"Hemos visto ejemplos en los últimos años, que indican que los soldados estadounidenses se están involucrando en este tipo de actividad", dijo Fred Burton, el vicepresidente de la compañía privada de inteligencia Stratfor Global Intelligence, al portal de FoxNews, que elaboró un reportaje al respecto.
Según
Burton,
"es muy preocupante que personas con entrenamiento militar especializado y
experiencia de combate estén asociados con los carteles".
En
el portal se relatan varios casos de militares estadounidenses involucrados en
casos de narcoviolencia en el país vecino.
Uno
de ellos describe la historia de Michael Apodaca, un joven de 22 años que perteneció a
la base militar de Fort Bliss y se unió a la 11ª Brigada de Artillería de
Defensa Antiaérea cuando fue reclutado por el cartel de Juárez para atentar
contra José Daniel González Galeana, miembro de un cartel enemigo, por 5.000 dólares. (...)
También
comparte el caso de Kevin Corley, de 29 años, un exmiembro activo del Ejército
y primer teniente de Fort Carson en Colorado, que conspiró para cometer un
asesinato a sueldo para el cartel de Los Zetas.
Se
le prometieron 50.000 dólares y cinco kilogramos de cocaína a cambio de llevar a cabo
una incautación de drogas y un asesinato por encargo.
Además,
le pidieron que usara su propia equipación para llevar a cabo la misión.
Finalmente
describe la precisión militar con la que se llevó a cabo el asesinato el
pasado 22 de mayo de Juan Guerrero Chapa, un exabogado de 43 años del
cartel del Golfo, en una zona residencial de Fort Worth.
Además,
la necesidad de reclutar a soldados para unidades de combate durante la guerra
de Irak
llevó a que se relajaran los requerimientos para el ingreso en el Ejército,
permitiéndose la entrada de gente como Apodaca o Corley, señala el diario 'The
Huffington Post' con la que se llevó a cabo el asesinato el pasado 22
de mayo de Juan Guerrero Chapa, un exabogado de 43 años del
cartel del Golfo, en una zona residencial de Fort Worth.
Según
las autoridades estadounidenses, las pruebas recabadas hasta la fecha demostrarían
que el asesinato fue realizado por militares de EE.UU.
De
acuerdo con el FBI, en abril de 2011 había miembros de al menos 53
pandillas
estadounidenses en las Fuerzas Armadas.