Luis Fuenmayor Toro
Personeros del alto Gobierno han afirmado que Hugo Chávez
fue asesinado y han señalado la forma utilizada para hacerlo y sugerido sus
autores intelectuales. Para el magnicidio se ha usado un método muy sofisticado:
la inducción de un cáncer en la humanidad del Presidente fallecido. Sobre este
método, desconocido hasta ahora por las ciencias, me he pronunciado con la
incredulidad propia de quienes conocen el tema, y he dado decisivos argumentos,
que no repetiré en este artículo, pues lo quiero dedicar a un aspecto que creo más
importante.
Las afirmaciones del alto gobierno, respaldadas por el presidente
Evo Morales, las inició Rafael Ramírez, Presidente de PDVSA, en entrevista de
prensa, en la que señaló el uso de desarrollos tecnológicos desconocidos para
nosotros; también se lo oímos a Maduro y a uno que otro funcionario de alto
nivel, aparte de haber sido expresado en muchos artículos por los hinchas del
Presidente fallecido. La situación no es presentada como una posibilidad, sino
como algo serio, de lo cual pareciera tenerse evidencias que sin embargo no se
presentan junto con las acusaciones.
Que los países imperialistas busquen asesinar a un contrario (...)
de cierta importancia no es algo desconocido. Los intereses del gran capital, sea
de dónde sea, están por encima de cualquier consideración moral o ética, de
respeto o de comedimiento ninguno. Que un jefe de Estado sea asesinado es
perfectamente posible, pues no se han salvado ni siquiera los presidentes de
EEUU. Lo que nos extraña es que se haga una denuncia de esa magnitud y no se abra
una investigación a fondo, ni se señalen las pruebas de que se dispone.
Planteada así, la denuncia sólo tiene propósitos electorales.
Si se cree realmente lo que se afirma o si se tienen pruebas
al respecto, lo indicado es abrir una investigación y citar a los denunciantes,
para que presenten sus evidencias y digan todo lo que sepan. Citar a Rafael Ramírez
y a su hermano médico, quien hace menos de dos años negó la gravedad de Chávez
cuando, junto con otros dos galenos, enfrentaron las afirmaciones muy bien fundadas
de un cirujano venezolano competente, quien advirtió sobre la seriedad del
cáncer del Presidente y dijo que tendría un máximo de dos años de sobrevida,
hecho que levantó fieras acusaciones y burlas de los fanáticos, pero que terminó
siendo una verdad hoy innegable.
Si las investigaciones se hubieran realizado entonces, se hubiera
quizás obtenido información que ayudara al presidente Chávez. Inquieta que una
comisión de médicos, entre ellos un hermano de Rafael Ramírez, haya negado el
peligro para la salud de Chávez y ahora, su hermano ministro y presidente de
PDVSA afirme que fue asesinado por inoculación de un cáncer. ¿Cómo no se
dispararon las alertas entonces, si ya Chávez mismo había hecho notar la concurrencia
de cáncer en varios líderes sudamericanos? ¿Y cómo no actuó la inteligencia
cubana, tan entrenada en lidiar con amenazas biológicas estadounidenses? Muy
raro todo…