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23 febrero, 2011

Misión Sucre o la deformación de la universidad



Infraestructura deficiente y baja calidad caracterizan a esta modalidad de educación superior

Una de las iniciativas dignas de aplaudirle al Gobierno del presidente Hugo Chávez fue la conceptualización de un sistema de educación que fuera incluyente y que brindara la posibilidad a las personas de escasos recursos económicos de estudiar una carrera universitaria.

Sin embargo, en la práctica, la realidad de Misión Sucre es otra. Según el proyecto se trata de municipalizar la educación superior para que la gente tenga la posibilidad de estudiar cerca de sus hogares. Para esto se utilizan los espacios ya existentes: colegios y liceos en todo el país.

Hasta aquí no parece haber ninguna objeción. Sin embargo, en la cotidianidad, la mayoría de estas edificaciones tiene problemas de infraestructura: no tienen baños o están inutilizados, les falta iluminación, el techo tiene filtraciones, no tienen suficientes pupitres, son atacadas por el hampa y se carece del material mínimo indispensable para brindar una educación de calidad. Obviamente, cada caso particular es un objeto de estudio, pero las situaciones son muy similares.

Por otra parte, no existe una correcta dotación para las carreras que ahí se imparten. Los alumnos de medicina carecen de salas de anatomía, los de comunicación social no poseen estudios de radio y televisión y son muy escasas las aldeas que cuentan con computadoras y servicios a internet por lo que el acceso a las nuevas tecnologías es casi nulo.

Aunado a esto el pago de los docentes es también bajo. Actualmente se ubica en 12, 25 la hora y quienes no tienen un sueldo o ingreso adicional no podrían vivir con él. Además la contratación de los profesores se hace bajo la más absoluta ilegalidad, ya que se les clasifica como “colaboradores” y no como empleados, por lo que no se devengan beneficios como prestaciones, vacaciones o bono alimenticio. En algunos casos se apela a personal poco calificado que acepta trabajar por un sueldo mísero.

Otro factor que limita la universalidad de pensamiento en Misión Sucre viene dado por la obligatoriedad tácita de acudir y apoyar todos los actos del PSUV y sus personeros y de acudir a marchas, foros y todo tipo de eventos aunque esto implique dejar de asistir a clases. Quienes se niegan a ser “carne de cañón” para engrosar las tomas de VTV son mal vistos o pasan a formar parte de una lista negra y caen en la vigilancia de los coordinadores. Lo mismo sucede con los docentes que intentan reivindicar sus derechos laborales y exigir un sueldo acorde a sus responsabilidades de formar el futuro de la nación.

Sin embargo, lo más aberrante es que se ha desvirtuado el asunto de la “no exclusión” y cuando un estudiante es aplazado por no cumplir con los requerimientos mininos de la cátedra muchos coordinadores levantan el grito en el cielo porque, al parecer, las cifras en el papel son más importantes que la formación de profesionales de calidad.

Sucede entonces que un cúmulo de personas con muy buenas intenciones de formarse como profesionales están siendo víctimas de un fraude, por cuanto no están egresando con las habilidades y requerimientos elementales que debe poseer un universitario. Obviamente o es absorbido por un organismo del Estado (como de hecho está ocurriendo) para compensar el favor político a pasan a engrosar la lista de desempleados universitarios. Obviamente existen más puestos en el desempleo que en los organismos del Estado.