■ Posturas radicales antisistema, anticapitalismo, son presa
inerme del poder corruptor inconmensurable del dinero negro chavista
Cuénteme entre los indignados. No entre los que dieron su voto a
Podemos, allá cada quien con su conciencia, sino entre los millones de
venezolanos indignados al ver cómo el dinero público de nuestro país se
despilfarra contratando asesores como Pablo Iglesias. Posturas radicales
antisistema, anticapitalismo, son presa inerme del poder corruptor inconmensurable
del dinero negro chavista, y en España, no sólo los de Podemos están “metidos
en el guiso”, como decimos en Venezuela. Pues, ¿quién vendió el famoso coto de
caza que pertenecía a Diaz Ferrán a un grupo de boliburgueses venezolanos? ¿Qué
autoridad se ha tomado la molestia en España de verificar si el origen de los
millones provenientes de Venezuela es legítimo?(...)
Cabe poner
ejemplos. Juan Carlos Escotet, banquero venezolano, ofreció 1.003 millones de
euros por Novagalicia, entidad que en un momento dado recibió ayudas económicas
estatales, con lo cual su venta ha debido ser aprobada por autoridades españolas
y europeas. Escotet, según distintas fuentes que han reportado el tema de la
venta de Novagalicia, dice que su banco (Banesco) posee activos por valor de
25.000 millones de euros, argumento absolutamente falso e insostenible. Si se
aplica la tasa de cambio real bolívar / dólar (Sicad II) a los activos de
Banesco la cifra desciende a 3.200 millones de euros, y no termina allí la
cosa, pues el dinero de los ahorristas no cuenta como patrimonio de un banco.
En fin, tomemos el argumento como válido hipotéticamente hablando, y preguntémonos:
¿cómo un banco de ese tamaño adquiere otro cuyo balance es casi 20 veces mayor?
No obstante, ninguna autoridad ni en España, ni en Bruselas, ha cuestionado el
asunto, y ya la venta es un hecho.
Escotet ha traído de la mano a Novagalicia a otro poderoso
boliburgués: Miguel Angel Capriles López, dueño, hasta hace menos de un año,
del conglomerado de periódicos mas importante de Venezuela (Cadena Capriles),
el cual fue adquirido por un supuesto grupo inglés violando todas las normas
que regulan la adquisición de medios de comunicación en Venezuela.