Brasil, al amparo de un convenio
firmado con la Policía Federal brasileña en 2010. A modo de sus socios
legítimos los agentes de la CIA, "disfrazados de diplomáticos",
espían a los residentes.
Así lo revela el diario local
'Folha de Sao Paulo', que se fundamenta en distintas fuentes de
información en el seno de la Policía, el Ejército y el Ejecutivo
brasileños que el rotativo no identificó. Según ellas, los agentes del país
norteamericano están distribuidos por todo el territorio y hasta indican a las
fuerzas policiales locales quién debe ser vigilado.(...)
"Esto viene desde [la presidencia de] Fernando Enrique
Cardoso", recuerda la periodista Eleonora Gosman. Él le concedió a la
Embajada de EE.UU. en Brasil más de 800 frecuencias de radio, razón por la cual
ahora vuelve de alguna manera el tema justamente en víspera del viaje de
Dilma Rousseff a EE.UU."
Desde un principio los acuerdos de cooperación eran “una
formalidad” para encubrir el espionaje,
admitieron las fuentes del periódico 'Folha'. Sin embargo, existía incluso un
horario de los encuentros entre los oficiales de los servicios especiales de
ambos países que –también formalmente– se centran en la agenda antiterrorista.
"Por lo menos una vez por semana, dos agentes de la CIA acuden a una de las
oficinas de la Policía Federal en Brasilia", precisa el diario. Encuentros
de la misma índole tienen lugar también en Río de Janeiro, Sao Paulo, Foz de
Iguazú y Sao Gabriel da Cachoeira. Según el cómputo de Gosman, solo en
Brasilia, la CIA "mantiene aproximadamente seis puntos o establecimientos
donde se presume que hay actividades de esa organización".