen un efecto bactericida.(...)

Todo este conjunto de un total de 19 sustancias, hacen que además de obtener una limpieza a fondo, se blanqueen los dientes, se elimine el mal aliento e incluso mejore el sentido del gusto y hasta se aclare la voz. Y si esto no fuera suficiente, se sabe que, además de sus efectos en la salud bucal, mejora la vista, agudiza la memoria y la inteligencia, cura ciertos dolores de cabeza y hasta da buen color al rostro de quienes lo usan regularmente.
Otro punto a su favor es que, ya que las cerdas son paralelas al mango, se pueden introducir muy fácilmente entre los dientes y, según se ha comprobado, su acción limpiadora no requiere de ninguna pasta o dentífrico; además, no requiere más que pasarlo por un poco de agua al terminar el cepillado. En resumen, parecerían creados por la naturaleza especialmente para cuidar de la dentadura.
Los primeros en darse cuenta de los beneficios de esta planta y usarlo como cepillo bucal fueron los países de Oriente Medio y Asia, mucho antes, incluso, de la llegada del Islam. incluso, Mahoma lo pidió en su lecho de muerte y elevó así, su uso, a un grado sagrado, muy importante en la cultura musulmana y se sigue un estricto orden en los pasos para su uso al cepillarse los dientes.
Pero su fama, no solo cultura popular, está respaldada por hallzagos científicos. La empresa Wrigley llevó a cabo un estudio sobre el “miswak”, publicado en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry, en el que se concluyó que las mentas con extracto de Arak, eran 20 veces más eficaces en su efecto bactericida que las mentas comunes. 
Pero más impresionante fue el estudio publicado en la Journal of Periodontology (agosto de 2008). Investigadores suecos colocaron piezas de Arak suspendidas en una placa de Petri con bacterias que causan enfermedad periodontal, lo que descubrieron fue que los “miswaks” podían matar a dichas bacterias aun sin estar en contacto con ellas.
Si quieres complementar tu higiene bucal, puedes usar tu cepillo normal después de cada comida, y el “miswak” como extra, una vez al día.
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