Las crisis económicas son la principal causa de deterioro de
la estabilidad de los regímenes autocráticos. Un estudio estadístico sobre 137
países muestra cómo la legitimación, la cooptación y la represión ayudan a las
dictaduras a mantenerse.
Miguel Ángel Criado
El dictador chileno Augusto Pinochet |
James Carville, estratega de la campaña que llevó a Bill
Clinton a vencer a George Bush contra pronóstico en las elecciones
estadounidenses de 1992 creó el eslogan "la economía, estúpido". Con
Bush saliendo triunfante de la Guerra Fría y la primera Guerra del Golfo, sólo
la insistencia en la crisis económica llevó al demócrata a la victoria. Un
amplio estudio muestra ahora que, como las democracias, las dictaduras viven y
mueren por la economía. Sólo que en éstas, no hay elecciones que permitan
cambiar un dictador por otro.
Investigadores estadounidenses y alemanes están recopilando
información de 137 regímenes autoritarios de los últimos 60 años y los están
pasando por el tamiz de la estadística. Aunque aún no han terminado su trabajo,
los resultados preliminares muestran que la economía es la clave tanto para el
mantenimiento del régimen como para su caída cuando las cosas vienen mal dadas.
Buscando una correlación, colocaron en una misma matriz datos de la base
política Global Political Regimes
y la económica Penn World Tables.(...)sigue
"Las privaciones económicas son sólo una de las razones
por las que la gente se echa a las calles. Hay otras, como la corrupción, un
fraude electoral masivo, la derrota en una guerra o las violaciones de derechos
humanos. Pero una crisis económica se ha mostrado como el mejor predictor para
el cambio de régimen", dice el experto del Centro de Investigación en Ciencias Sociales (WZB) de Berlín
Christoph Stefes .
Hay ejemplos de libro. La caída como un dominó de las dictaduras
latinoamericanas de los años 70, el colapso del bloque soviético en los 80, la
ola democratizadora en el sur de Asia en los 90 y, ahora, la Primavera Árabe se
produjeron en un contexto de profunda crisis económica interna o global.
Pero sus datos muestran primero que la caída de una
dictadura es algo raro. Computado cada país y los años que ha durado o dura un
dictador en el puesto, sólo el 5% de las dictaduras falla. Además, la caída de
un régimen dictatorial "raramente resulta en una transición a la
democracia", escriben en la primera versión de su estudio, publicado en
Contemporary Politics.
"Para nosotros era importante comprobar cómo las
dictaduras pueden lidiar con una crisis económica", recuerda Stefes.
Aunque pueda parecer que el palo es la clave, vuelve a ser la economía lo más
relevante. Apenas hay ejemplos de revueltas masivas contra un régimen
dictatorial cuando la economía va bien. El Chile de Pinochet es el caso que
mejor encaja en esta realidad. También podrían hacerlo los regímenes autocráticos
del Golfo. "Probablemente. Sin embargo, no hay que olvidar que también son
monarquías y esto es otra fuente de legitimación", recuerda el
investigador alemán.
Y es que, cuando la economía empieza a ir mal, los
dictadores tienen aún sus armas para seguir, y la más efectiva no es la
represión. Los investigadores han comprobado que la legitimación de origen o
ejercicio, la cooptación y una represión suave funcionan mejor que sacar los
tanques a la calle. Y si son las tres combinadas, mejor que mejor.
Cuba, Corea del Norte o Irán han sufrido o sufren intensas
crisis económicas y sus regímenes siguen adelante. Los tres son países en los
que sus dictaduras tiene una legitimación de origen (revolución o guerra)
reforzada con una legitimación ideológica. "El problema es que no podemos
medir el grado de apoyo difuso al régimen que surge de ideologías como el
nacionalismo, el comunismo… Podríamos añadir Laos e incluso hasta cierto punto
China a la lista de los regímenes ideológicos. La verdadera prueba para China
sería por supuesto una fuerte desaceleración económica. Sin embargo, sí creemos
que pesa más la legitimación que el crecimiento económico y los programas
sociales", opina Stefes.
La represión no funciona
Los investigadores también quisieron comprobar la asociación
popular entre dictadura y represión. Aunque en tiempos de bonanza económica, la
economía hace innecesaria la represión, con las crisis, los dictadores recurren
a ella para mantenerse. Pero la clave aquí está en el grado. Usando datos del
proyecto CIRI Human Rights,
clasificaron a los distintos regímenes en una tabla del 0 al 8, de la ausencia
de represión hasta la más agresiva, la que compromete la seguridad y la vida de
las personas. Comprobaron que mientras las limitaciones de las libertades
políticas, la censura o la represión selectiva sirven para apuntalar el
régimen, la represión extrema en forma de torturas o eliminación física de la
oposición, es un buen predictor de caída de un régimen dictatorial.
Sin embargo los dictadores o regímenes más inteligentes
optan por la cooptación. La integración en el régimen de la mayor
representación posible de los distintos sectores sociales es una vacuna contra
la movilización. Eso explicaría que el 75% de las dictaduras tengan un
parlamento con más de un partido. Pero la cooptación funciona mejor en las
fases de bonanza económica que durante la crisis. Esto podría deberse a que se
necesita tiempo para integrar en el sistema a los que están fuera de él y la
economía no espera.
Preguntado por la actualidad en regiones como Siria, Stefes
advierte de que no son expertos en la región pero también añade: "Creemos
que Siria tiene un estructura más desarrollada, en especial en lo que se
refiere al aparato de seguridad. Su exposición a Occidente, además, es mucho
menor que en otro países de la Primavera Árabe, como Túnez". En lo que sí
es experto es en los países de la antigua Unión Soviética y es allí donde mejor
se están cumpliendo los resultados de su estudio.
En Bielorrusia, Uzbekistán o Rusia, dice, "la cooptación
y la represión están muy bien desarrolladas, y muy ayudadas por una economía
sobre todo controlada por el Estado, lo que permite a los dirigentes la
posibilidad de controlar a las masas con palo y zanahorias económicas".