LA PESADILLA
Anocheció.
El radiante naranja del atardecer dio paso a una noche clara que arropó suavemente
a la ciudad a la par que resplandecían, instantáneamente, las luces del
alumbrado público en avenidas y calles adyacentes; dejando ante mis ojos, el hermoso paisaje nocturnal de un monte de
árboles verduzcos y blancuzcos edificios. Todo bien cuidado por la municipalidad,
por los ciudadanos de a pié: donde se podía observar la preocupación por el
aseo y ornato de jardines, aceras, fachadas: No se veía aguas blancas mezcladas
con aguas servidas corriendo por las bien asfaltada y limpias vías
_HIDROCENTRO, CANTV, AMBIENTE Y ALCALDÍA trabajaban coordinadamente para no
dejar huecos abiertos en la calle, con el pavimento alzado ni las aceras
destruidas, con alcantarillas levantadas ni escombros al lado ¡Todo era orden y
limpieza!_. (...)
Mientras, en la esquina de Branger con Lara, yo esperaba la
camionetica que me llevaría a La Isabelica, al lado de otras personas quienes
afablemente dialogaban sobre lo “humano y lo divino” del acontecer nacional. Entre tanto, una brisa refrescante
inundó el lugar y en el cual se podía notar, a pesar
de la “hora pico” del anochecer, que el tráfico vehicular y peatonal eran dinámicos; respetaban tanto a la
señal del semáforo como a los “vigilantes de transito”. Dentro de lo sencillo y
lo corriente la situación se sentía apacible, sin tensión ni sobresalto ante el
asecho de algún delincuente_ La claridad del alumbrado y los “policías de punto”
alejaban los pocos que lograrían quedar. Por otra parte, los pocos buhoneros
del lugar ofrecían sus mercancías sin escándalo alguno y sin sobreprecio;
panaderías al igual que otros negocios con gente alegre que entraban y salían
con sus compras; busetas, de diferentes rutas, estacionaban al frente de la
bien formada cola de hombres, mujeres y niños para tal o cual destino_ No había
empujones ni coñazos _perdón_ ni golpes ni empellones que te arrastraran dentro
de la camioneta en contra de tu voluntad ni pasajeros colgando a las puertas de
las mismas ¡Todo era orden y civilismo!_.
_
¡Y Por fin llego la mía! No tardo mucho; siempre a tiempo_. Embarqué en forma
ordenada detrás de otros pasajeros, el colector cortésmente nos abría paso
hacia el aseado e iluminado interior. Luego de sentarnos, el chofer arranco
Branger abajo hacia la avenida Michelena. Ambiente de paz, armonía y una
apacible música nos arrullaba. Las personas hablaban cordialmente entre sí _Los
charleros eran inexistente_ sobre la política de rectificación económica de
Maduro, implantando pleno empleo e invitando a emprendedores de la “Pequeña y Mediana Industria” a
trabajar, con la cual hizo levantar la economía eliminando con ello las importaciones;
imponiendo seguridad jurídica y cambiaria; por ende, regresaban así las
inversiones extranjeras, progreso económico y social al país; por lo tanto, la
delincuencia criminal bajaban casi a nada. Malos tiempos quedaban en el pasado:
Democracia, Pluralismo, respeto a la Constitución y división autonómica de poderes
del Estado restablecidos. No existían presos de conciencia ni políticos: Exiliados
regresando a la Patria ¡Nacía la Reconciliación Nacional!
A
la altura del puente de la Michelena, diagonal al Superbloque, la camionetica
se detiene bruscamente sintiendo un golpe en mi cabeza y una voz que me espeta airadamente_
¡viejo er coño, no te hagas el dormido que esto es un quieto!_ Abrí pesadamente
los ojos, aturdido por el trancazo y, no sabía si entraba o salía de la
pesadilla. Allí estaba la realidad: Obscuridad del puente, tanquilla rota y pavimento
alzado fueron sus cómplices y nuestros testigos, de aquellos momentos de miedo,
arrechera y dolor. Cuando todo paso, en plena obscuridad, grite de impotencia_ ¡PERO,
TENEMOS PATRIA Y UN COLOMBIANO EN MIRAFLORES DIRIGIENDO LOS DESTINOS DE 30
MILLONES DE VENEZOLANOS, CARAAAJOO!_. Luego, del atraco, con valor, me fijé una
meta: “Echarnos el miedo a la espalda y salir todos a VOTAR el 8 de diciembre para
ganar la Alcaldía y Concejalías de Valencia con Miguel Cocchiola”: Para
quitarnos de encima éste yugo delincuencialnarcofasistoidecomunista Régimen
Chavista. ¡YA BASTA, HAY QUE DARLE
UN PARAO A ÉSTA PESADILLA EN QUE SE HAN CONVERTIDO NUESTRAS VIDAS COTIDIANAS!