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27 abril, 2011

Joaquín Sabina, antes de empezar su gira El Penúltimo Tren: “España está en un momento francamente malo”



“Me importan las mismas cosas que antes, lo que ocurre es que no me las permito.”

Por Karina Micheletto

Charlar con Joaquín Sabina es, desde el punto de vista periodístico, una nota jugosa garantizada, con títulos, bajada y recuadros que se imaginan interesantes apenas el hombre de Ubeda comienza a hablar.

Lo que lo trae a Sabina al país no son sólo sus frases ocurrentes sino la extensa gira que comenzará mañana en la ciudad de Tucumán, y que lo llevará por distintos puntos América Latina. “En realidad es la misma gira que el año pasado”, acepta Sabina. “Pero, para no aburrir, hemos cambiado un tercio de las canciones, haciendo aquellas que habitualmente no cantamos o que no hemos cantado nunca en América Latina”

–¿Por qué dice que no hay que tomar demasiado en serio el título de su gira?

–Lo elegí sin pensarlo mucho. Me gustan los trenes, las estaciones, me gusta esa idea del penúltimo tren. Pero, si me lo hubieran pedido diez minutos antes, o diez minutos después, hubiera puesto otro título. De hecho luego pensé que me gustaba más “Vámonos pa’l sur”. Y llamé a la compañía para ofrecerlo, pero ya era tarde.

–Es que inevitablemente hace pensar que usted está imaginando un último tren después del penúltimo...

–A los 62 años, bien vividos y bien marcados, realmente uno no deja de pensar de vez en cuando en que tal vez el cuerpo ya no da para estas giras. Ten en cuenta que en lo que va de este año ya he tocado más de cien veces, todas en lugares muy grandes. Y sí: el cuerpo me pide, cada vez más, tener una relación con el público más íntima, más directa, tocar en lugares donde se oiga la respiración, la tos y la cuerda de la guitarra, los matices, eso que no se escucha en los grandes espectáculos. Pero uno tampoco sabe decir que no. Cuando me llaman de la Argentina y me dicen que voy a hacer nueve Luna Parks, ¿cómo voy a decir que no?

–En su último disco decía: “Con 60, ¿qué importa la talla de mis Calvin Klein?”. ¿Qué otras cosas no importan a los 62?

–Me importan las mismas cosas que antes, lo que ocurre es que no me las permito. Me siguen gustando los bares, la noche y todo lo que hay alrededor. Pero sé que no lo debo hacer, y no lo hago. Qué mal suena, ¿verdad? ¡Es triste, pero es así! (risas).

No se lo ve muy triste a Joaquín Sabina. A su aspecto manso y tranquilo contribuye el copón de cerveza helada en una mano, el cigarro en la otra, el sombrero panameño que permanece en su cabeza. Cuenta que imagina un disco nuevo en la calle “para antes de Navidad”. “Lo que no tengo aún claro es si va a ser un disco sólo mío, o va ser con un amigo muy querido”, tira como al pasar, y contribuye al suspenso arqueando las cejas. Inútil insistir, arriesgar o pedir pistas, y ya se sabe que de reuniones con amigos muy queridos han surgido incursiones como aquel Dos pájaros de un tiro que mostró con Joan Manuel Serrat. Por ahora, Sabina está escribiendo. Más que nunca, dice, por estos días.

–Suele ser muy gráfico con el pánico que le produce la previa a los shows, que incluye vómitos y descomposturas. Y con la hoja en blanco, ¿tiene algún temor?

–Ahora tengo mucho más tiempo, porque no lo pierdo tanto como antes. Y en casa siempre yo tengo mis cuartillas, mi guitarra y mi bolígrafo, ¡mi birome! Creo que le tengo menos miedo que antes a la página en blanco. Pero, además, ahora escribo versos en un periódico que se llama Público, que es una especie de Página/12, al menos ésa es la intención, porque no tienen la tradición que tenéis vosotros. Por allí ensayo cosas que luego pueden o no derivar en canciones. Lo que ocurre es que... no es que sea ambicioso, pero he querido escribir siempre la canción más hermosa del mundo. Y claro, eso no sale. Pero otras cosas, menos hermosas, y más cotidianas, sí salen. De hecho estoy escribiendo más que nunca. Es que tengo demasiado tiempo...

–Entonces lo de la estabilidad doméstica que perjudica al poeta no es tan así...

–La estabilidad doméstica no perjudica al poeta, perjudica a las canciones de amor. ¡El amor perjudica a las canciones de amor! Las hermosísimas canciones de amor son de desamor, de abandono, de desesperación, ésas son las que a mí me gustan. Y claro: si yo quiero a mi mujer, ¿qué carajo voy a escribir ahora? (risas).

–En España (…) se está generando un debate alrededor del rol de los medios. Usted ahora escribe para Público, un diario con postura tomada. ¿Cómo se posiciona en este debate?

–A Público, para decirlo de un modo grosero y faltando a la verdad, la gente lo percibe como el periódico de Zapatero. Es el periódico que más lo ha apoyado, aunque también ha tenido críticas feroces. Pero, es un grupo editorial que se creó para apoyar el proyecto de Zapatero, con una televisión, La Sexta, con producciones de películas y otras cosas. Pero realmente ha hecho mucha falta, porque ahora se han abierto un montón de canales de televisión y ha aparecido una prensa de derecha que es absolutamente feroz. Ningún periódico se había atrevido a hacer hasta ahora un slogan publicitario que dijera: “Estamos orgullosos de ser de derechas”. Nunca se habían atrevido, porque las heridas de la Guerra Civil y de Franco eran tremendas. Pues ahora, en España, ya se puede decir, como un slogan, que se es orgullosamente de derechas.

–Si lo pueden decir, es porque evidentemente encuentran un público receptor.

–Están en ascenso, y van a ganar las elecciones. España está en un momento francamente malo. Había un proyecto político que era el de Rodríguez Zapatero, que yo apoyé, y que ha sido absolutamente derrotado, primero por una crisis y luego por una oposición feroz. Por no haber sabido, hasta que ya teníamos la soga al cuello, que venía la crisis, ahora estamos con casi cinco millones de desempleados. Inevitablemente, ahora va a ganar la derecha, y no veo muchos proyectos alternativos. Habrá que armarlos. En Europa, a la batalla que se ha dado contra el estado de bienestar, contra los sindicatos, contra la socialdemocracia, la están ganando. O sea, la estamos perdiendo. En Latinoamérica, desde ese punto de vista, vosotros la tenéis mejor.

Sabina y Cuba
En su gira por América Sabina se presentará en el American Airlines Arena de Miami. En este marco declaró a EL Nuevo Herald sus impresiones sobre Cuba: “Yo amo mucho la isla, menos que los exiliados cubanos que la aman más que yo, pero la amo mucho y vivo todas las contradicciones que vive esa isla, que últimamente está siendo algo muy parecido a un tremendo fracaso histórico”.
Dijo estar decepcionado del proceso en Cuba y estar consciente de que su visita a Miami traerá polémica, pero manifestó que en sus viajes a Cuba en el pasado sabía que era tratado como “un turista privilegiado y no como un cubano que sufriera y soportara la dictadura cubana”.

Joaquín Sabina dedico una canción a Cuba “Postal de La Habana” que describe como se ve en Cuba desde el balcón de su Hotel, la diferencia entre su realidad como turista y la realidad de los cubanos. Joaquín Sabina afirmo lamentar haber despertado demasiado tarde sobre la realidad de Cuba pero que como muchos vivió enamorado de la idea de la Revolución cubana que resulto no ser más que un gran fracaso.