Los gastos de las mal
denominadas 'embajadas' de la Generalitat están desbocados. En 2013 han
sumado un total de 1,2 millones por el alquiler y mantenimiento de tres
de las cinco que están operativas, las de París, Nueva York y Berlín.
Hay otras dos: Londres y Bruselas, pero estas no han aparecido en el Diario
Oficial de la Generalitat.
Estas 'embajadas' son
en realidad delegaciones comerciales para fomentar la exportación. Si ahora se
ha hecho público su coste es porque se ha firmado un apéndice que de hecho hace
que el Institut Ramon Llull, una institución conjunta entre la
Generalitat y el Govern Balear para impulsar el catalán en el mundo, ocupe
espacios en ellas. Esto supondrá en la práctica que el Institut
Ramon Llull pagará más de 80.000 euros por el uso de pequeños espacios en
las sedes de París, Nueva York y Berlín, como apoyo financiero a los gastos.(...)
Quien recibirá estos
80.000 euros será Acció, el organismo público de promoción de la
exportación y la internacionalización económica dependiente de la conselleria de
Empresa y Ocupación, que dirige Felip Puig. El equivalente sería que el Instituto
Cerventes subvencionase al Icex. En España la cultura está mal. En
Cataluña está mal y encima tiene que pagarle los servicios a Acció.
La razón estriba en que
los gastos se han disparado. Entre 2011 y 2013 el coste de las oficinas de
la Generalitat en Berlín, París y Nueva York ha aumentado un 52%. Excepto
Berlín, cuyo dispendio se ha contenido en ese período y solo ha subido un 3%,
el resto está descontrolado.
El caso más sangrante es
el de París, donde se ha pasado de 330.000 euros en 2011 a más
de 598.000 dos años después por la sede en el número 3 de Rue de le Boétie,
más de un 80% de incremento en dos ejercicios para sus 580 metros. Nueva York
también parece fuera de control: ha subido un 36% en dos años y en 2013
llega a los 542.178 euros anuales por 280 metros en el Rockefeller Center.
En términos mensuales, las
oficinas de París cuestan más de 49.000 euros al mes, mientras que las de Nueva
York tienen una repercusión en el Presupuesto de más de 45.000 euros al mes
para los contribuyentes catalanes.
Costes
en tiempos de recortes
El Institut Ramon Llull ha
venido a dar oxígeno a las 'embajadas catalanas' porque mientras los
costes de estas oficinas exteriores han crecido de manera exponencial, la
capacidad presupuestaria de la Generalitat ha menguado. Los gastos, además, no
incluyen el salario de los directores de estas delegaciones, que es de 88.000
euros brutos anuales cada uno.
Los Presupuestos del 2012,
que luego fueron prorrogados en 2013, recogían un recorte presupuestario
para la conselleria de Felip Puig del 43%. Por tanto, es doblemente
meritorio tener que aguantar en ese mismo periodo un incremento de costes
exteriores de más del 52% en el mismo espacio de tiempo.
Los ataques del PP a estos
centros han resultado contraproducentes, según han señalado fuentes
políticas cercanas a CiU, porque con este panorama presupuestario la
Generalitat habría cerrado algunos de ellos, como hicieron en 2012 con la de
Buenos Aires. Sin embargo, no se quiere dar una imagen de debilidad ante
los 'populares', obsesionados con el cierre de estas superdelegaciones
comerciales. Además, se utilizan sólo para fomentar las exportaciones y se han dejado al margen del plan para
“internacionalizar el conflicto” y dar a conocer la
tensión con el Gobierno de Mariano Rajoy ante la voluntad de Artur
Mas de querer celebrar una consulta sobre la secesión de Cataluña.