Parte III
Dr. Bonifacio Muller. Av. principal Fila de Mariches.
Sector Canaima. Galpón 22. Tlf 02128372213. La tarjeta de presentación se
adhería al sudor de mi mano derecha, era la mejor testigo que aquella aparición
y posterior conversación tan sorprendente, se había realizado y no era producto
de un engañoso truco de mi cerebro. No habían pasado tres minutos de haber
despedido al Dr Bonifacio, cuando ya estaba planificando mi inmediata
visita a su taller. No perdería nada, si todo era falso, esta aventura me
serviría como material de conversación jocosa con mis amigos en las
sabrosas tertulias etílicas en un futuro, pero si resultare cierta, mi vida
cambiaría radicalmente.
Dos días después y sin compañía, tal como me lo exigiera Bonifacio,
emprendí viaje a Filas de Mariches, sector densamente poblado situado al este
de la ciudad, es un lugar alto plagado de diferentes y distintas edificaciones y
viviendas habitadas por gente muy pobre y donde ademas se han asentado un buen
numero de pequeñas empresas y talleres de todo tipo de actividades comerciales
e industriales; ubicar una direccion en Mariches es dificultoso, hay que
armarse de mucha paciencia y preguntar bastante, y por supuesto,
encontrar el lugar donde estaba el galpón que buscaba, no fue la excepción,
casi dos horas me costo ubicarlo, pero al fin, allí estaba el misterioso galpón
No 22 , donde, a decir del Dr Bonifacio Muller, me encontraría
con lo que cambiaría radicalmente mi vida.(...)
La primero que se me vino en mente al ver el inmueble fue de
desilusión, era algo deprimente, rodeado de casuchas miserables, la pintura de
su frente lucia descascarada y se notaba que tenia muchos años sin renovarse,
alrededor muchos cubos de basura provenientes de las casuchas que lo
circundaban se acumulaban, tenían semanas sin que nadie se ocupara en
recogerla, es decir algo como para deducir que en el interior del mismo lo que
encontraría seria un caos mayor, nada que ver con lo conversado. Sin embargo ya
estaba en el sitio y debía terminar lo que ya había decidido emprender y para
lo cual estaba allí.
Parte IV
Estacione no sin algunas dificultades frente al referido galpón,
salí de mi vehículo y avanzando cinco pasos ya estaba enfrente de la
desvencijada puerta, esta tenia un timbre y un ojo mágico por únicos
accesorios, pulse varias veces el botón y pude escuchar una voz femenina
que preguntaba quien era, inmediatamente me identifique y la puerta se abrió,
una linda señorita de unos 22 años, me pregunto si era el Dr Ruh, al
asentir muy amablemente se hizo a un lado y me pidió pasara adelante, con mucha
amabilidad me condujo dentro del taller. El Dr Bonifacio esta en
su laboratorio, esta muy pendiente de su llegada y me pidió lo atendiera
mientras se desocupa, inmediatamente estará con usted. La belleza de la
muchacha era de verdad impresionante, sus piernas ceñidas por una minifalda
eran demasiado atractivas, ademas que su amabilidad y su bello rostro adornado
por una sonrisa espectacular, casi que me hizo olvidar la razón de la
visita. ¿ Desea un cafe? Por supuesto señorita, muchas gracias le respondí. Se
alejo en busca de lo ofrecido obsequiandome el espectáculo de ver sus
atractivas caderas y sus bellos cabellos cayendole en cataratas sobre sus
hombros y la espalda.
Mientras saboreaba el aromático y bien preparado cafe,una de las
puertas cercanas a donde me encontraba sentado se abrió dándole paso a Bonifacio,
su figura inconfundible paso por entre los otros muebles y se dirigió a mi
estrechando efusivamente mi mano. ¡ Que bueno que ha venido ! No lo esperaba
tan rápido, pase, pase adelante, aquí estará mas cómodo y podremos hablar con
mayor privacidad. Helena, por favor, que nadie nos moleste. La hermosa muchacha
asintió con un bello gesto y una hermosa sonrisa.
Entrar a la oficina y sentirme impactado fueron dos cosas
inmediatas, era grande y cómoda, llena totalmente de carpetas que se acumulaban
desordenadamente sobre un enorme escritorio, sus paredes llenas de enormes
carteleras conténtivas de papeles con dibujos de piezas mecánicas y diagramas
del cuerpo humano, y lo que mas me impresiono: diferentes esculturas de
cuerpos humanos en diferentes posiciones destacandose una especie de serie de
caras en las que se reflejaban en cada una de ellas un rictus, un ademan que
las diferenciaban unas de otras. ¿ Impresionado Dr Ruh? Aun no ha
visto nada, deje que empiece a explicarle con lujo de detalles en que consiste
mi trabajo en el que he invertido toda mi vida, mi patrimonio, mi familia y
todo cuanto hace feliz a cualquier persona común. Me he sacrificado en aras de
la ciencia utilitaria. Espero no haberlo hecho en vano, tal vez me
gustaría disfrutar un poco de mi invención, tomarme un merecido descanso con el
producto de mi largo trabajo y por eso quiero que se involucre en construir un
solido andamiaje juridico que garantice mis derechos sobre mi invención.
