El diálogo genuino intenta buscar la verdad y fomentar el conocimiento sin
prejuicios y para nadie es un secreto, que las ambiciones de poder, tienden
a disfrazar el diálogo con retórica y más retórica. El bien común es dejado a
un lado y cada grupo de interés, lucha por defender sus ideas y beneficios a
costa de los demás.
Pareciera que esta es la misma lógica que priva en la actualidad; la confrontación,
la represión y la fuerza, se encuentran en el centro del escenario político,
económico y social con tal de cumplir a costa de lo que sea, con la agenda
individual.
Es imposible mantener el equilibrio y el balance en el diálogo cuando lo
que existe es, constantes recordatorios de fracasos y errores, intercambio de
acusaciones, invalidación de lo que el otro está diciendo o haciendo, gritos,
ofensas, sarcasmos y hasta violencia. Entonces,
el diálogo es imposible y hasta absurdo.(...)
Pretender que una verdad sea la única válida “venga de quien venga”,
desacreditando las opiniones de los demás, es un intento desesperado por
fortalecer-mantener, un modelo disfuncional en muchos ámbitos.
Hay quienes afrontan estas realidades con apatía, otros con la protesta
irracional. Con la confrontación, en lugar de tender puentes y construir
soluciones, se destruyen las relaciones y la posibilidad de coincidir en lo
esencial. En todos los casos, alguien gana y alguien pierde.
Sería interesante empezar a trabajar en el cambio de paradigmas, sería
interesante escuchar propuestas diferentes con alternativas creativas, que más
allá de aplastar y vencer al oponente, busquen sumar, solucionar.
En este sentido, el Papa Francisco ha sido enfático: “Hoy se apuesta por el
diálogo o todos perdemos”. Durante un encuentro con políticos en Brasil, el
Papa comentó que cuando un político le pide consejo sobre cualquier tipo de
problemática su reflexión siempre es la misma: “diálogo, diálogo, diálogo”. “El
único modo de que una persona, una familia, una sociedad, crezca; la única
manera de que la vida de los pueblos avance, es la cultura del encuentro, una
cultura en la que todo el mundo tiene algo bueno que aportar, y todos pueden
recibir algo bueno a cambio”
Mientras las personas pelean sobre soluciones opuestas “hazlo
a mi manera”, “No, eso no está bien, lo que se necesita es
cambiar la agenda en la conversación. La
perspectiva de ganar/ ganar dice: Yo quiero
ganar y quiero que tú ganes también. El reto es cómo
lograr que esto suceda. La maniobra más importante de
esta perspectiva, es cambiar el curso del diálogo
comenzando por el enfoque en las necesidades, no en las posiciones ni en las
soluciones.