El año que viene será complicado. Todo indica que
la inflación y la escases aumentarán significativamente; que habrá devaluación
de la moneda y, muy probablemente, aumento de la gasolina. Nadie en su sano
juicio debe dudar que Venezuela entrara en los próximos meses en una nueva
etapa. El gobierno estará a prueba y la oposición también. El
“chavismo-madurismo” ya no podrá gobernar “a realazos” (entre otras cosas,
porque por el acuerdo de Irán con las potencias occidentales los precios del
petróleo pueden ir a la baja) .Por primera vez en quince años, el liderazgo
gobernante tendrá que enfrentar una etapa de “vacas flacas” y no hay razones
para pensar que un modelo que fracasó completamente en tiempos de bonanza tenga
éxito en momentos de austeridad, pero esperemos a ver. La oposición por su
parte, también estará obligada a cambiar si quiere, a corto plazo, conducir al
país. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) cumplió un ciclo y por tanto
tendrá que repensarse para afrontar el futuro con éxito. Surgirá también, una
nueva fuerza política: la despolarizadora, que pretenderá asumir un rol
protagónico en la vida nacional. Esta nueva corriente intentará representar a
los ciudadanos no identificados con ninguno de los dos polos y que apuestan a
la construcción de un acuerdo nacional en torno a materias como la inseguridad,
el modelo económico y la recuperación de los servicios públicos. 2014 será un
año duro pero muy interesante.