Todo cuanto había en aquella oficina y que pude ver me devolvió
las esperanzas de que lo conversado hasta ahora podía ser cierto. Oiga amigo
Samuel, podríamos ser socios, no tengo nada de dinero para adelantarle sus
honorarios, por lo tanto le propongo sea usted parte de una sociedad en la cual
le corresponderá un merecido veinte por ciento de todo cuanto podamos ganar con
las ventas de mis robots, solo le tocara resolver los aspectos legales
que aseguren nuestros derechos y encargarse de la gerencia de la compañía, no
sirvo para eso, lo mío es continuar con mis diseños, en otras palabras, usted
lidia con los clientes y yo con la producción en serie. Dicho esto pulso un
boton que aviso a la hermosa secretaria para que entrara, . por favor traiga
mas cafe y disponga todo para que el Dr y Yo hagamos un recorrido por
las instalaciones. En seguida Ingeniero, ya todo esta preparado, cuando ustedes
dispongan estamos listos. Aquella eficiente muchacha exudaba sexualidad, era
verdaderamente un bello ejemplar femenino de esas que no pasan
desapercibidas por su exuberante porte y belleza. Adelante entonces.
El recorrido fue corto pero por lo demás interesante, la
eficiente secretaria iba explicando en detalles todo cuanto existía, diseños,
replicas de esqueletos humanos hechos de poliestileno de alta densidad, redes
de enmarañados cables, complicados aparatos donde se diseñaban los chips de
movimientos, fibras ópticas, costosos microscopios, computadoras enormes que
transmitían imágenes de dibujos planimétricos de partes humanas y sus
correspondientes movimientos y funciones, en fin toda una parafernalia
ininteligible para mi, bien narrada por la bella y amable muchacha que
resultaba ser bien entendida en la materia. Bonifacio intervenía poco,
solamente en lo mas complicado y donde la anfitriona seguramente no dominaba.
Largo rato anduvimos por los laboratorios, cada vez quedaba mas
impresionado, todo parecía ser cierto, tan cierto como la inquietante figura de
la bella mujer que nos narraba con mucha claridad aquel espeluznante
recorrido.
Finalizado el paseo regresamos a la quietud de la oficina, Bonifacio me
invito a sentarme haciendo el lo mismo, la joven se despidió amablemente
dejandonos discretamente solos. ¿ Que le parecio todo? Bueno, comencé diciendo,
como quiera que soy poco ilustrado en la materia, mejor dicho, absolutamente
desconocedor de todo cuanto se me ha enseñado, me cuesta mucho emitir una
opinion, pero deduzco por lo intenso y abundante del material exhibido en el
recorrido y por las explicaciones dadas por la guía, que hay un intenso
trabajo realizado que coincide con lo que me ha dicho usted en conversaciones
anteriormente tenidas. Lo felicito Bonifacio, y en cuanto pueda satisfacer
plenamente mi curiosidad, estaré en capacidad de aceptar o no su generosa
oferta.
¿ Que cosa necesita para asegurarse de la sinceridad de mi
trabajo Dr Ruh? Le responderé todo cuanto quiera y que pueda
servirles para asegurar su credibilidad. Inmediatamente le respondí : he venido
a ver un prototipo, un androide o robot totalmente terminado, uno de sus
productos que sea el resultado final de su trabajo y aun no lo he visto,
por lo menos en todo el interesante y fascinante recorrido no creo haber
percibido lo que para mi es lo mas importante: un robot.
Por primera vez vi en la cara de Bonifacio una
expresion de felicidad, su rostro, siempre mostrando tristeza y desolación,
esta vez se ilumino y pude observarle una gran sonrisa de satisfacción ¿ Tiene
razón ? He debido haberselo dicho de antemano, sin embargo una sorpresa no esta
demás, esto hace mas divertido este encuentro tan importante para nuestra
futura compañía. Una vez dicho esto, pulso el boton e inmediatamente la bella
mujer que nos atendía se apareció en la puerta anunciandose respetuosamente:
allí la tiene Dr Ruh, ella es el producto final de mi largo y tenaz
trabajo.
Casi
que pierdo el conocimiento.