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07 diciembre, 2013

EL EXTRAÑO CASO DEL DR. BONIFACIO (Parte III y IV)



Parte III

Dr. Bonifacio Muller. Av. principal Fila de Mariches. Sector Canaima. Galpón 22. Tlf 02128372213. La tarjeta de presentación se adhería al sudor de mi mano derecha, era la mejor testigo que aquella aparición y posterior conversación tan sorprendente, se había realizado y no era producto de un engañoso truco de mi cerebro. No habían pasado tres minutos de haber despedido al Dr Bonifacio, cuando ya estaba planificando mi inmediata visita a su taller. No perdería nada, si todo era falso,  esta aventura me serviría como material de conversación jocosa con mis amigos en las  sabrosas tertulias etílicas en un futuro, pero si resultare cierta, mi vida cambiaría radicalmente.

Dos días después y sin compañía, tal como me lo exigiera Bonifacio, emprendí viaje a Filas de Mariches, sector densamente poblado situado al este de la ciudad, es un lugar alto plagado de diferentes y distintas edificaciones y viviendas habitadas por gente muy pobre y donde ademas se han asentado un buen numero de pequeñas empresas y talleres de todo tipo de actividades comerciales e industriales; ubicar una direccion en  Mariches es dificultoso, hay que armarse de mucha paciencia y preguntar bastante, y por supuesto,  encontrar el lugar donde estaba el galpón que buscaba, no fue la excepción, casi dos horas me costo ubicarlo, pero al fin, allí estaba el misterioso galpón No 22 , donde, a decir del Dr Bonifacio Muller, me encontraría con lo que cambiaría radicalmente mi vida.(...)


La primero que se me vino en mente al ver el inmueble fue de desilusión, era algo deprimente, rodeado de casuchas miserables, la pintura de su frente lucia descascarada y se notaba que tenia muchos años sin renovarse, alrededor muchos cubos de basura provenientes de las casuchas que lo circundaban se acumulaban, tenían semanas sin que nadie se ocupara en recogerla, es decir algo como para deducir que en el interior del mismo lo que encontraría seria un caos mayor, nada que ver con lo conversado. Sin embargo ya estaba en el sitio y debía terminar lo que ya había decidido emprender y para lo cual estaba allí.

Parte IV

Estacione no sin algunas dificultades frente al referido galpón, salí de mi vehículo y avanzando cinco pasos ya estaba enfrente de la desvencijada puerta, esta tenia un timbre y un ojo mágico por únicos accesorios, pulse varias veces el botón y  pude escuchar una voz femenina que preguntaba quien era, inmediatamente me identifique y la puerta se abrió, una linda señorita de unos 22 años, me pregunto si era el Dr Ruh, al asentir muy amablemente se hizo a un lado y me pidió pasara adelante, con mucha amabilidad me condujo dentro del taller. El Dr Bonifacio esta en su laboratorio, esta muy pendiente de su llegada y me pidió lo atendiera mientras se desocupa, inmediatamente estará con usted. La belleza de la muchacha era de verdad impresionante, sus piernas ceñidas por una minifalda eran demasiado atractivas, ademas que su amabilidad y su bello rostro adornado por una sonrisa espectacular, casi que me hizo olvidar la razón de la  visita. ¿ Desea un cafe? Por supuesto señorita, muchas gracias le respondí. Se alejo en busca de lo ofrecido obsequiandome  el espectáculo de ver sus atractivas caderas y sus bellos cabellos cayendole en cataratas sobre sus hombros y la espalda.

Mientras saboreaba el aromático y bien preparado cafe,una de las puertas cercanas a donde me encontraba sentado se abrió dándole paso a Bonifacio, su figura inconfundible paso por entre los otros muebles y se dirigió a mi estrechando efusivamente mi mano. ¡ Que bueno que ha venido ! No lo esperaba tan rápido, pase, pase adelante, aquí estará mas cómodo y podremos hablar con mayor privacidad. Helena, por favor, que nadie nos moleste. La hermosa muchacha asintió con un bello gesto y una hermosa sonrisa. 

