El presidente Nicolás Maduro ha
insistido, desde hace algún tiempo y con mucha frecuencia, en que es
absolutamente necesario enfrentar, a fondo, el fenómeno de la corrupción, con
lo cual, de alguna manera, está admitiendo que con su predecesor y mentor, el
difunto presidente Chávez, gobernó un sector vinculado a ese tipo delictivo, y
que el poder judicial en nuestro país no ha sido capaz de enfrentar
eficientemente este asunto. El país entero, chavistas y opositores, tiene la
sensación de que, en efecto, un importante grupo de funcionarios públicos está
metido hasta los tuétanos en hechos ilícitos, de allí que Maduro, sabiamente
creemos aquí, colocó en el tapete esta grave situación. Hasta ahora, el máximo
funcionario del poder ejecutivo venezolano ha mostrado, como resultado de su
predica contra la corrupción, algunos ``trofeos´´: el enjuiciamiento de un
ex-gobernador del estado Guárico, caído en desgracia en el PSUV, la detención
de algunos funcionarios del SENIAT, la destitución de la presidenta de
INDEPABIS y una que otra acción más, lo que está bien; sin embargo, la gran
mayoría del país se pregunta ¿Cuándo caerán los peces gordos?, esos que, según
algunos rumores, viven a todo trapo en algunos países europeos, los que han
hecho los grandes negocios, a los que acusó el Ministro Giordani y la
ex-ministra Betancourt, ahora presidenta del BCV. Cuando caigan varios de estos
peces gordos sabremos si de verdad el presidente está hablando en serio.
Seguiremos esperando.