Google se
ha diversificado. Hace mucho que ya no es sólo un buscador. Y nuevos
competidores están apareciendo en escena, además de los ya conocidos como Bing
o Ask.
La
sociedad empieza a vivir una paranoia –no sin razón- sobre temas como la privacidad,
y qué hacen las empresas con los datos que obtienen de ellos durante sus
búsquedas o navegación online.(...)
Google,
con los últimos cambios en cuanto a SEO que ha hecho, les deja la puerta
abierta para que puedan crecer en los próximos años a estos nuevos buscadores.
Se ha convertido este gigante en un “condensador” o “hub” de datos de sus
usuarios. La mayoría de las búsquedas, ya hoy, ocurren con la gente logueada
-identificada-. Es decir, que Google sabe bien quiénes son y los movimientos
que hacen dentro del buscador. Pero estos datos, empiezan a no ser más
compartidos. Ya sabemos que las palabras claves, un elemento fundamental en el
SEO, no está más disponible en Google Analytics -todavía si lo están en Google
Webmaster Tools-. Para los sitios que basaban su estrategia en la mejora de la
performance de palabras clave del SEO, esto tiene un impacto muy fuerte. Estos
cambios están relacionados también con el cambio de algoritmo que realizó
Google, al que denominó “Hummingbird” o “Colibrí” en español; y que apunta a
“entender” el significado concreto de cada búsqueda: esto es, cuál es el
“deseo” detrás de cada frase que es volcada en su buscador. El Knowledge Graph
que desarrolló Google, es el motor que mueve este gran cambio.
Sin
embargo, por otro lado, está la cuestión de la privacidad. Google cada vez toma
más datos y entrecruza la información de sus usuarios con todos sus productos.
Entrando a full en la era del BIG DATA y, por qué no, del BIG BROTHER. A no
malentenderme, Google es la empresa más innovadora de los últimos 15 años, y
hay que sacarse el sombrero por lo que ha desarrollado; pero también es bueno
marcar esas cosas que pueden afectar a los usuarios y también poner en riesgo
ciertos aspectos o servicios de la compañía a mediano-largo plazo.
En un
mundo como en el que estamos viviendo hoy, con el escándalo reciente de la NSA
y todo lo que va surgiendo en cuanto a las espías sobre el ciudadano común, un
nuevo campo se abre a los buscadores que quieran mantener a sus usuarios
alejados de esta tendencia.
Recientemente,
Majestic SEO lanzó su propio buscador –una empresa que desarrolla aplicaciones
enfocadas a la industria del SEO-, llamado Site Explorer. Y en estos días
anunció que ha incorporado al lado de cada link que aparece en sus resultados, el
por qué su algoritmo eligió ponerlo en ese lugar. Blekko, otro buscador nuevo
-lanzado en 2010- que ofrece también una forma de análisis clara, que pregona
que su calidad de resultados es superior a la de Google, incorporando también
una suerte de Knowledge Graph -que denominan Dynamic Inference Graph (DIG)-.
Por último, sumando una revisión editorial para algunos contenidos hecha por
humanos.
Por otro
lado, el buscador StartPage es otro hito, a mi modo de ver, en la industria.
Opción de búsqueda por defecto agregada al navegador TOR –un navegador basado
en el motor de Mozilla, que “anonimiza” la conexión, y no permite que los
sitios que se visitan te metan un cookie o te rastreen lo que hacés mientras
navegás; y que protege a rajatabla tu privacidad-, incorpora la noción de
“búsqueda anónima”, con al agregado que te trae los mismos resultados de
Google, pero sin que te rastreen o quede un historial. Es como un “proxy” entre
Google y tu persona. DuckDuckGo, el “patito” que me encanta, es otro buscador
que respeta el anonimato del usuario y no rastrea lo que hacemos en su sitio.
Toda esta
nueva competencia y avance en entender que es lo que realmente quiere el
usuario, ayuda a transparentar el SEO. Así se logra que la competencia entre
los sitios por aparecer listados en los resultados de los buscadores, se
traslade a lo que debe ser: la lucha por el mejor contenido y que ese contenido
esté intimamente relacionado con el “user-intent” –la intención de la búsqueda
de cada usuario-. Es realmente un ganar-ganar para la Comunidad.
Creo que
hay una gran oportunidad, en este sentido, en el mundo que se avecina. La gente
cada vez más quiere ser “anónima”. Pero no entendamos mal este concepto: el
anonimato no es malo per se o significa que el que lo busca sea un “delincuente“.
Mucha gente piensa esto, como el tema del “hacker“, que también tiene una
connotación negativa. El anonimato permite que otros no puedan armar un perfil
de tu actividad y luego ser usado vaya a saber para qué.
El tema
del BIG DATA y lo que las empresas y Estados están construyendo, es muy
peligroso. Porque realmente ofrece una información personal, que si cae en
manos no indicadas, nos puede hacer mucho mal. Y no hay grados de seguridad
posible que prevengan esto 100%; además de que ya sabemos como se comercian
bases de datos de personas y cómo también el tema de espiar a lo que hacemos
online, está impactando fuertemente en nuestras vidas. Está bien lo que uno
quiera compartir por Facebook, Twitter u otra red social; y que lo hago a
sabiendas y por decisión propia. Pero otra cosa distinta es que nos metan un
cookie, nos espíen geo-localizadamente y guarden toda esa info en cada visita
que yo hago. Y a cuantas mas “propiedades online” -esto es, la cantidad de
sitios distintos que posea una empresa, una suerte de “oligopolio online“-
tenga la empresa que visito -y que frecuento porque consumo muchos de sus
servicios diariamente-, mas cruces de info y más certero el perfil que pueden
armar de mi persona –sin yo saberlo o aceptarlo-. Si bien todo esto hoy por hoy
es “accionable” por pocas empresas, o el procesamiento de todos estos datos es
díficil, esta info ya la van guardando para cuando el mercado de BIG DATA
mejore y la tecnología permita procesar esto a gran escala y masivamente, para
tomar decisiones en base a todo este historial. Les recomiendo “sanidad” cuando
están en internet, para evitar “dolores de cabeza” dentro de 5-6 años -tipo:
“realmente yo hice esto?” o “no pensé que esto quedaría grabado”-.