David Shukman
Editor de Ciencia, BBC
Al
lado del sitio del peor accidente nuclear del mundo se está
construyendo la estructura móvil más grande que jamás se haya creado en
tierra.
El complejo de las plantas nucleares de Chernobyl domina el
paisaje de este rincón del noroeste de Ucrania desde hace décadas. Pero
la nueva construcción es aún más imponente.
El proyecto tiene como
misión construir una especie de domo gigante para cubrir el edificio
que alberga el reactor que explotó el 26 de abril de 1986.
La radiación en la parte superior del reactor todavía es muy
intensa como para construir el domo donde se necesita (cualquiera que
trabaje allí puede permanecer en el lugar por un tiempo corto).
Por
esta razón se ha despejado y descontaminado una zona aledaña -una tarea
de por sí gigantesca-, para ensamblar la estructura antes de colocarla
en su lugar.
Futuro sellado
Para cuando se termine la estructura, habrán pasado 31 años del desastre.
Lo suficientemente grande como
para acomodar un par de Boeing 747 y casi tan alta como la catedral de
San Pablo en Londres, esta cubierta se sostiene con un sistema de
rieles.
Cuando finalice la obra pesará 31.000 toneladas.
El objetivo final es proteger el medio ambiente, contener la amenaza y lidiar con el material radioactivo que está dentroVince Novak, Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo
Durante varios días será empujada por una vía especial hasta colocarla sobre el edificio del reactor. Luego será sellada.
La
tarea es "de una complejidad y singularidad que nunca hemos
enfrentado", según señala Vince Novak, encargado del departamento de
seguridad nuclear del Banco Europeo para la Reconstrucción y el
Desarrollo.
"Hasta que el proyecto no termine no estaremos seguros", dijo durante una visita de los medios al sitio.
"El objetivo final es proteger el medio ambiente, contener la amenaza y lidiar con el material radioactivo que está dentro".(...)
Mezcla peligrosa
El
material es una mezcla de más de 100 toneladas de uranio, una de
plutonio y otros elementos altamente radioactivos mezclados que
conforman una masa semejante a la lava.
A esto se le suman varios
miles de toneladas de arena y boro, que los servicios de emergencia
lanzaron en el momento del accidente.
También hay vastas
cantidades de líquidos radioactivos y polvo dentro del edificio del
reactor que desde hace tiempo corre el peligro de colapsar.
En los
meses que siguieron al accidente -cuando el reactor explotó y se quemó
durante 10 días- las autoridades intentaron resolver el problema con un
"sarcófago" de hormigón y acero.
Pero esto fue una medida temporal y quedaron pendientes reparaciones urgentes para mantenerlo estable.
Cuando ocurrió el accidente, las autoridades
intentaron resolver la situación con un sarcófago de hormigón.
Uno de los gerentes que trabajaba en la planta en 1986 dice que la fragilidad del edificio es un tema preocupante.
"Toda
esta estructura puede colapsar de repente", afirma Lenar Sagidulin.
"Hay grietas y agujeros que están cada vez más grandes. Este nueva
estructura es una buena idea y cumplirá la función que se propone".
El
sistema de confinamiento representa un serio desafío de ingeniería:
está diseñado para resistir un terremoto de magnitud 6, un tornado
categoría 3 y temperaturas extremas desde -43ºC hasta +45ºC.
Una
doble capa crea una cavidad entre las paredes internas y externas que
contribuye a regular la temperatura y la humedad, y un complejo sistema
de ventilación usa un sistema de presión negativa para mantener el polvo
radioactivo atrapado adentro.
Riesgos
El
objetivo no es solo aislar al reactor dañado de los corrosivos efectos
del clima, sino también crear un espacio para empezar a desmantelar sus
componentes más peligrosos.
Por encima de la estructura hay grúas
manejadas a control remoto, diseñadas para realizar aquellas tareas muy
peligrosas para los humanos.
Se estima que la obra estará terminada en 2017.
Durante el ensamblaje, el
riesgo de radiación ha sido minimizado por la construcción de una pared
protectora al lado del edificio del reactor.
Esto quiere decir que los trabajadores en el sitio de ensamblaje reciben una dosis de radiación mínima.
Rob
Hink, director del proyecto, dice bromeando que probablemente él recibe
una dosis más alta de radiación cuando vuela hacia su casa en Kentucky,
Estados Unidos.
Pero reconoce que el riesgo será mayor durante la fase crucial de instalación de la nueva estructura.
Un siglo de protección
Aunque
las paredes están hechas para calzar perfectamente con el techo del
edificio del reactor, es necesario que haya equipos de trabajadores
disponibles para asegurarse de que todo quede perfectamente sellado.
"Esa
es probablemente la parte más peligrosa de la obra. El trabajo se hace
dentro de la estructura. La radiación es alta, y se necesitan muchos
hombres para ejecutar el trabajo", dice Hink.
Elegir el diseño no
fue fácil. Tampoco la recaudación de fondos para un proyecto tan caro
-actualmente valuado en US$1.630 millones por el sistema de
confinamiento, y una cuenta total de más de US$2.300 millones por los
trabajos de reparación y seguridad laboral en el sitio.
La idea es
que la nueva estructura esté terminada e instalada para noviembre de
2017. Si se logra, habrán pasado ya 31 años del desastre. Pero se espera
que la protección dure al menos un siglo.