Ojalá para esa fecha hayan cesado los destrozos a la propaganda electoral, los insultos y agresiones por parte de quienes detentan el poder, sea nacional o regionalmente, contra los que con todo derecho también aspiran a ocupar un espacio en ese escenario político por excelencia como es el parlamento.
Sentiríamos que la democracia venezolana se fortalece si ese día no funcionan pactos entre los sectores que hoy son gobierno y los que lo fueron décadas atrás para perjudicar a los nuevos liderazgos y opciones alternativas, si ese día los civiles y militares que participen en la organización y conducción del proceso garanticen la participación plena de todos los grupos y organizaciones políticas y que los electores puedan libremente ejercer su derecho al voto.
Si todos por igual respetan las reglas del juego, nuestro proceso electoral puede ser ejemplo para el mundo y un elemento muy eficaz para desmontar la descarada campaña internacional orquestada por la derecha para desprestigiar a toda costa al gobierno venezolano.
Si ese respeto prevalece en los días que anteceden al 26, se incentiva la participación del electorado, crece la confianza del venezolano en su sistema político y electoral, baja la abstención y se abre un abanico de posibilidades para todas las corrientes que aspiran curules en el parlamento. Ahí está la gran oportunidad de conformar una nueva Asamblea Nacional, diversa, plural, fuel exponente de la realidad nacional.
Que no ocurra lo que nos causa temor y escepticismo en estos días es el mayor deseo que podemos tener para que el 26 de septiembre se abra a paso firme la nueva Venezuela.
DIPUTADOS SIN PADRINOS
En Carabobo la campaña electoral ha puesto en evidencia la ausencia de liderazgos auténticos. Tanto por los lados del oficialismo como de la oposición, no hay figuras que tengan brillo propio, mucho menos ideas o propuestas sobresalientes. Ambos sectores se amparan en sus padrinos, los rojo-rojitos en el Presidente Hugo Chávez y los amarillo-pollito en el gobernador Salas Feo, los dos asumieron la campaña de sus ahijados. Así es bien fácil ser candidato.
A los carabobeños se les presenta una opción que rompe con ese esquema que quieren imponer el poder nacional y el regional. La fórmula electoral de Patria Para Todos tiene en los diputados Laura Valls y Gustavo Hernández a dos de las más resaltantes figuras políticas de la región.
Laura Valls, sin ninguna duda, es la mejor representante de Carabobo en la Asamblea Nacional y va a la reelección encabezando la lista de candidatos a diputados por el partido azul. Su trabajo en el área de vivienda, a favor de los estafados por entidades bancarias, empresas constructoras e inmobiliarias, es reconocido por todos; su contacto permanente con las comunidades para atender sus problemas de servicios públicos, le permiten tener un conocimiento integral de la realidad carabobeña. Ella le ha cumplido a Carabobo y se ha ganado el derecho a repetir como diputada.
Gustavo Hernández es uno de los más activos representantes venezolanos en el Parlamento Latinoamericano y encabeza la lista nacional del PPT a ese organismo internacional. La trayectoria política, la capacidad y experiencia de este dirigente es la mejor garantía que tiene el elector para apoyar esta opción y no ser defraudado. Hernández como diputado del Parlatino ha desarrollado importantes investigaciones sobre derechos humanos, sistemas carcelarios, delincuencia juvenil, propiedad intelectual y otros temas orientados al desarrollo de normas y leyes comunes a los países latinoamericanos para facilitar la integración de esta región.
Estos dos diputados aspirantes a la reelección representan la alternativa que Patria Para Todos en alianza con movimientos sociales e independientes ofrece para el 26 de septiembre, respondiendo a un compromiso con el estado, con el país.
Laura Valls y Gustavo Hernández, aspirantes a la reelección a la Asamblea Nacional y al Parlamento Latinoamericano, respectivamente. Ambos apoyados por el PPT
