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25 marzo, 2011

¿Sin tetas no hay paraíso?



Las operaciones para aumentar los senos se han puesto de moda, pero poco se habla de sus riesgos

A pesar de ser el nombre de una novela, pareciera ser que las mujeres venezolanas creyeran que sin una cirugía para reconstruir o aumentarse los senos no son perfectas o no conseguirán el éxito amoroso o profesional que desean.

Si bien es cierto que una sociedad vive bajo el influjo de los medios de comunicación, de la presión de las transnacionales y de las modas, no es menos real que en Venezuela se ha desatado una práctica monstruosa sobre los senos operados. Las adolescentes han cambiado las fiestas o los viajes de sus 15 años por una mamoplastia, las jóvenes parecen estar incompletas sin aumentar dos tallas su busto y las mujeres maduras creen que han dejado de ser ellas mismas si no se “reconstruyen”.

La televisión y el cine bombardean con imágenes de tetas operadas y hasta las clínicas se anuncian en los clasificados de los diarios y dan plazos para pagar la operación como si se tratara de cancelar un mueble por cuotas. Pero, pocos hablan de los riesgos y cuidados que hay que tomar en cuenta antes y después de hacerse una de estas operaciones. ¿Y las políticas de salud? Bien, gracias.

No es para siempre
Ponerse una prótesis para agrandar el seno es un procedimiento relativamente sencillo si se hace en un centro de salud adecuado y con un médico altamente calificado. Sin embargo, esta operación no es eterna. Pocos lo advierten, pero al colocar un cuerpo extraño dentro del organismo, es posible que, pasados unos años, haya que cambiarlo o removerlo.

Aunado a esto, cabe aclarar que cualquier intervención quirúrgica implica una serie de riesgos que el paciente debe conocer antes de entrar a la sala de operaciones.

También existe la posibilidad de que el organismo (no todos los cuerpos son iguales ni reaccionan de manera similar a una operación) rechace la prótesis y haya que someter al paciente a una segunda intervención para su remoción.

¿En menores de edad?
Muchas jovencitas desean aumentarse los senos y cambian su celebración de 15 años por una mamoplastia. Sin embargo, esto no es teñirse el cabello, ni colocarse uñas postizas. Pocos son los cirujanos que advierten los riesgos de esta operación en adolescentes. La doctora Silvia Espinoza, miembro del Departamento de Cirugía Plástica y Reconstructiva, del Hospital General de México ha investigado y escrito mucho sobre el tema e indica que, en menores de 18 años, esta cirugía solo debe llevarse a cabo cuando lo amerita algún problema de salud, de lo contrario hay que esperar a que el cuerpo esté totalmente desarrollado y las glándulas mamarias bien formadas.

Además las adolescentes son más frágiles y sensibles a los mensajes de los medios de comunicación y piden la operación por razones puramente estéticas sin considerar los riesgos y contraindicaciones que pueden conllevar las operaciones estéticas. Menciona que debe haber un consentimiento informado por parte de la paciente, quien tiene conocer el tipo de material y prótesis que le serán implantados.

No todo es color de rosa
Luego de una mamoplastia no siempre las cosas resultan como se habían pensado. Existen una serie de riesgos como en toda operación. Dolor, rompimiento del implante, infecciones, rechazo de la prótesis y cicatrices son algunos de los resultados negativos.

Es muy importante conocer los peligros que implica someterse a una operación para aumentar los senos. Buscar asesoría es el primer paso y si bien es cierto que verse bien puede ayudar a aumentar la autoestima, también es importante saber que cualquier operación lleva consigo un riesgo para la salud.

Riesgos de la operación
El riesgo general de la anestesia
Perdida de las sensaciones
Dolor
Ruptura del implante
Cicatrices
Reacciones a medicamentos
Infecciones
Sangrado
Formación de tejidos alrededor del implante
Interferencia con las mamografías para determinar cáncer o tumores.
Tejido muerto alrededor del implante.
Flacidez. Esta es mas común en cirugías donde el implante no se coloca bajo el músculo pectoral.
Rechazo al implante.