La noche del 25 de febrero próximo pasado dos adolescentes fueron asesinados con apenas dos horas de diferencia. Uno dentro de una fiesta (de las llamadas matineé) y el otro muy cerca del mismo lugar. La celebración se realizó en el Sector 2 de la Urbanización Ricardo Urriera. Los habitantes, aún aterrorizados, cuentan en voz baja una versión según la cual esta comenzó a la 11 am, en una casa de la Calle 7. Estaban convocados los estudiantes de dos liceos de la zona, se suponía que era para recaudar fondos pro graduación. Durante todo el día jóvenes y adolescentes de todas las edades se acercaron al lugar, algunos cuentan que se consumió licores de todo tipo y otras sustancias no permitidas, muchos lo ingerían con el uniforme escolar puesto, además, delante de todos se realizaban actos reñidos con la moral pública.
Los cuerpos policiales fueron alertados de esta situación y en tres oportunidades llegó al lugar una radio patrulla con tres funcionarios abordo para calmar el alboroto, por alguna razón nadie les hizo caso, la dueña de la casa donde se realizaba el “evento” alegó, que ella tenía derecho de hacer una fiesta como todo el mundo. Pasadas las 11 pm, después de más de 12 horas de excesos, el matineé terminó en tragedia, uno de los jóvenes fue asesinado en el lugar en medio de una batalla campal. Luego, como ya dijimos, otro joven, también paso a formar parte de las estadísticas de homicidios. Ya suman cuatro muertos en lo va de mes (febrero) en el Sector 2 de Ricardo Urriera. El miedo se siente en el ambiente, una bala perdida puede atravesar a cualquiera. Al día siguiente los medios de comunicación informaron que se trataba de un ajuste de cuentas. ¿Acaso estas muertes no pudieron ser evitadas? ¿Y por qué razón la fuerza policial debidamente informada de la situación no cumplió con su deber? Alguien debe responder por esta tragedia. (F.M)
