Para todo el que visita Gran Bretaña, el primer problema que se
presenta al cruzar una calle es “¿hacia qué lado miro primero?”, ya que por
instinto se tiende a hacerlo hacia la izquierda, a pesar de ir con la lección
sobre circulación aprendida. Pero a pesar de ello, el caos está servido. Esta
tradición tiene una base histórica, aunque según a quien se pregunte, el origen
posee ciertas discrepancias.
En 1988, se encontraron vestigios en una calzada de Blunsdon
(Borough of Swindon, Inglaterra), que hacían indicar que
durante el Imperio romano los carros circulaban por el lado izquierdo. Se
apreciaban unas señales más marcadas en una parte del camino que en el otro. Lo
más lógico era pensar que la vía en la que más hundidas estaban las marcas se
debía a que era el lado por el que salían los carros cargados (en este caso con
piedras, ya que se trataba de una cantera), mientras que por el otro lo hacían
los vacíos. Aunque no se puede utilizar este ejemplo como general, debido a que
no puede afirmarse que en el resto del Imperio fuera así. (...)
Aunque parece que la explicación a este fenómeno se encuentra en la
Edad Media. Hay dos posibles versiones que darían respuesta a cuál es el origen
de esta forma de circulación. Por un lado se cree que esto se debía al uso de
la espada. Lo más habitual era que la mayoría de hombres fueran diestros, por
lo que lo más lógico era colocarla en el lado izquierdo para que de este modo
pudiera cogerse con la mano derecha. Esto provocaba que se circulara por el
lado izquierdo del camino para que de este modo, llegado el momento, pudiera
defenderse más cómodamente con quien viniera de frente, al poder desenvainar y
utilizar la espada con más agilidad. El otro motivo se debe a los torneos
celebrados por caballeros. Éstos sujetaban sus lanzas con la mano derecha y se
movían por el lado derecho del contrincante. Esto tiene origen en la forma de
separar a las distintas clases sociales. La nobleza y los caballeros
transitaban por la izquierda de las calles, mientras que el resto del pueblo y
los pobres lo hacían por la derecha.
Con el desarrollo del comercio, se empezaron a utilizar los primeros
carros tirados por caballos que eran conducidos por la parte izquierda de la
calzada. El motivo de esto se debe a que los conductores llevaban el control de
las riendas con la mano izquierda, mientras que con la derecha manejaban el
látigo para fustigar a los animales. Esta manera de conducción no les permitía
transcurrir por la parte diestra del camino, debido a que con el movimiento de
la fusta, dañaban a los viandantes que transcurrían por ese mismo lugar junto
al carro. Por lo tanto, el método de circular por la izquierda era el más
adecuado.
Ya en el siglo XIX, tras la Revolución Francesa y el ascenso al poder
de Napoleón, se impuso por parte de éste que la circulación de vehículos sería
por la derecha. En todos los países europeos y conquistados por Francia, esta
norma se llevó a cabo. La excepción corrió a cargo de Inglaterra que se negó al
no estar bajo la influencia napoleónica.
Hoy en día es el 34% de la población la que conduce por la izquierda.
Esta costumbre se extiende también a algunos países que fueron colonizados por
el imperio inglés, y que han querido seguir utilizando este sistema de
conducción. Otros, sin embargo, decidieron cambiarlo para adaptarse más a los
países fronterizos que circulaban por la derecha, como es el caso de Suecia,
que tomó esta decisión para evitar complicaciones con el tráfico que iba o
venía de Finlandia y Noruega, ya que ellos sí seguían el sistema europeo.
Publicado por Patricia Del Zapatero en 9:30:00 a. m.