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10 julio, 2011

ENTRE PAPELES Y TINTA



Mélida Quenza

Reflexionar y decidir

Vamos a tomarle la palabra a Chávez. Es lo mejor que podemos hacer en estos momentos de conmoción que vive el país ante la inesperada noticia sobre la grave enfermedad del presidente venezolano. En su mensaje, que leyó para sorpresa de todos, habló de reflexionar, de la necesidad de prestar atención oportuna a hechos y situaciones que dejamos de lado frecuentemente y que a la larga nos traen consecuencias que lamentamos profundamente.

De esos hechos aparentemente intrascendentes está llena la historia nuestra, en particular la más reciente, donde la fuerte personalidad de Hugo Chávez, su innegable carisma e inserción de un controversial liderazgo en los sectores populares, han marcado la vida política de la nación, llevándonos a posiciones radicales y extremas.

Corresponde a los venezolanos que siempre han insistido en un sistema ético y productivo para gobernar y se han negado a ser colocados en un u otro extremo de la diatriba política, a ser etiquetados como chavistas o derecha opositora, profundizar el debate sobre la necesidad de presentarle al país una alternativa diferente a lo que han sido los últimos doce años de gobierno que ha defraudado la esperanza de millones de venezolanos que apostaron a un cambio luego de más de cuarenta años de engaños y fracasos de de la derecha representada por los partidos AD y Copei.

El sacudón que el problema de salud de Chávez ha proporcionado a la vida del país ha puesto al desnudo una realidad que quieren ignorar los dos grupos que se empeñan en polarizar al país, por una parte que no es beneficioso para una sociedad un gobierno que depende del carisma de un líder y que en todo proceso político debe haber una conducción colectiva y, por otra parte, que la unidad y fuerza de un movimiento es muy frágil cuando todo depende del odio a un adversario y no se amalgaman voluntades en torno a un proyecto de país serio, viable.

La reflexión y la decisión se hace imperativa para los que trabajan por descongelar los polos e imponer la ética y la productividad.

Juego de Ojos La Información

Bajo este título -el subtítulo es agregado nuestro- Miguel Ángel Sánchez de Armas, profesor-investigador del Departamento de Ciencias Sociales de la UPAEP de Puebla, México, ha publicado una investigación sobre los medios de comunicación. La democracia y la sociedad, de la cual extraemos algunas líneas:

"En materia de comunicación, con lo que tropezamos continuamente es con una gran cantidad de medios cuya oferta es el entretenimiento. Podemos además constatar fácilmente que los empresarios de la comunicación apuestan a ganar por esta vía dado que tal mercancía se vende mejor y más fácilmente. Ergo, las masas lo que están consumiendo son programas de entretenimiento en radio y televisión: música, películas, programas de concurso, series policiacas, dibujos animados o telenovelas. Lo mismo sucede con los impresos. ¿Y la información?

Los noticieros -de radio, de TVy la prensa escrita, tienen naturalmente un público, el que sin duda representa el núcleo más activo, o potencialmente más activo, cuando de discutir asuntos públicos se trata, pero no es comparable con el porcentaje de población cuyos patrones de consumo se orientan al entretenimiento.

Resulta notable que para cierta clase de información que pudiera ser juzgada poco relevante como la deportiva, se exigen hechos "duros": cifras, realidades, nombres concretos, situaciones, fechas, resultados… mientras que para otra que se antoja de mayor relevancia y que tiene que ver con el análisis de la sociedad, como la información política, se aceptan declaraciones, presunciones, rumores, deducciones y exageraciones.

Quizá fuera conveniente recuperar la suspicacia política con que fueron escudriñados los hechos sociales en las décadas de los setenta y ochenta acusadamente las manifestaciones culturales-, con la ventaja de la mirada retrospectiva que nos permite distanciarnos de los determinismos, para fabricar nuevas herramientas de análisis y conocimiento de los medios contemporáneos."

Así comprendemos la ligereza con que la mayoría de los medios tratan la información política actualmente. Y el colmo es que pretenden, además, ser jueces y orientadores en esta materia.