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10 julio, 2011

PLAZA CARACAS

Entre caraqueños te veas

Franco Maza

Bicentenario chucuto

A apenas una semana de la llegada del 5 de julio, fecha donde se cumplían 200 años de nuestra independencia, las autoridades del Gobierno del Distrito Capital y de la Alcaldía de Caracas, de la mano con el Gobierno Nacional, hacían maromas para cumplir con las reparaciones prometidas en el casco histórico de Caracas.

Chapucearon las fachadas de las casas y establecimientos comerciales de los bulevares más importantes, retiraron los avisos luminosos que no permitían el disfrute visual de las estructuras, acomodaron aceras, pintaron y limpiaron velozmente todo lo que pudieron.

Despliegue gigantesco

Había obreros trabajando en todos lados. La reinauguración de la Plaza Diego Ibarra, contigua al CNE, construcción paralizada desde hace 4 años, también fue retomada, pero lo que hicieron no tiene perdón. Cuando llegó el 5 de julio, estaba pautado un concierto en dicha plaza donde participaría Gustavo Dudamel y el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela... Lo cierto que con el tumulto de gente, de noche, con luces y todas las tarimas que había, era imposible apreciar los detalles de la obra, pero sí se pudo ver a un Dudamel imbatible, grande y un concierto impecable.

Al día siguiente

Decidí pasar por la Plaza Diego Ibarra y lo que vi daba lástima: el piso no estaba terminado, el ornato era de utilería, pues finalizado el evento, se llevaron todas las maticas (y otras se las robó el mismo público presente). La fuente no estaba en funcionamiento, en fin... Un desastre. Nos han tenido acostumbrados a eso, a hacer las cosas a medias, pero siempre diciendo que lo que se hizo es algo de gran envergadura. Puras mentiras. Si usted se pasea por el centro de Caracas, seguramente se sentirá mejor, pues, a la vista, este espacio de la ciudad luce más amigable, pero si es quisquilloso como yo y observa con detenimiento, no le hará falta ser arquitecto o ingeniero civil para determinar que lo que se hizo fue una gran mamarrachada, que será una ilusión, ya que en poco tiempo volveremos a tener ranchificado el casco histórico capitalino.

Hay que decir que cuando cae la noche en estos espacios, todo continúa igual que hace un mes o más: el malandraje, el irrespeto, las drogas, la prostitución, los damnificados y muchos etcéteras siguen siendo los protagonistas.

No nos dejemos meter gato por liebre

Sobre el desfile del 5 de julio debo decirles que, ciertamente, fue dedicado sólo al sector chavista y militar. No hubo espacio para el reencuentro. Si no me creen, fíjense en lo que le ocurrió a María Corina Machado que, a pesar que no es santo de mi devoción, esta mujer tuvo la gallardía de irse a Los Próceres a presenciar el desfile como lo pudiese hacer cualquier venezolano y ?qué paso? El público presente (que vino de diferentes partes e instituciones públicas del Estado) casi que lincharon a la pobre mujer. Provocación? No, eso se llama intolerancia y barbarismo.