Todo ser humano necesita comunicarse, dialogar, contar sus cosas y más aun si estas cosas son acontecimientos que marcan una nueva etapa en sus vidas, como lo es el descubrir e iniciar su sexualidad.
Muchos jóvenes y jovencitas, llegan a tener su primera experiencia sexual sin tener conocimiento del tema, muchas veces por ignorar cometen errores que cambian de forma radical sus vidas, como es un embarazo no deseado o contraer una enfermedad de trasmisión sexual o, simplemente, tomar una conducta sexual errónea. Por lo general nuestras hijas le cuentan sus intimidades a la que dice ser su mejor amiga o amigo, sin saber qué puede exponer su vida intima al escarnio público o, en el peor de los casos, cometer los errores ya antes mencionados.
Qué podemos hacer como madres, como hijas, o como amigas de mujer a mujer, para establecer este dialogo intimo, en el cual afiancemos más aún la confianza del nexo familiar. Simplemente abrir el camino del dialogo con nuestros hijos a través de la comunicación, del acercamiento y el compartir cariñoso del día a día con ellos. Si usted mi querida amiga lectora abre un compás de confianza contándole algunas de sus experiencia intimas a sus hijas, de manera sutil, didáctica y hasta con un toque de humor, para que ella (s), pierdan el miedo y la pena a contar sus cosas, sus inquietudes. Por ejemplo se puede comenzar a hablar del tema de la virginidad, de los comentarios que existen respecto al sangrado en la primera relación sexual, si se debe usar o no el condón para que duela más o menos (esto es una teoría que algunos jóvenes han creado a través de la ola de rumores y mala información, llevándolos a cometer errores), Cuando se establece una conversación grupal con hijos y amigos, estamos dando pie a que se abra un debate de ideas y si nosotras (las madres), nos mostramos abiertas y conocedoras del tema, podemos lograr intercambiar la diferencia de opiniones, erradas y acertadas llevando así a un término de ampliación de conocimientos a nuestros hijos y grupo de jóvenes que estarán atentos a este tipo de conversación que por tabú, pena o simplemente desinformación de los padres no se llevan a cabo. Particularmente he vivido este tipo de diálogos con mis hijas y es asombroso escuchar las cosas que sus amigas (las consejeras sexuales), les refieren, como por ejemplo: “Después de hacer el amor es bueno colocarse una pastilla anticonceptiva en la espalda para que el semen no suba y así evitar un embarazo” o “Cuando lo haces por primera vez, para que no duela cuando te quiten la virginidad debes silvar”. En fin cualquier disparate podemos escuchar, pero lo preocupante es la gran ignorancia que hay por desconocimiento del tema.
Procuremos establecer este dialogo intimo y así lograremos establecer un gran canal comunicacional con estos jóvenes ávidos de información, para que logren ser unos adultos mejor formados que disfruten de una sexualidad plena y segura.
