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15 julio, 2010

MUJERES QUE NO SE RINDEN

Muchas personas aseguran que el no contar con recursos económicos o tener una edad considerada fuera de los cánones de estudio, son un factor determinante para no prepararse, académicamente, en la vida. Hoy les presentamos la historia de dos mujeres que sí lograron sus objetivos a pesar de los obstáculos y los estereotipos sociales que jugaron en su contra

Edyth Parra, es una mujer de 44 años de edad. Madre ejemplar, residenciada en Valencia, pero que de lunes a viernes trabaja en Caracas para ganarse el sustento de su familia. Ocurre en muchas oportunidades que por el ritmo de vida que llevamos y el entorno que nos rodea, nos hace creer que si en la juventud no se aprovechó el tiempo para estudiar, con el pasar de los años retomar los estudios ya es caso perdido. No hay peor falacia que esa y Edyth, al igual que muchas otras mujeres, es un fiel ejemplo de ese refrán popular: “el que persevera, alcanza”. Ella nunca se rindió y siempre tuvo confianza en sí misma. No importaba si salía tarde de su trabajo o si tenía que recorrer largas distancias para llegar a la residencia de las tías que le han dado cobijo en estos últimos años. Hace muy pocos días, Parra se alzó con el título de licenciada en Administración y Recursos Humanos, en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR). Hoy está feliz y no hay persona que no la felicite, bien sea en la calle o el trabajo. Ella es una de esas mujeres que no se rinden, de esas que la palabra imposible se pierde en su léxico. Edyth lo quiso y lo logró. Desde ya se está trazando otra meta que alcanzar y no descansará hasta hacerla realidad.



Nayrobi Rivas es una joven mujer que desde muy pequeña supo de cerca lo que era el trabajo, pero nunca le faltó lo más importante, el cariño y el apoyo de sus dos padres: Yajaira Peña y Francisco Ramírez, éste último ya difunto. Es la mayor de cuatro hermanos y vive en una zona popular conocida como Plan de Manzano, en la carretera vieja Caracas-La Guaira. En un principio parecía una joven más del común denominador caraqueño, de esas que no dan importancia a los estudios y cuyas metas son muy reducidas. Sus estudios de bachillerato los terminó gracias a la Misión Ribas. Tiempo después, Nayrobi decidió que ella no sería una más del montón. Entusiasmada por el círculo de personas que la rodeaban, comenzó sus estudios en el IUTA. Muchas cosas eran nuevas para ella, pero no fueron impedimento para continuar. Lo que no sabía lo preguntaba y siempre contó con la colaboración de sus amigos más cercanos. Hoy, tres años después y luego de una incansable lucha, Rivas es TSU en Administración Tributaria. Sus familiares, amigos y allegados no se cansan de congratularla. Alcanzó su primer objetivo y asegura que aún queda mucho camino por recorrer.