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27 noviembre, 2010

ELECCIONES PARLAMENTARIAS: COMO SE ADMINISTRA UNA DERROTA (y II)

Por MARIA EUGENIA ROJAS
DESDE LA CLANDESTINIDAD
PORQUE PARA HABLAR DEL GOBIERNO O DE LA OPOSICIÓN HAY QUE SER CLANDESTINO


En oportunidad anterior se realizó el análisis de la conducta del partido de gobierno en la nueva Asamblea Nacional, concluyendo que la misma estaría caracterizada por la radicalización de la ejecución del proyecto del presidente Chávez, soportada en la ventaja cuantitativa que obtuvo en el Parlamento; pero todo ello en el marco de la conveniencia político-electoral a efectos de la campaña presidencial del presidente Chávez, y no como expresión de la concreción de una política dirigida esencialmente al bienestar general del pueblo.

Para el caso de la oposición, la cual logró el acuerdo entre los distintos partidos políticos que adversan al proceso de cambios liderizado por el presidente Chávez, a efectos de presentar candidaturas unitarias para las elecciones parlamentarias; es posible verificar como durante la campaña electoral fueron manejadas de manera prudente las expectativas, en el marco de un desempeño general bien organizado (en contraposición al del gobierno), pero, luego de la elección, la respuesta fue inicialmente de euforia, producto no sólo del cumplimiento de metas, sino como reacción a la conducta derrotista del gobierno.

Sin embargo, a esa euforia inicial de la oposición, siguieron la prudencia que generó la delimitación de los logros obtenidos, los cuales, si bien no son menospreciables (como pretendió hacer ver el gobierno), dado que implican un importante espacio de proyección y de acción contra la gestión del presidente Chávez, no suponen la liquidación del mismo (como ingenuamente algunos dirigentes de oposición pretendieron originalmente), ni determinan el devenir del nuevo Parlamento. En tal sentido, como parte de la asunción de las curules obtenidas como una plataforma de lucha, más que una victoria, frente a los resultados del 26S la oposición (al igual que el gobierno), modificó su conducta inicial ante los resultados del partido Patria Para Todos PPT, pasando de la desestimación de los dos diputados obtenidos por los azules a su adhesión al bando de la oposición.

Mas allá de las reacciones mediáticas, la oposición ha pospuesto (dada la conducta del gobierno), realizar planteamientos concretos de cara a la política a asumir en la nueva Asamblea Nacional, no sólo bajo la premisa que el control y en consecuencia la iniciativa en el Parlamento la tendrá el gobierno, sino con la idea además de no promover (reducir) la generación de falsas expectativas en torno al alcance de su influencia y supeditada al hecho que por tratarse de una coalición de distintos partidos políticos, la coordinación a mediano y largo plazo luce ardua.

A todo ello se suma el impulso que el tema presidencial obtuvo por iniciativa del Presidente Chávez, el cual fue asumido por la oposición (aceptando el juego del primer mandatario) y que afecta gravemente los puntos de encuentro de los partidos políticos que la conforman.

Con efecto, por un lado, se observa como la oposición ha asumido el tema presidencial (electoral) planteado por Chávez (a pesar que ello afecta su frágil integración), dado el hecho que ambos bandos tienen como único elemento de impulso y cohesión la actividad electoral; y por el otro, al haber interiorizado el hecho que no obtuvo una victoria sino una nueva plataforma de lucha en las elecciones parlamentarias, lo cual plantea metas a largo plazo, ajenas a los intereses políticos y económicos de los factores que integran la oposición, ha regresado a los escenarios mediáticos, con el rechazo a ultranza a las medidas del gobierno, pero siempre bajo el cálculo electoral (no en atención a la protección de los intereses de la gente), y sin que medien propuestas ni soluciones a los problemas, lo cual indica que, más allá de la instrumentalización del escenario parlamentario, la oposición no desarrollará ni consolidará la plataforma que otorga la Asamblea Nacional como instrumento para incidir en la mejora y corrección de las políticas del Estado venezolano.

El tercer actor político en las Elecciones Parlamentarias lo constituyó el partido político Patria Para Todos (PPT), el cual se presentó como una tercera opción, frente a la polaridad propiciada por Chávez y asumida por la oposición.

Ante la evidente decepción producida en la referida organización, por los resultados electorales, y luego que la euforia de los resultados pasara y que ubicaba al PPT como el único partido político derrotado; corresponde a esta organización política realizar una evaluación descarnada de su situación actual.

Una primera circunstancia se verifica en el hecho que, aunque tanto el gobierno como la oposición lograron seguir obteniendo dividendos de la polarización, mantener la misma puede agotar a sus simpatizantes; sin embargo, ante la incapacidad de ambos factores de plantearse nuevas formas de generar adeptos y por el contrario, su tendencia a mantener y reforzar las conductas que les han dado dividendos, siendo además su única meta la electoral, se vislumbra que la polarización continuará siendo el elemento alrededor del cual los dos factores garanticen su base de partidarios.

En segundo lugar, dado que la única oferta de los extremos es demonizar al otro factor; verificándose como la oposición rechaza a ultranza cualquier propuesta del gobierno, aún aquellas evidentemente beneficiosas para las mayorías, como ha sido el caso del tema del IPC; y el gobierno por su parte se niega a reconocer y dar muestras de voluntad de corregir los distintos errores, tanto en su política como en la calificación de los funcionarios que ejercen ciertos cargos; resulta claro que, la actividad en el Parlamento se limitará a todo aquello que genere dividendos electorales, reforzamiento de políticas inmediatas y populistas y, en general, un pobre desarrollo de las competencias de un poder del Estado como lo es el legislativo.

En medio de tales circunstancias, corresponderá al PPT justificar su conducta, distanciándola de la de los factores de la polarización y dándole un contenido distinto a cada caso en concreto, aunque coincida en la práctica con algún factor, so pena de diluirse en uno de ellos (lo cual además propiciarán). Ello no sólo será difícil, dado que el discurso político actual resulta simplista y mediatizado, sino porque ambos factores lo tendrán, según sea el caso, como enemigo a aislar.

Sin embargo, en el entendido que la lucha que se le plantea es de largo alcance, el PPT cuenta no sólo con el agotamiento, lento pero continuo, de la polarización, la posibilidad de levantar las banderas que corresponden al ámbito parlamentario, más allá de la conducta oportunista que desplegarán los otros factores; debiendo revisar las carencias internas que le presentan como una organización con planteamientos teóricos ricos, pero sin traducción hacia las grandes mayorías, así como desarrollar las políticas que le hagan acompañar las cotidianas luchas de los ciudadanos, más allá de los momentos electorales.

Finalmente es posible concluir que, el 26S hubo esencialmente derrotas, dado que el simplismo mediático con el que se presentó la contienda política se vio superado por la realidad, la cual se resume en el hecho que los distintos factores no satisfacen las necesidades de los ciudadanos con sus propuestas y que la victoria consistirá en saber administrar la derrota.