Entrar a la oficina y sentirme impactado  fueron dos cosas inmediatas, era grande y cómoda, llena totalmente de carpetas que se acumulaban desordenadamente sobre un enorme escritorio, sus paredes llenas de enormes carteleras conténtivas de papeles con dibujos de piezas mecánicas y diagramas del cuerpo humano, y lo que mas me impresiono:  diferentes esculturas de cuerpos humanos en diferentes posiciones destacandose una especie de serie de caras en las que se reflejaban en cada una de ellas un rictus, un ademan que las diferenciaban unas de otras. ¿ Impresionado Dr Ruh? Aun no ha visto nada, deje que empiece a explicarle con lujo de detalles en que consiste mi trabajo en el que he invertido toda mi vida, mi patrimonio, mi familia y todo cuanto hace feliz a cualquier persona común. Me he sacrificado en aras de la ciencia utilitaria. Espero no haberlo  hecho en vano,  tal vez me gustaría disfrutar un poco de mi invención, tomarme un merecido descanso con el producto de mi largo trabajo y por eso quiero que se involucre en construir un solido andamiaje juridico que garantice mis derechos sobre mi invención.

Todo cuanto había en aquella oficina y que pude ver me devolvió las esperanzas de que lo conversado hasta ahora podía ser cierto. Oiga amigo Samuel, podríamos ser socios, no tengo nada de dinero para adelantarle sus honorarios, por lo tanto le propongo sea usted parte de una sociedad en la cual le corresponderá un merecido veinte por ciento de todo cuanto podamos ganar con las ventas de mis robots, solo le tocara  resolver los aspectos legales que aseguren nuestros derechos y encargarse de la gerencia de la compañía, no sirvo para eso, lo mío es continuar con mis diseños, en otras palabras, usted lidia con los clientes y yo con la producción en serie. Dicho esto pulso un boton que aviso a la hermosa secretaria para que entrara, . por favor traiga mas cafe y disponga todo para que el Dr y Yo hagamos un recorrido por las instalaciones. En seguida Ingeniero, ya todo esta preparado, cuando ustedes dispongan estamos listos. Aquella eficiente muchacha exudaba sexualidad, era verdaderamente un bello ejemplar femenino de esas  que no pasan desapercibidas por su exuberante porte y belleza. Adelante entonces. 

El recorrido fue corto pero por lo demás interesante, la eficiente secretaria iba explicando en detalles todo cuanto existía, diseños, replicas de esqueletos humanos hechos de poliestileno de alta densidad, redes de enmarañados cables, complicados aparatos donde se diseñaban los chips de movimientos, fibras ópticas, costosos microscopios, computadoras enormes que transmitían imágenes de dibujos planimétricos de partes humanas y sus correspondientes movimientos y funciones, en fin toda una parafernalia ininteligible para mi, bien narrada por la bella y amable muchacha que resultaba ser bien entendida en la materia. Bonifacio intervenía poco, solamente en lo mas complicado y donde la anfitriona seguramente no dominaba. 

Largo rato anduvimos por los laboratorios, cada vez quedaba mas impresionado, todo parecía ser cierto, tan cierto como la inquietante figura de la bella mujer que nos  narraba con mucha claridad aquel espeluznante recorrido.

Finalizado el paseo regresamos a la quietud de la oficina, Bonifacio me invito a sentarme haciendo el lo mismo, la joven se despidió amablemente  dejandonos discretamente solos. ¿ Que le parecio todo? Bueno, comencé diciendo, como quiera que soy poco ilustrado en la materia, mejor dicho, absolutamente desconocedor de todo cuanto se me ha enseñado, me cuesta mucho emitir una opinion, pero deduzco por lo intenso y abundante del material exhibido en el recorrido y por las  explicaciones dadas por la guía, que hay un intenso trabajo realizado que coincide con lo que me ha dicho usted en conversaciones anteriormente tenidas. Lo felicito Bonifacio, y en cuanto pueda satisfacer plenamente mi curiosidad, estaré en capacidad de aceptar o no su generosa oferta.

¿ Que cosa necesita para asegurarse de la sinceridad de mi trabajo Dr Ruh? Le responderé todo cuanto quiera y que pueda servirles para asegurar su credibilidad. Inmediatamente le respondí : he venido a ver un prototipo, un androide o robot totalmente terminado, uno de sus productos que sea el resultado final de su trabajo y  aun no lo he visto, por lo menos en todo el  interesante y fascinante recorrido no creo haber percibido lo que para mi es lo mas importante: un robot. 

Por primera vez vi en la cara de Bonifacio una expresion de felicidad, su rostro, siempre mostrando tristeza y desolación, esta vez se ilumino y pude observarle una gran sonrisa de satisfacción ¿ Tiene razón ? He debido haberselo dicho de antemano, sin embargo una sorpresa no esta demás, esto hace mas divertido este encuentro tan importante para nuestra futura compañía. Una vez dicho esto, pulso el boton e inmediatamente la bella mujer que nos atendía se apareció en la puerta anunciandose respetuosamente: allí la tiene Dr Ruh, ella es el producto final de mi largo y tenaz trabajo. 
Casi que pierdo el conocimiento.