Luis
Fuenmayor Toro
No escuchamos
cohetes ni vimos luces artificiales la noche ni madrugada del 8 de diciembre
pasado. Tampoco hubo caravanas de automóviles, ni corneteo ni perifoneo de ningún
tipo, luego del boletín del CNE con los primeros resultados. Nos resulto extraña
la ausencia de los motorizados estridentes, ni en el este ni en el oeste de
Caracas. Fueron señales muy claras de que nadie celebraba, y era lógico, no había
ningún motivo para hacerlo. No había triunfado el Gobierno ni tampoco la MUD,
las expectativas que quisieron generar durante la campaña electoral, y aún
mucho antes en el caso de un Gobierno que se salta todos los lapsos en forma
impune, no se produjeron, el empate volvió a presentarse y los volvía a dejar
perplejos, pese a que sus jefes hicieron en ese momento todo lo posible por
mostrarse victoriosos, situación que ha continuado para desdicha de los
venezolanos.(...)
Al igual que en
las presidenciales de abril, donde al parecer ganó Nicolás Maduro, la
diferencia entre quienes estaban a favor de las candidaturas del Gobierno y
quienes estaban en contra fue de apenas 2 puntos porcentuales, situación que se
han encargado de ocultar los polarizados y sus sicarios comunicacionales. Por los
candidatos del Polo Patriótico, organismo que integran el PSUV y sus
sirvientes, votaron 5 millones 200 mil electores, mientras 5 millones 500 mil electores
no votaron por esta alianza, pues en la cuenta que debe hacerse hay que incluir
los votos de quienes se separaron del Polo Patriótico y de la MUD y lanzaron
sus propias opciones, bautizados hoy como independientes. Luego es falso que el
Gobierno o la MUD hayan ganado, pues los votos “independientes” serían
necesarios para decidir y éstos no estuvieron con ninguno de los dos. Ambos
perdieron.
El número de
alcaldías en manos del Gobierno (240) se redujo, lo que es un resultado
negativo y demuestra que viene en declive. No pudo conquistar la alcaldía
Metropolitana de Caracas, en la que Ledezma, representante típico del
bipartidismo, se impuso al candidato más fresco que pudo el chavecismo
presentar. Perdió Maracaibo, Barquisimeto, Valencia, Mérida, San Cristóbal, Petare,
las zonas urbanas más importantes, y además Maturín, Porlamar, Heres, Mariño,
Iribarren y para colmo Barinas, entre varias otras. La MUD, por su parte, sacó
menos votos que el PSUV y obtuvo sólo 74 alcaldías, aunque esta cantidad es
mayor que las que tenía; perdió en el municipio Libertador de Caracas, llamó a
hacer de la elección municipal un plebiscito y fue derrotada en ese sentido.
La tercería
obtuvo 23 alcaldías, 8 de ellas claramente enfrentadas al Gobierno, y un
respaldo de 800 mil votos, el doble de lo obtenido en las parlamentarias de
2010. Ésta fue la fuerza que realmente se desarrolló, aunque su votación siga
siendo baja. La despolarización avanzó y ése es el verdadero resultado positivo
de la contienda que acaba de finalizar.