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06 agosto, 2013

¿Un servidor en Colombia para espiar?


El extécnico de inteligencia estadounidense recibió asilo en Rusia, el mismo día en que el diario británico ‘The Guardian’ publicó detalles de los programas de espionaje de Washington.

Por: Diego Alarcón Rozo

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, había sido muy claro con la condición fundamental que su gobierno establecía para conceder el asilo político al extécnico de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos Edward Snowden: él debía cesar de filtrar información confidencial que detallara los programas de espionaje masivo ordenados por Washington. En otras palabras, si Snowden deseaba permanecer en territorio ruso, era preciso que cesara sus ataques de revelaciones, que dejara de hacer ruido.
Hoy, Edward Snowden ya está afuera del aeropuerto moscovita de Sheremétievo, donde permaneció por un mes intentando evadir la orden de detención internacional que Estados Unidos promovió en su contra, pero ni su abogado, el ruso Anatoli Kucherena, tiene certeza de su paradero. Después de que el Kremlin decidiera otorgar asilo a Snowden por un año, Kucherena explicó que por obvias razones no puede dar información de dónde está su defendido y que él apenas sospecha dónde está.(...)

Curioso resultó el último informe del diario británico The Guardian sobre los programas de espionaje masivo de Estados Unidos. Una extensa publicación que vio la luz justo el mismo día que se otorgó el asilo a Snowden. Si el pacto entre Putin y el extécnico de la NSA se cumple, sería muy raro volver a encontrar informes tan detallados como el del diario, que entre otras revelaciones, afirma que Washington pagó más de US$150 millones al gobierno británico para tener acceso a esos programas de inteligencia. En especial, en los que tenían que ver con interceptaciones telefónicas.
Una de las revelaciones más grandes vino por cuenta de la reseña del programa XKeyscore, con el que, palabras más, palabras menos, Estados Unidos tenía acceso a toda la información que en tiempo real se movía en internet: correos electrónicos, páginas web visitadas por usuarios, búsquedas, chats, metadatos, redes sociales, todo. De hecho, para dicho propósito, Washington cuenta con una red de cerca de 700 servidores y de acuerdo con la presentación oficial del programa, muy seguramente filtrada por Snowden, cuatro de esos servidores se encuentran en territorios suramericanos: uno en Venezuela, otro en Brasil, otro en Ecuador y otro en Colombia.
La aparente operación del programa permitía a los analistas tomar la información interceptada y compararla con la depositada en enormes bases de datos con patrones de búsqueda definidos. Todo esto orientado al incremento de la seguridad, pues según los datos de la NSA, en 2008 fueron capturados 300 presuntos terroristas gracias a la colosal capacidad del XKeyscore.
Pero cabría preguntarse: ¿Por qué Colombia? ¿Tiene algo que ver con labores específicas de espionaje en el país? Responder este tipo de preguntas es sumamente complicado cuando está de por medio la estricta confidencialidad de los programas. Sin embargo, en aras de brindar una explicación, Dmitry Bestuzhev, uno de los directores del equipo técnico de investigadores y analistas de la firma de seguridad informática Kaspersky, conversó con El Espectador a cerca del tema.
Lo primero que aclara es que los servidores otorgan capacidad de procesamiento de información, por eso los múltiples componentes de la red (ver mapa). “Si no hay un buen rendimiento en un sistema tan grande, no serviría para nada captar grandes cantidades de información si no se pueden confrontar son búsquedas en bases de datos”.
Bestuzhev explica que estos sistemas se conocen como ‘Sniffers’ y su operación, al nivel más básico, consiste en interceptar el tráfico en internet. De hecho, a pequeña escala este método es utilizado continuamente por criminales cibernéticos. “Que haya un servidor en Colombia quiere decir que se tiene acceso a la información que por allí pasa. Si no hubiese una parte de la red en Suramérica, el sistema sólo tendría acceso a los usuarios de esta región si ellos establecen contacto con otro lugar del mundo en el que sí existiese un servidor a su servicio. Creo que en este caso se trata básicamente de puntos estratégicos en la zona que permiten, directamente, interceptar la información que transita por cada una de sus puntos. Es básicamente una manera de tener un mayor control sobre la información”.

dalarcon@elespectador.com