El
motivo de la mutilación sufrida por un cunaguaro en el zoológico caraqueño de
El Pinar no ha quedado claro. Ambientalistas presumen un rito mientras que
entre veterinarios se plantea la posibilidad que hayan sido perros cimarrones,
que también atacan y luchan con los animales salvajes.
GIULIANA CHIAPPE | EL
UNIVERSAL
Caracas.- Casi a todo lo largo de la geografía americana, desde Texas y
hasta Argentina, habita el cunaguaro. Y con él, el conocimiento popular de su
rapidez y agilidad para trepar y ejecutar arriesgados movimientos.
Esas características del felino pueden convertirse en un riesgo
para su subsistencia, precisamente por las creencias populares. "Se trata
de la cosmovisión que se tiene del cunaguaro", explica Imarú Lameda,
especialista en Fauna Silvestre y representante del capítulo Lara de la
organización Vitalis. En los ritos populares, se buscan sus patas como amuletos
porque justamente simbolizan esa agilidad y rapidez. "Lo que debe hacerse
es educar a la población y enseñarle a conocer mejor al felino", opina.
El cunaguaro –que también se conoce en el resto de América con
otros nombres como gato onza, manigordo, ocelote o tigrillo (...)
y cuyo nombre
científico es Leopardus Pardalis– está considerado mundialmente como especie
vulnerable. En Venezuela está en "veda indefinida" desde el 28
de noviembre de 1979, según resolución 95 del Ministerio del Ambiente.
Se desconoce la población de cunaguaros existentes en Venezuela,
pero se sabe que ha mermado por cacería indiscriminada –pese a la prohibición
legal– y a la ocupación de su hábitat natural para ser destinado a actividades
agropecuarias.
Sin paticas
El motivo de la mutilación sufrida por un cunaguaro en el
zoológico caraqueño de El Pinar no ha quedado claro. Ambientalistas presumen un
rito mientras que entre veterinarios se plantea la posibilidad que hayan
sido perros cimarrones, que también atacan y luchan con los animales salvajes.
Imarú Lameda explica que los cunaguaros pueden sobrevivir, aunque
con muchas limitaciones, sin sus patas delanteras. "Es distinto a si
perdieran la cola. Para los felinos, la cola es el centro de su equilibrio y,
sin ella, mueren", explica.
La solución para el animal serían prótesis
adaptadas a su etología, a sus necesidades de movimiento aunque ya no pueda
saltar o trepar. "Esas prótesis para fauna silvestre en cautiverio existen
en otros países. Sería interesante ver si en Venezuela pueden ayudar así al
cunaguaro", finalizó.