Por Luis Fuenmayor Toro
En las elecciones venideras de alcaldes y
concejales aparece ya con cierta fuerza lo que se ha dado en llamar la
tercería. Se trata de un conjunto de candidatos, que se han desprendido de la
férrea sujeción de sus direcciones políticas y partidistas y han decidido
postularse por cuenta propia. Independientemente de no constituir una fuerza única,
de no conocer sus programas y propuestas y de tampoco saber las cualidades de
los protagonistas, la decisión de presentarse constituye una clara rebeldía
ante la perversa polarización existente y le da mucha mayor pluralidad al
evento electoral, lo que redunda en favor de la tan cacareada por unos y otros
participación democrática. Es adicionalmente una lucha contra la exclusión
política, que han impuesto la MUD y el PSUV y que obliga a quienes disienten a
escoger entre ellos.(...)
Permitir la continuación de la polarización es
dejar libre el camino para la destrucción de Venezuela. Esta práctica sirvió a
la entronización de AD y Copei en el pasado. Este siglo ha servido al
mantenimiento de la hegemonía del chavecismo, que amenaza hoy con destruir lo
que nos queda de nación. Una simple vista al escenario político de la última década
años nos muestra con claridad quienes han sido los beneficiados. ¿Quiénes han detentado
el poder en alcaldías y gobernaciones? ¿Quiénes en los consejos legislativos y
la Asamblea Nacional? ¿Quiénes en los municipios? ¿Quiénes han hecho grandes
negocios y se han enriquecido? Los presupuestos nacionales, regionales y
locales han sido manejados por los dos grupos hegemónicos existentes, si bien
uno de ellos ha acaparado el 80 por ciento de los mismos. Nadie fuera de ellos
ha tenido siquiera una oportunidad.
La inexistencia, en las últimas tres elecciones, de
una opción que encarnara nuestra visión patriótica, científica, honesta y de verdadera
participación popular, nos llevó a muchos a la abstención. Luchamos desde hace
años por la despolarización electoral, la representación proporcional de los
electos, el financiamiento estatal de las campañas y limitaciones a la
reelección. Reafirmamos nuestro rechazo a la reprivatización del petróleo y de las
otras riquezas minerales, a la continuación del modelo rentista, a descansar en
la informalidad y precariedad del empleo, a seguir importando ciencias y
tecnologías, a permitir la desintegración de nuestro territorio y a mantener a
nuestro pueblo en un nivel bajo de educación formal y calificación.
Hoy llamamos a votar por cualquier opción no
tutelada por el PSUV ni por la MUD, sin otro tipo de consideración. Asestarle
un golpe duro a la polarización y a la división del país entre dos es la tarea
revolucionaria del presente. La vida y la salud de la nación venezolana dependen
de la salida de quienes hoy la destruyen y de impedir el regreso de quienes
ayer lo hicieron. Votemos por Venezuela el 8 de diciembre.