Por Ing. Eduardo Páez-Pumar H
aipop@aipop.org
En temporadas de condiciones climáticas adversas como la que estamos
viviendo, es cuando se le ven las costuras al déficit en la
infraestructura; particularmente en los sectores energético, eléctrico y
de suministro de agua. Entre estos tres sectores existe
una relación mucho mayor de la que la gente se imagina.
Cuando se registran en una región del país apagones no programados, como
los ocurridos en Barquisimeto entre abril y mayo (77 apagones con 375
horas sin suministro eléctrico en abril), dejan de funcionar los
sistemas de bombeo y se requieren 24 horas para reiniciar
el proceso de presurización de las tuberías; e incluso se han quemado
13 motores valorados en 17 millones de bolívares. Esta situación es peor en
Caracas donde los desniveles son mayores y el proceso es más complejo.(...)
Al quedarse sin agua el embalse de Canoabo, se quedó sin agua el
acueducto que surte a Puerto Cabello y que surte también, vía una
tubería de 20 pulgadas, a la Central de Planta Centro, que es la central
termoeléctrica más grande del país. La situación está
tan grave que han tenido que contratar un buque tanquero con 4 millones
de litros de agua para que la planta continúe operativa.
Producto de la sequía que los análisis de predicción climática previeron
a partir de mediados del 2014, Colombia suspendió el suministro de gas a
Venezuela con la finalidad de producir más energía termoeléctrica y
proteger sus embalses. El gas colombiano alimentaba
las plantas termoeléctricas Rafael Urdaneta, Ramón Laguna y Termozulia
y además a la Petroquímica El Tablazo. Como Venezuela tiene un
déficit de gas de 2.970 millones de pies cúbicos diarios, Corpoelec se
vio obligada a alimentar las centrales con combustibles líquidos que
también escasean en el país.
Pero lo más grave que está ocurriendo, es que por existir baja
disponibilidad en las centrales termoeléctricas, se ha venido
sobreexplotando a Guri, que para el viernes 15 de este mes se encontraba
21,17 m por debajo de su nivel máximo y próximo a alcanzar
el nivel más bajo del 2010. Cuando el embalse baja en estas
proporciones se pierde la carga hidráulica y baja la eficiencia de las
turbinas lo cual produce una reducción de 1.200 Mw en la generación.
Esta baja disponibilidad de las plantas termoeléctricas y la
sobreexplotación de Guri han llevado a la crisis eléctrica actual, la
cual ha sido analizada por nosotros en los
boletines
225
y 229.
La situación es tan compleja que a pesar de presentarse una demanda de
18.200 Mw, la cual es inferior en 600 Mw a la demanda máxima del 2013,
ha sido necesario racionar el suministro en ciudades como Maracaibo y
Mérida y se ha establecido un horario reducido
para las instituciones públicas. El nivel de agua de Guri ha bajado
tanto, que la Torre- Toma que alimenta el acueducto de Upata se ha
quedado con las Tomas por encima del agua. Han tenido que improvisar
instalando balsas-tomas, operando a duras penas; por
lo cual Upata no tiene agua.
En el caso del Sistema Tuy III del Acueducto Metropolitano de Caracas,
para conservar el nivel del embalse de Camatagua, hoy a una tercera
parte de su capacidad, se cerró la descarga del río Guárico que alimenta
la represa del Guárico. Al perder su principal
fuente de agua, este embalse se secó y no habrá agua para el riego de
las siembras de arroz y otros cereales. Tampoco habrá fertilizantes por
la falta de agua y gas en El Tablazo.
Como hemos visto, la operatividad de nuestro país está muy ligada a su
infraestructura y al manejo de la energía. La experiencia de los últimos
16 años ha sido catastrófica, a pesar de las inmensas sumas de dinero
que han entrado por la venta de petróleo. Mientras
que en los 40 años de la República Civil se construyeron 83 embalses,
en los últimos 16 años solo se han terminado solo dos. Somos el octavo
país del mundo con mayores reservas probadas de gas natural y el primero
en América Latina, pero tenemos déficit de
gas. Hemos invertido grandes sumas de dinero en nueva generación
termoeléctrica e hidroeléctrica, pero con bajos resultados por contratar
obras a más del doble del valor del mercado internacional, y muchas de
estas obras no se han terminado o están paralizadas,
como es el caso de la Central Hidroeléctrica de Tacoa.
La única salida para que se inicie un cambio político que nos libere de
la improvisación, la corrupción y el desorden administrativo que está
destruyendo al país, es votando en las elecciones parlamentarias para
ganar la mayoría de la Asamblea nacional y convocar
una Enmienda Constitucional que active el Art. 341 de la Constitución
Nacional, para reducir el periodo presidencial y eliminar la reelección
indefinida.