FOTOGRAFÍA: CHRISTOFERSON ZAMORA
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Eduardo Fernández
La alternativa
Mi
tercer propósito de año nuevo es colaborar en la construcción de una
alternativa.
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Hay
que comenzar por un acto de sinceridad, reconocer que no le hicimos caso al
Consejo que nos dio Arturo Uslar Pietri de “sembrar el petróleo”. Es verdad que,
gracias al petróleo, pudimos hacer una gran obra de transformación en la infraestructura
física del país. No tendríamos toda la red de autopistas que tenemos, por
ejemplo, y toda la vialidad de la que todavía disfruta el país sino hubiera
sido gracias a los ingresos petroleros. Pero, por otra parte, por culpa del mal
manejo de la riqueza petrolera, abandonamos la agricultura y la cría, dejamos
de producir todo lo que requeríamos para asegurar nuestra soberanía alimentaria
y terminamos convirtiéndonos en una especie de factoría fenicia que exporta un
solo producto muy valorado, hasta ahora, en los mercados internacionales que es
el petróleo y que con los dólares que nos pagan por ese único producto de
exportación, importamos todo lo demás, lo que necesitamos y también lo
superfluo.
Los
venezolanos hemos dejado de hacer lo más elemental que es ahorrar en tiempos de
“vacas gordas” para disponer de recursos en tiempos de “vacas flacas”. Por eso,
era tan importante el Fondo de Estabilización Macroeconómica y por eso resultó
tan negativo sustituirlo por una cosa llamada Fonden que en la práctica es una
caja “chica” a la orden de los caprichos del Presidente de la República.
Ni
en Noruega ni en Arabia Saudita hay ninguna crisis económica por la caída de
los precios de 100 dólares a cuarenta.
Ellos
ahorraron en tiempos de vacas gordas. En el caso de Noruega, sobre todo, ellos
demostraron que se puede tener ingreso petrolero abundante sin sacrificar al
resto de la actividad productiva de la economía. El reto que tenemos planteado
los venezolanos se puede enunciar en términos muy sencillos: Hay que dominar al
petróleo y hay que diversificar la economía.
Seguiremos
conversando.