Catalunya
es la primera comunidad donde una asociación ya ha probado un protocolo de
servicios íntimos a personas con diversidad funcional | No existe normativa
española alguna, y Suiza es el único país europeo donde esta práctica está
legalizada
Los
seres humanos no hacemos sexo, sino que somos sexo. En toda Europa cada vez hay
más personas que levantan la voz en favor de los derechos sexuales de
las personas discapacitadas, pero no siempre encuentran un marco legal
para desarrollarlos. Tan sólo Suiza tiene una legislación al respecto. En
España, la necesidad ha acabado imponiéndose. Una asociación sin ánimo de lucro
catalana ha abierto la puerta a los servicios íntimos para personas con
diversidad funcional con la puesta en marcha de un protocolo que pone en
contacto a asistentes y usuarios. El debate está servido.
Sin embargo, nadie se cuestiona los beneficios
terapéuticos de la asistencia sexual en la diversidad funcional. “El beneficio
está en dar salida a unas necesidades que algunas personas no pueden
satisfacer, aunque en función de la discapacidad, hay un impacto diferente en
el cuerpo, ya sea motor o sensitivo”, explica Anna Gilabert, psicóloga
de la unidad de sexualidad y del equipo de psicología clínica del Instituto Guttmann, que se ha convertido
en una fuente importante de conocimiento en la sexualidad del colectivo de
discapacitados gracias a los dos masters que ofrece con módulos de
sexualidad.
La
preocupación por la sexualidad emerge una vez la persona avanza en la
rehabilitación y gana seguridad en el aspecto funcional. “Abordamos esta faceta
con la persona y la pareja, si la hay. Intentamos que las personas trabajen y
confíen en sus propios recursos”, añade Gilabert, quien afirma que de momento
no tienen pensado ofrecer los servicios de asistencia sexual en el Instituto
Guttmann pero “vemos con buenos ojos cualquier iniciativa. No estamos cerrados
a nada”.(...)
Satisfacer la necesidad de un hijo
En
las discusiones sobre la conveniencia o no de asistir sexualmente a un
discapacitado, desde la Asociación de Lesionados Medulares y Grandes
Discapacitados Físicos de Catalunya (Aspaym) apuntan
que “es una asistencia más, no quiere decir que todo el mundo apueste por esta
línea”. Patricia Carmona, su presidenta revela que “hay mucha ansiedad
de padres con discapacitados psíquicos porque hay jóvenes que no tienen
oportunidades sexuales. Son los mismos padres que a veces satisfacen a sus
hijos, y esto no corresponde. Debe haber profesionales que sepan cómo hacerlo”.
Debate recién estrenado
Mientras
se espera una regulación, el debate sobre las necesidades sexuales de las
personas con diversidad funcional ha dado hasta ahora pequeños pasos. En
Catalunya, la organización Sex Asistent (Mitología de la Sexualidad),
de la mano de su fundadora Silvina Peirano, fue la pionera, la primavera del
2012, en hablar sobre el tema. “Superar el estigma sexual asociado a la
condición de discapacidad”, es el leitmotiv de esta entidad. Rafael
Reoyo, su coordinador actual, cree que “aunque existan unos derechos sexuales,
el problema es que si no se desarrollan políticas para que sean efectivos, son
papel mojado”. Desde Sex Asistent también están trabajando en la
configuración de una formación específica del asistente sexual.
Ningún movimiento oficial
Este
diario ha consultado con el Departament de Salut de la Generalitat de
Catalunya, pero las autoridades catalanas no tienen prevista ninguna
iniciativa en este ámbito. “Ni siquiera se ha hablado ni tratado el tema”,
apuntan en la consejería. Por lo que respecta al gobierno español, desde la
Dirección General de Políticas de Discapacidad del Ministerio de Sanidad
están informados de lo que pasa en el resto de Europa, pero explican que
“todavía es un tema a estudiar y es un asunto complejo”.
Experiencia pionera en Catalunya
Cuando
una persona se expresa sexualmente, tiene mejor calidad de vida. Esta es una de
las creencias bajo las que Tandem Team Barcelona,
una asociación sin ánimo de lucro, ha puesto en marcha el primer protocolo para
la promoción y facilitación de la asistencia sexual para personas con diversidad
funcional. El proyecto ve la luz al margen de la acción de las administraciones
públicas.
Una
propuesta selectiva
El objetivo de Tandem Intimity, el nombre que
recibe el protocolo, es servir de puente entre las personas que quieren recibir
y ofrecer asistencia sexual. Para ello, se han fijado en el modelo belga y
holandés, y se basan en una selección personalizada de usuarios y asistentes, a
los que ponen en contacto y que luego llegan a los acuerdos que libremente
decidan.
“El
acuerdo económico, si existe, es entre el usuario y el asistente. Nosotros no
lo fiscalizamos”, explica María Clemente, psicóloga especializada en
neurorehabilitación y miembro del equipo de la asociación. Ella se ha encargado
de realizar las entrevistas a las personas candidatas a prestar y tomar la
asistencia. En el proceso de selección de los asistentes han valorado la
experiencia de cada persona en la asistencia personal. También los límites a
los que están dispuestos a llegar (caricias o coito), tipo de discapacidad (física
o psíquica), edad del usuario y, sobre todo, la motivación. “Si sólo es
económica, como en la prostitución, hemos descartado a la persona”, aclara
María.
Asistencia homosexual y heterosexual
El
protocolo se ha ensayado con un programa piloto de 15 pruebas de asistencia
sexual en la que han participado 11 usuarios. Tandem Team cuenta con ocho
chicos, uno de ellos homosexual, y seis chicas, de las cuales algunas también
ofrecen servicios bisexuales. Son personas “del ámbito social, que han
trabajado la diversidad funcional, que hacen deporte adaptado, enfermeras… y
todas tienen una sensibilidad especial”, añade Clemente, quien destaca la
respuesta positiva de las pruebas, sobre todo de los familiares de
discapacitados psíquicos.
Cómo funciona el protocolo
Una
vez recibida la solicitud de asistencia, la asociación sugiere una entrevista
de 20 minutos entre asistente y usuario para que ajusten expectativas y éstos,
a su vez, reportan sus impresiones a la coordinadora de Tandem Intimity que
recomienda o no continuar con la asistencia. A partir de ahí, ya no interviene
y las personas tienen la libertad para llegar a los pactos que crean
necesarios. El número de asistencias que puede realizar un usuario es
ilimitado.
La
prostitución, al margen
Las
pruebas piloto han servido para ajustar expectativas sobre una necesidad
latente y descartar por completo las cuestiones económicas, que pueden hacer
desviar el debate hacia la prostitución. “Aquí no hay lucro alguno, la figura
del asistente sexual es más un asistente en la diversidad, un terapeuta. Los
fines son claros en el objeto social de la asociación”, explica Leire López,
directora ejecutiva de Vosseler Abogados, el bufete que ha ayudado a Tandem
Team a constituirse.