Fuente: Eroski Consumer
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Tres de cada cuatro partos vaginales son exitosos en mujeres que antes tuvieron una cesárea
MARTA VÁZQUEZ-REINA
La creencia de que tras una cesárea el siguiente
nacimiento debe producirse con esta misma técnica no se corresponde con la
realidad. La tasa de éxito de un parto vaginal después de una cesárea es del
76%. Este artículo explica por qué el alumbramiento natural no solo es
posible sino, también, seguro, tanto para el bebé como para la madre, y aborda de qué depende
el éxito del parto vaginal tras la cesárea, así como algunos posibles riesgos.
Gran
parte de estas intervenciones por cesárea, son consecuencia de la práctica habitual de
programar una cesárea a las madres que han tenido antes un bebé por esta técnica.
Aunque suele creerse lo contrario,
el
parto vaginal después de una cesárea está considerado una práctica
segura tanto para la madre como para el bebé, por la Sociedad
Española de Ginecología y Obstetricia. Según esta institución, entre el 72 y
el 76% de los partos vaginales tras una cesárea resultan existosos. Esta tasa se eleva al
90% si la mujer ya ha tenido, además, otro hijo de forma natural.
¿De qué depende el éxito del parto vaginal tras la cesárea?
El éxito de un parto vaginal tras la
cesárea depende de una serie de factores que elevan o reducen los riesgos
asociados a este tipo de alumbramiento. Estos son los más destacados:
Tipo de incisión. La incisión en la
cesárea previa puede influir en el riesgo de rotura uterina. Los especialistas
señalan que el riesgo es mucho menor en las transversales bajas (tipo bikini),
que son las que se realizan en la actualidad de manera generalizada.
Distancia entre los partos. Uno de los factores
determinantes del éxito o fracaso de un parto vaginal después de una cesárea es el
intervalo de tiempo transcurrido entre la cesárea y el siguiente nacimiento. El
riesgo de rotura uterina (...)
disminuye cuando los alumbramientos se distancian en
el tiempo. Lo aconsejables es que, al menos, transcurran 18 meses entre uno y
otro. De esta forma, el riesgo de rotura disminuye del 5% si es menor de 18
meses, al 2%, cuando se espera más tiempo.
Número de cesáreas
anteriores:
el parto vaginal tras dos o más cesáreas también es posible. La Sociedad Española de Ginecología señala
que una mujer con dos intervenciones anteriores (tipo bikini) sin
complicaciones, con un embarazo normal y que no
presente contraindicaciones puede considerarse candidata al parto vaginal.
¿Cuándo no es recomendable el parto vaginal?
El protocolo de Sociedad Española
de Ginecología apunta que se debe intentar el parto vaginal en todas las mujeres
con cesárea previa.
Esta recomendación general no es
válida, señala la institución, en los casos en los que está contraindicado.
Estos son los más destacados:
La cesárea anterior ha
sido en forma de T invertida (una práctica muy poco habitual que se hace en
casos muy específicos).
La mujer ha sido
sometida a una miomectomía (extracción
de tumores del útero).
Se ha producido una
rotura uterina previa.
La mujer se ha sometido
a tres o más cesáreas previas.
Cualquier otra
contraindicación médica para el parto vaginal.
Riesgo del parto vaginal tras la cesárea
El mayor riesgo que se asocia al
parto vaginal tras la cesárea es sufrir una rotura uterina. El peligro se debe a
que ya existe una cicatriz de la intervención anterior.
Sin embargo, la Sociedad de
Ginecología explica que este riesgo es mínimo: los datos de una investigación
realizada con más de 400.000 mujeres lo reducen a menos de 0,5%.
No todas las investigaciones
medicas disminuyen tanto el peligro de una rotura. Un reciente estudio
publicado en la revista 'POS Medicine' contradice
esta información. Esta investigación recopila datos de los alumbramientos de
más de 2.300
mujeres en 14 hospitales australianos. Concluye que el riesgo de complicaciones graves
(incluida la posible muerte del bebé) en el parto vaginal tras la cesárea es
del 3%. El estudio señala que el peligro de complicaciones para la madre era,
asimismo, menor en la cesárea programada que en el parto natural.
Riesgos de una nueva cesárea
Del mismo modo que el parto vaginal implica algunos
riesgos, una nueva cesárea se asocia a otras complicaciones.
La Sociedad Española de Ginecología afirma que la
posibilidad de que el bebé sufra el síndrome de distrés respiratorio, una
dificultad para respirar, aumenta en estos casos.
Otro problema de la cesárea es que con la intervención
se incrementa también el riesgo de complicaciones en futuros
embarazos, entre ellos, el de padecer placenta previa, abortos
espontáneos y muerte fetal intrauterina.