La condena a un año y medio de cárcel
dictada por la Sala Penal del Tribunal marroquí de Apelaciones del Aaiún
(Sahara Occidental) el pasado 4 de diciembre contra el corresponsal de
la televisión saharaui Mahmud Al-Haissan es el último caso de la
persecución contra los periodistas y corresponsales de medios saharauis
que tratan de informar sobre el conflicto desde los territorios
saharauis bajo ocupación marroquí. La detención, el pasado 4 de julio de
2014, de Mahmud Al-Haissan ya había sido denunciada por Reporteros Sin
Fronteras. Precisamente, la última Conferencia Europea de Solidaridad y
Apoyo al Pueblo Saharaui (EUCOCO), celebrada el pasado 14-15 de
noviembre en Madrid, alertó a la comunidad internacional sobre el riesgo
que corren los informadores en los territorios ocupados del Sahara
Occidental. Y solicitó “involucrar a los profesionales de la
comunicación mediática y cultural para aumentar la visibilidad de los
mensajes saharauis, con el fin de romper el muro del miedo construido
por Marruecos”.(...)
Una de las iniciativas realizadas para
llevar ese mensaje ha sido la creación, el 14 de diciembre de 2014, en
Avilés (Asturias), de la Liga de Periodistas Saharauis en Europa, una
asociación que agrupa a profesionales de la comunicación de distintas
generaciones y que pretende llevar la realidad saharaui a Europa y al
mundo. El encuentro sirvió, además, para homenajear la trayectoria de
Mohamed Salem Buchraya, una de las voces más veteranas y conocidas de la
historia de Radio Nacional Saharaui (RNS). Buchraya dirigió y presentó
durante muchos años el programa insignia de RNS: Assaharamatimbah
(El Sahara no se vende). Homenaje que hago extensivo en estas líneas a
todos quienes han tomado parte en la emisora saharaui que nació el 28 de
diciembre de 1975, hace 39 años. RNS ha acompañado al pueblo saharaui
durante los difíciles momentos de la invasión marroquí al principio, en
la huída al exilio luego y finalmente en los territorios ocupados.
La década de los años 70 fue el tiempo
de las revoluciones y los movimientos de liberación nacional. Los medios
de comunicación, y especialmente la radio, pasaron a manos de líderes
revolucionarios. El FLN en Argelia, la SWAPO en Namibia o el ANC en
Sudáfrica utilizaron la radio para responder a la propaganda de las
potencias colonizadoras. Aprovechando esta experiencia radial de otros
movimientos de liberación nacional africanos, el Frente Polisario creó
Radio Nacional Saharaui el 28 de diciembre de 1975.
La emisora emitió durante los 16 años
del conflicto militar hasta 1991 y durante los últimos 23 años del
proceso de paz. Durante la primera etapa (1975-1991), RNS se enfrentó al
reto de educar y cohesionar a una sociedad analfabeta, tribal y en su
mayoría nómada y, al tiempo, de informar sobre la guerra y de las
instituciones de la nueva nación nacida en el exilio. Después de la
firma del cese el fuego entre el Frente Polisario y el gobierno marroquí
(1991), la cultura oral saharaui ocupó un espacio destacado en la
parrilla de programación.
Técnicamente, RNS pasó por momentos muy
difíciles pero el apoyo del gobierno argelino en los primeros años y la
solidaridad del País Vasco y de su gobierno después del cese del fuego,
han sido claves para el buen funcionamiento de la emisora.
En la actualidad, en un conflicto
enquistado y rodeado por un muro de silencio e indiferencia
internacional, RNS intenta aliviar el aislamiento de los refugiados y
responder a las expectativas de los saharauis en las zonas ocupadas. RNS
ha saltado el muro marroquí que divide el Sahara Occidental
para servir de puente entre los exiliados y sus familiares al otro lado
del muro. En palabras de su actual director, Cheibani Betti, RNS es “el
único arma que no ha dejado de disparar” para lograr la liberación del
Sahara Occidental.
La detención de Mahmud Al-Haissan, unida
a la de otros corresponsales de RNS, RASDTV, Equipe Media y de otros
medios saharauis, constituye una muestra de la actitud de las
autoridades marroquíes hacia lo que se publica en los medios saharauis
citados. La recién creada Liga de Periodistas Saharauis en Europa
constituye una nueva y esperanzadora vía para dar mayor visibilidad al
conflicto. La labor de los periodistas saharauis en Europa es vital para
aliviar la presión sobre los saharauis en el territorio y para romper
el aislamiento de periodistas como el caso de Mahmud Al-Haissan.